Visitas de la última semana

martes, marzo 24, 2009

Compañías inesperadas

Son comunes en la colonia las conversaciones de banqueta entre vecinos. Los temas dialogados son variados y entre los más socorridos están las historias de sucesos paranormales de fantasmas y aparecidos. Por ejemplo, esta la historia de las tres vecinas que diariamente salen a caminar alrededor de la colonia. Relató a Gladis una de las caminantes que en ocasiones a las sombras que proyectaban sus cuerpos las acompañaba una inexplicable cuarta sombra. En otras ocasiones encontraban en su camino a un niño solitario y desconocido caminando en áreas poco transitadas e impropias de alguien de su edad. Claro, debo explicar que la colonia consta de 60 casas y que todos sus ocupantes se conocen entre sí a tal grado que los niños creen que todos los papás y mamás que aquí vivimos somos sus parientes (nos dicen tíos). En una ocasión en la que Kory salió a caminar de noche le contó a Gladis que vio a un niño solitario sentado en la banqueta en el extremo más alejado de la colonia que da a la laguna. El niño estaba muy tranquilo y movía los pies en el aire sobre el vacío y la penumbra que se extendían frente a él. La última peripecia le sucedió a Chuy ayer en la madrugada. Sucedió que pachis empezó a maullar en la madrugada (2 a.m.) como lo hacen todos los gatos al andar haciendo groserías con las gatas como dice Gladis. Ale despertó por el escándalo gatuno y le pidió a Chuy que la acompañara a la calle para rescatar a pachis del ardor felino mañanero. Parado a media calle frente a la casa Chuy buscaba y llamaba a pachis. De pronto empezó a inquietarse por las señales que le hacía una mano desde atrás de una verja de una casa desocupada que lo invitaba a que se acercara. Sus pies lo llevaron al interior de la casa tan rápido como el rayo. Diría Gladis: sólo el cotón le volaba. ¿Verdad o sugestión? Tal vez las vecinas veían las proyecciones de las ramas o los troncos de los árboles bajo la luz de la luna. El niño solitario tal vez era hijo de alguna familia que estaba de visita en la colonia y que decidió salir a caminar aburrido de las pláticas de los mayores. Las señales con la mano eran tal vez de algún bolo (borracho) que se equivocó de casa y que suplicante esperaba que alguien le explicara en que lugar se encontraba.

1 comentario:

pepe dijo...

cuando el sarmiento se separa nos deja el tocòn a punto de desaraizar
y nos anega la nostalgia, nos comprime el torax y no nos deja resollar sin dejar atras la nostalgia del hijo ausente pero al poco y nada se dira prueba superada de jblm Reforma, Chiapas Mèxico.