Visitas de la última semana

jueves, febrero 18, 2010

Guadalajara Jalisco

Gladis y Yo estamos en Guadalajara. Llegamos la noche del sábado después de 1250 km recorridos. El trayecto lo hicimos en 16 horas. Guadalajara nos recibió con el cielo salpicado de nubarrones. Soplaba un viento leve y fresco, suficiente para dejar entumecidas las extremidades de aquellos acostumbrados a climas húmedos y templados como nosotros. Ya nos esperaba mi hijo Pedro con su nuevo gato Morgan. Mi hermano Chuy y su esposa Adelita nos recibieron amablemente en su casa. Antes de terminar el martes ya habíamos saludado a todos mis hermanos que viven la mayoría de ellos desperdigados a lo largo y ancho del sector libertad. Teníamos más de tres años de no haber puesto pie en Guadalajara. Aquí curse todos mis estudios y volver siempre es agradable solo que cada vez que lo hago encuentro cambios, algunos de ellos buenos, otros no tanto, y los más son neutros. Me saltan al paso los objetos que me regresan al pasado como si se accionara un interruptor interno tan solo con ver el contorno de las formas, el aroma del ambiente o el gusto de la comida. No soy capaz de escribir el estado de ánimo que envuelve a las personas que regresan a su lugar de origen después de largos periodos de ausencia. Creo que la única constante -si es que la hubiera- es el cambio. Nada es igual, todo es parecido.

1 comentario:

pepe dijo...

El terruño es tan inconstante que cualquier tiempo que deje uno de visitarlo parece más extraño que cuando lo dejamos, creo que hasta las personas somo algo parecido al cambio que sufren constantemente las metropolis, nos dejan de ver y a lo demás le parecemos diferentes, claro esta el tiepo no perdona y las ciudades como los seres humanos estamos cambiando cada dia que pasa, no nos queda más que seguir en nuestras añoranzas....