Visitas de la última semana

domingo, octubre 31, 2010

Regalo inesperado

Hace algunos meses Kory y Alejandro me regalaron dos libros bastante regordetes: Uno era La otra Historia de México de Armando Fuentes (Catón) y el otro era Un Mundo sin Fin de Ken Follet. Decidí iniciar con la lectura de Catón por dos razones: la primera por la proximidad que había a la conmemoración del centenario y bicentenario de la revolución e independencia de México y la segunda por mi soberbia pretensión de querer iniciar la lectura de la saga de Ken Follet como dictan los más conservadores y solemnes cánones: leer primero el origen de la historia y luego su continuación. Así pues, sin más anhelo que el de agregar un deseo más a los muchos que ya tengo en antesala decidí esperar a que un buen samaritano de crecido corazón me regalara la novela que antecede a la historia de Un Mundo sin Fin. Hace un par de meses Ale entró a la casa personificando al esperado buen samaritano con el libro Los Pilares de la Tierra de Ken Follet entre las manos. Nunca hubo solicitud previa de mi parte ni voluntad consiente de la suya para que yo pudiera completara la saga inconclusa que por otro lado era un dato que solo yo sabía.

miércoles, octubre 06, 2010

Aguas

Hablar del sureste mexicano es hablar de agua, de vegetación exuberante, de fauna policroma y de calor húmedo, muy húmedo. Esta parte de la república ha tenido desde su origen una relación muy estrecha con ríos y ciénagas que no siempre ha sido muy cordial. Tal es el caso de Villahermosa Tabasco. Esta ciudad esta prácticamente amurallada por agua corriente. De un lado la circunda, como cualquier periférico, el río Carrizal, mientras que por el otro, le corta una rebanada de manzanas (y la respiración) el río Grijalva. Ambos brazos acuosos se cierran en un abrazo fraterno (y fatal) alrededor del centro de la ciudad para finalmente unirse en un solo cause al sur de esta capital. Son pocas las ciudades que pueden darse el lujo de tener un periférico de agua. Aquí lo único malo son los embotellamientos provocados por el tráfico intenso de agua. Esta condición ya de plano es otra historia. Es entonces que las manos sudan, las uñas desaparecen, el pelo blanquea, el sueño se va…y el negocio de encostalar la ciudad prolifera. Desde agosto las preguntas (y respuestas) mas socorridas, sino es que las únicas, son: ¿Cuanto está desfogando la presa peñitas hoy? Un nuevo record histórico de 2450 metros cúbicos por segundo; ¿Cuantos centímetros por encima de la escala crítica tienen los ríos Grijalva y Carrizal? 119 centímetros el primero y 111 centímetro el segundo. Después de sendas preguntas y de sus respectivas y acalambradoras respuestas sobrevienen más sudoraciones y más temblorinas. Luego, viene el nada alentador pronóstico climático: se esperan cuarenta y tantos frentes fríos para los próximos meses. Entonces el escozor viene y va como ola futbolera entre los que viven cerca de las riveras mientras los cayucos y las pangas van sustituyendo paulatinamente taxis y combis en 80% de los municipios.