El mango de la casa esta que no puede con tanto peso. Las ramas inferiores están a un metro escaso del piso. La razón de este sobreesfuerzo es el peso de las frutas. Ahora, el andador de la casa está tan copado con ramas, hojas y frutas que se hace necesario rodearlo para no resultar aruñado o sin un ojo. No sé si las ramas del árbol son las que se están haciendo débiles o es la cantidad de mangos que cada una tiene que soportar. El hecho es que a los mangos les hace falta crecer todavía un tercio más y las ramas del árbol ya están que se rompen de puro cansancio.
1 comentario:
El domingo proximo pasado tuve la oportunidad de pasar por vuestra casa y estuve por un instante apreciando lo frondoso y repleto de frutos hermosisimos que tiene ese mango y que mangaso, porcierto pase por debajo de él y si que llegan hasta el suelo y de paso no aguante las ganas de cortarles unos y ahora estoy tramando pedirle a Gladis me regale unos cuantos para hacer un rico dulce, que sin dudas compartire con vos Mario y con Gladis....
Publicar un comentario