Visitas de la última semana

viernes, diciembre 26, 2008

Noche buena

La noche del miércoles la pasamos bien. Estuvimos con la familia de Maty disfrutado una estupenda velada. Cenamos pavo, pierna de cerdo y bacalao acompañado de espagueti y un riquísimo postre de manzana. Fue una noche transparente, fresca y tranquila en la que me deleité estando cerca a mis tres hijos. Recibí una llamada de Guy e intercambiamos saludos y buenos deseos. Al día siguiente organizaron el recalentado en nuestra casa y estuvimos inmersos en la plática hasta bien entrada la noche. Ambas reuniones se realizaron sin estar planeadas y en ellas participaron personas que generalmente no están. Quizá por eso me resultaron perfectas.

martes, diciembre 23, 2008

Solo es cuestión de buscar

Hay días grises y sin chiste como el de hoy en que ni un hilo de luz traspasa la gravedad y densidad de las nubes. La lluvia se desparramó lenta, minuciosa e incesante sobre la solidez que nos rodea. La humedad furtiva se deslizó por las hendiduras de las puertas para luego flotar libre por el interior de la casa hasta perderse o posarse en el primer objeto sólido que encontró. Pero aún en días lánguidos como este es posible observar si se quiere (o se sabe buscar) belleza en el escenario. No hay sol, es cierto, pero el aire está vaporoso, húmedo y oloroso. El jardín y la tierra beben y se hidratan después de un prologado periodo de sequía. Las hojas se doblan por el peso del rocío que después de mucho acumularse rueda en forma de gota por su tersa superficie hasta desprenderse como lágrima de su temporal refugio. Es fácil añorar la calidez del sol y menguar mérito a la brisa. Hoy me empeñé en buscar belleza y la encontré.

viernes, diciembre 19, 2008

El ajedrez

Fue a finales de los 60’s (¿o principio de los 70’s?) cuando me interesé por este juego de estrategia y ejercicio neuronal. En aquella época de agitación ideológica (la guerra fría, la conquista espacial, el espionaje y el contraespionaje estaban en su apogeo) se reunían con bastante frecuencia los González y los Conchas a ejercitar el agradable arte de la ya casi olvidada convivencia familiar. El lugar de las reuniones no era un antro, tampoco un club de membresía, mucho menos un estadio atestado de bullicio, no, nada de eso. Las tertulias se hacían en la casa de ellos o en la casa de nosotros. Nunca fueron planeadas. Empezaban con uno o dos pares de individuos ante un tablero de ajedrez al que se sumaban luego algún trovador voluntarioso con una guitarra acústica y zalamera o algún bohemio con una o dos botellas con agüita que ataranta. El objetivo en las partidas de ajedrez era mantenerse ante el tablero el mayor tiempo posible. Al perdedor lo sustituía inmediatamente otro jugador y el ganador permanecía en su trono regodeándose de sus victorias hasta que otro, más ducho o menos cansado, lo despachaba. El perdedor siempre buscaba acomodo en la siempre jubilosa trova que se hacía llamar los tres tristes cuajináis, o en algún acalorado grupo conversador que le hiciera olvidar pronto su aplastante y sufrida derrota anterior. De esta forma se daba el tiempo para resanar su orgullo maltrecho mientras esperaba pacientemente el próximo juego y muy probablemente también su siguiente descalabro. Cuanto mas desciendo en la caverna de mis recuerdos mejor se perfilan los nombres (aunque ligeramente empolvados por el tiempo) de algunos de aquellos entrañables personajes y primos a la vez: Lencho, David, José, Lolo. Hay más, solo que el resto de los nombres han sido borrados de mi antiguo y poco transitado archivo general, victimados por la humedad, el calor del trópico y la poca ventilación. Archivo que por otro lado se ha venido deteriorando lentamente con el tiempo como si hubiera sido impreso en cinta celuloide y guardado en el interior de un boyante termitero. Nos dejamos de ver hace más de 30 años debido a los trajinares naturales de la vida. Ellos salieron de Guadalajara después de terminados sus estudios y cada uno siguió su propio derrotero. Ahora andamos desbalagados a todo lo largo y ancho del país con muy pocas posibilidades de encuentro pero siempre unidos por aquel maravilloso pasado común. No cabe duda que aquella época dejó sembrado en mí la semilla de la introspección y me llevó con los años a convertirme en un ser felizmente monosilábico. Vinieron a mi los recuerdos de aquellos años por la triste noticia del fallecimiento de mi tío Félix padre de David. Toña me comunicó hace apenas unos días el lamentable suceso y me uno a la pena que embarga a mis primos. Lanzo a todos ellos un afectuoso saludo a través de la red con la misma secreta esperanza con que Mario Benedetti lanzó su botella al mar y cuyos versos aquí les dejo:

Pongo estos seis versos en mi botella al mar
con el secreto designio de que algún día
llegue a una playa casi desierta
y un niño la encuentre y la destape
y en lugar de versos extraiga piedritas
y socorros y alertas y caracoles.

lunes, diciembre 15, 2008

Vacaciones

Estoy de vacaciones desde el lunes pasado. Es la primera vez que logro hilar de corrido mis días de vacaciones y ahora no se que hacer con ellos. Cuando estoy anegado de trabajo deseo incesantemente tener un pequeño espacio de sobra y que al mismo tiempo me alcance la cuerda para hacer algo con él. En días de trabajo casi nunca se me dan juntas las dos cosas, si me sobra brío me falta tiempo o viceversa. Ahora, tanto tiempo me esta indigestando y ya no recuerdo lo que me prometí hacer de tenerlo a manos llenas. Mientras me adapto a mi nueva condición empezaré por hacer algunos trámites que he estado posponiendo por incompatibilidad de horarios con mi trabajo. Ya se me irá ocurriendo en que más ocupar mi tiempo libre que ahora me abruma.

domingo, diciembre 14, 2008

El paseo

El viernes nos fuimos a Palenque para que Aranza conociera la zona arqueológica de la antigua ciudad Maya que gobernó el rey Pakal hace 1400 años. La primera vez que visité este lugar me produjo una grata impresión. Si tuviera que utilizar una sola palabra para definir ese momento usaría la palabra sorpresa. La razón de esta impresión es que a diferencia de otras ruinas mayas (o aztecas) las de Palenque están en medio de una densa selva. Por ejemplo en Uxmal o en Chichen-Itza uno puede ver las pirámides desde la entrada a la zona arqueológica pero en Palenque es diferente. Aquí uno puede estar parado a 30 metros de la pirámide más cercana sin observar nada todavía. De pronto, al dar vuelta en el último recodo del andador ¡sorpresa! Aparece majestuosa y magníficamente conservada la pirámide de las inscripciones que sirvió de tumba al rey Pakal. Los ojos no se cansan de ver estas pirámides incrustadas en mitad de la selva que producen en quien las mira una intensa paz interior y el deseo de permanecer inmóvil en su contemplación por tiempo indefinido. Con algún pesar abandonamos Palenque para continuar nuestro recorrido a las cascadas de agua azul. En mitad del trayecto hicimos un alto para visitar la cascada misol-ha que tiene una caída de agua de aproximadamente 30 metros y que llena de brisa fresca los alrededores. Aquí se respira el olor de la montaña y se escuchan los ruidos naturales de la selva. Existe un andador que lleva a los visitantes que buscan emociones diferentes a caminar detrás de la caída de agua. Este andador fue construido detrás de la cascada aprovechando un espacio natural entre la roca modelado seguramente por la erosión del agua durante algunos milenios. Después de media hora retomamos el ondulante camino que nos llevaría a nuestro último destino; las cascadas de agua azul. Este trayecto es el más sufrido por Gladis debido a la gran cantidad de subidas y bajadas que serpentean a todo lo largo del camino. Durante todo el recorrido no cesó de hacerme un sinfín de recomendaciones; ve más despacio, adelante hay una curva, ¡tope! (grito y salto casi siempre fueron simultáneos), cuidado con ese carro, no rebases, adelante hay grava suelta, no te acerques a la orilla, ¿no es eso un deslave?, etc., etc. No es fácil describir las emociones que produce este lugar cuando sus efluvios entran en contacto con nuestros sentidos. La naturaleza nos regala una de sus mejores escenografías utilizando como elementos un ancho río de agua azul que fluye en sucesivas cascadas y remansos entre grandes, redondas, blancas y lisas piedras calizas; todo rodeado de una cerrada vegetación cubierta por una capa de oloroso musgo y todo tipo de enredaderas. Llegamos a casa todos molidos como a las 8 p.m. directo a la regadera y a dormir de corridito hasta al siguiente día. Hoy alrededor de las 6 a.m. Gladis y Pedro encaminaron a Aranza de regreso a Gdl dando así por terminada su visita de una semana por estas tierras del sureste.

miércoles, diciembre 10, 2008

19 años

Ale cumplió 19 años hoy. Gladis y Yo fuimos ayer a Villahermosa a comprar un pastel y carne para asar. Como Ale no nos dijo la cantidad de amigos que vendrían (seguramente porque tampoco lo sabía), decidimos comprar solo 3 kilogramos de carne. Mal cálculo. Llegaron mucho más personas de lo estimado. Complementamos el faltante con varias decenas de quesadillas y unos buenos tamales de chipiln. Un dato curioso es que del 10 al 27 de diciembre Ale y Pedro tienen la misma edad. Si alguien preguntara su edad en uno de esos días pensaría que son gemelos o que están bromeando.

lunes, diciembre 08, 2008

De pata de perro

La mala suerte se nos vino a meter de inquilino a la casa. La camioneta esta aún en el hospital de los enfermos motorizados y el coche ha estado perdiendo agua desde hace ya un mes. No he podido llevarlo a la agencia por estar esperando la compostura de la melindrosa camioneta. Lo que he venido haciendo es recuperar el agua perdida casi diariamente para que pueda seguir rodando. Pero hoy fue el colmo. Gladis me ayudó a recuperarle el nivel y parece que el tapón quedó flojo o trasroscado y llegando a Reforma empezó salirle humo del cofre como si ardiera una fogata en su interior con madera de pirul. Al abrir el cofre encontré el recipiente de agua vacío y sin tapón. Mal presagio –pensé. Afortunadamente no pasó a mayores y con una cajita de chocolates de aluminio improvisamos un tapón y así pudimos regresar a casa. Ahora sin coche quien sabe como vamos a salir del atolladero de llevar a Aranza a conocer Palenque, o ya de perdis el parque museo La Venta.
Hablando de cosas más pasaderas les comento que la fiesta de Kory salió bien. Estuvimos hasta las 2 a.m. y regresamos a casa en medio de una densa neblina. Don Lucio hizo a un lado el bastón y se puso a sacudirle el polvo a la pista de baile que daba vértigo. Como suele suceder en estas reuniones, llegaron personas que por lo regular no se ven. Entre el ruido de la música y el mucho mover los pies se intercambiaron numerosos saludos, abrazos y añoranzas. Kory y Emmanuel han de estar ya en Cancún pisando la arena blanca y sumergiéndose en aquel claro y transparente mar turquesa. Enhorabuena.

domingo, diciembre 07, 2008

Noche de fiesta

Hoy en la noche es la fiesta de Kory. Ayer llegaron Pedro y Aranza ya muy avanzada la noche. A Gladis se le iluminaron los ojos como faros cuando vio los dulces de guayaba con relleno de cajeta que Toña le envió. Pronto salió a relucir el cuchillo (seguro sorprendido de que alguien lo arrancara de su gaveta a tan altas horas de la noche) para cortar gordas rodajas de dulce y apaciguar un poco los brillantes ojos de Gladis. En días como este todo es ajetreo. La cabeza por artes desconocidas se desconecta del cuerpo y ambos marchan por su lado como verdaderas mulas tozudas. La camioneta como ya es su costumbre continúa con sus ilimitados achaques. Ya tiene cerca de un mes en el taller victima de su edad y su mala suerte. El taller que la agencia tiene por acá es un verdadero fiasco y sus atentos trabajadores asumen que los clientes no necesitan sus carros. Así las cosas, Gladis se vio en la necesidad de aceptar ayer el ofrecimiento que le hizo la vecina de prestarle su camioneta para que saliera de apuros en estos días de auténtica necesidad. Pedro salió con Ale y Aranza por unas amigas de Kory que vienen del DF y apenas 15 minutos después de su salida llamó para comunicarle a su mamá que se le poncho una llanta. Gladis olvidó el teléfono en el coche y no puede recibir ni hacer las llamadas a las que esta acostumbrada (cada media hora) más aquellas que se pudieran ofrecer en un día tan azaroso como este. Todo camina a marchas forzadas como si manos de diablillos traviesos escondieran las cosas necesarias o sembraran otras innecesarias para que uno con las prisas se tope con ellas.
Ayer me vi en la necesidad de abandonar la escritura de este texto a fin de salir a buscar un par de llantas al coche. Luego me dirigí al talachero para que las cambiara porque ya estaban de dar lástima.. Por esta razón publico asta ahora lo que ayer de carrera escribí.