Es una lástima que nadie registrara el día en que yo dejé de apoyarme en los muebles para empezar a caminar libre como el viento. Mi abuelo, ese que siempre anda ausente (y por consiguiente el menos indicado para opinar), cree que esto sucedió en alguna semana de septiembre de 2014. No sé si creerle o no. Máxime que el tiene un mes lejos de aquí y cerca de la playa Miramar de Tampico Tamaulipas. Además, es muy dado en hacerse acompañar de eso que muchos llaman despectivamente fantasía. Ésta lo reclama con bastante frecuencia y prontitud. A veces llega con el cuento ese de haber estado platicando en una cueva de una "Isla Misteriosa" con el ingeniero Ciro Smith y el famosísimo capitán Nemo ¡háganme ustedes el favor! Luego se brinca sin más a aquella narración que le hizo nada menos que la propia muerte relacionada con una niña de nombre Liesel Meminger que gustaba de robar libros en la Alemania nazi y los leía entre los escombros dejados por los bombarderos de la Segunda Guerra Mundial. Para mi tía Ale estos robos no tienen explicación ¿En qué mente enferma cabe robar libros? ¡Guacala! ¡Ella lo entendería mejor si en lugar de libros hubieran sido botellas de "Johnnie Walker Gold Label" Luego, como si esto fuera poco, se va por la libre a narrar la historia que un chico de 15 años con síndrome de Asperger de nombre Christipher John Francis Boone le contó quien sabe cuando, sobre el "curioso incidente del perro a media noche"; o aquellas sabrosas tardes dice él, en que sentado en una confortable banca metálica en un apacible parque a la sombra de un imponente auheuhete escuchaba el parloteo sostenido entre la inteligente y dulce anciana Margueritte y aquel adulto grandulón con alma de niño del que todos se aprovechaban llamado Germain Chazes mientras daban migas de pan a las palomas. Por todo esto y más, está en grave duda creer en la aseveración que hace el abuelo: la que afirma que yo empezé a caminar, pero de verdad a caminar, en alguna semana de nuestro muy queridísimo mes patrio ¿Alguien que lo confirme o lo desmienta? Claro, mi tío Pedro queda excluido. Él esta peor de noticias mías que el abuelo. Además, en lugar de robar libros, él hubiera preferido que Liesel robara cervezas heineken de la competencia de Mosto&Malta.