No se que me pasa. Me acompaña un cansancio que no me deja marchar como yo quiero. El cansancio es mas mental que físico. Me siento como los árboles en verano que esperan con impaciencia una pequeña brisa que sacuda el polvo soporífero con que el calor tiene aprisionado su follaje. Las ideas se niegan a salir de mi cabeza como si supieran que los maestros de la CNTE estuvieran esperándolas en el umbral para cogerlas del gaznate y sacudirlas en vilo como quien quiere sacarle las monedas a una alcancía que tiene solo pancholares. Pareciera que la creatividad se me fue a Costa Rica a ver perder a la selección mexicana dejando mis ideas huérfanas ensayando sin dirección el vals capricho de Ricardo Castro. Andaban tan erradas las pobrecitas que trataban de tocar el vals con maracas, bongos y claves al ritmo de "llegaron los gorrones" de Chava Flores. Viéndolas tan perdidas quise hacer algo por ellas, así que me detuve en el primer oxxo que vi y les compré un six de bohemias bien frías para que olvidaran los malos días que les hizo pasar su director de orquesta que ha de andar rumiando todavía el marcador de 2-1 que le recetó Costa Rica a México. Parece que este remedio dio resultado. Las estoy escuchando cantar "el ausente" a capella y apenas se han tomado una.