Soy Alex y me gustaría mucho que alguien me escribiera un diario para que después de aprender a leer y escribir pueda conocer los detalles y los entresijos que me dieron forma. Si a mi edad se pudiera opinar, diría que se me antoja un diario de estilo sencillo, escrito con humor y alejado de palabras complicadas. Mi diario podría empezar de la manera en que Antonio de Lara (alias Tono) empezó el suyo:
"Hoy estoy bastante contento porque he nacido. Confieso que ya tenía bastantes ganas de nacer, pues mientras no se nace, no se es nada, y yo soy una persona con muchas aspiraciones. Han venido a verme varias señoras y han dicho cosas de mi nariz, y de mis ojos y de mi pelo. Según una gorda de luto, tengo la nariz de mi padre, los ojos de mi madre y la boca de mi tía Catata. Por lo visto no tengo nada mío. ¡Mal empieza esto! Después de lavarme, cosa que me ha molestado bastante, y que no me explico, pues todavía no me he revolcado por el suelo, me han rebozado con unos polvos blancos que parecen harina, y he temido que fueran a freírme. Pero, afortunadamente, no me han frito y sigo tan crudo como el primer día.
Me habían dicho que la educación es imprescindible en el niño, y es, según dicen lo que nos diferencia de los burros. También es imprescindible en la niña, y es lo único que las diferencia de las burras. La educación también nos diferencia de los ciervos, de los conejos, de los conductores de taxi y de la tía Elvira. Un niño sin educación es, pues, una tía Elvira. (...) una de las primeras reglas de educación consiste en lavarse. Un niño bien educado debe lavarse, por lo menos, la cara. Otra regla de educación consiste en llevar casi siempre pañuelo. Las manos son también bastante necesarias para expresar nuestra educación y, por lo tanto, es muy necesario llevar siempre manos. Los pies son menos necesarios, y podemos prescindir de ellos, ya que con los pies no hacemos mas que tonterías. La cabeza juega un papel muy principal en todas las reglas de urbanidad. Se emplea para saludar, para no saludar, para decir que si, para decir que no, para comer, para beber y para llevar bigote. Por esta razón, y no por otra, no debemos prescindir de la cabeza si queremos ser unos niños bien educados"
Ya se que me dirán que esto es muy complicado y que no tendrán tiempo de escribir tanto disparate, pero, y esto se los puedo asegurar, será un regalo que después ustedes disfrutarán tanto como yo.