Después de dos semanas de aridez y sudoraciones el cielo nos obsequió dos atardeceres lluviosos: la de ayer y la de hoy. Dormí bien, y por lo que sé, Gladis también. Hace días que no dormíamos tan rico y con la soltura con que lo hicimos Ayer. Gladis había estado melancólica y ceñuda por la salud amenazada de su Papá. El viernes su optimismo mejoró gracias al resultado de una segunda tanda de estudios. Su mejor ánimo le hizo hoy asilar a una cría de pájaro carpintero que encontró tirada en la calle a punto de ser victimada por las prácticas de caza de un avezado minino. No sabemos lo que sirve de alimento a estos curiosos picadores de madera, pero conociendo su particular hábito de hoyar troncos con su pico, suponemos que lo hace con algún fin gastronómico. Por lo pronto le arrimó una bola de maza por la que no hizo el menor caso. Veremos como evoluciona este asilado de pico y pluma.
Visitas de la última semana
lunes, agosto 22, 2011
domingo, agosto 14, 2011
Reunión familiar
El calor fue intenso en esta semana. En circunstancias como esta no es aconsejable hacer actividades físicas con exposición directa al sol si se quiere conservar el agua en el cuerpo. Aún sin estar bajo la acción directa de sol se corre el riesgo de pescar una insolación cuata. Tal fue mi caso el sábado cuando Gladis me anunció que había planes de asar carne en honor al cumpleaños de nuestra hija Kory. Mi labor en este trabajo consiste en limpiar la cochera, armar las mesas y preparar el asador. Cuando hube terminado me metí a la casa ya medio zombi con un aspecto de tomate alelado que obligó a Gladis a ofrecerme una cantidad ínfima de rico pozol que no hizo más que alborotarme la muy acentuada sensación de sed que me agobiaba. Me senté pensando en el siguiente vaso rebosante y más prolijo de pozol que nunca llegó porque según la réplica de mi esposa me iba a espantar el hambre. Así la cosa me quedé dormido un rato hasta que sus tiernos gritos me despertaron para anunciarme que ya era hora de encender el carbón. Esta actividad era la que más rehuía por el calor adicional que representaba a mi ya sobrecalentado cuerpecito. Ya de noche tuve que bañarme un par de veces para regular la temperatura y hacer que disminuyera el dolor en forma de latido que se me alojó en la cabeza. El trabajo bien valió la pena. Estuvieron con nosotros además de Kory la cumpleañera y su esposo Alejandro, Don Lucio y Doña Matilde, David y familia, Lucio y familia, Ale y sus amigas Carla y Teresa.
domingo, agosto 07, 2011
El depa
Es la vivienda que rentamos para Ale en Villahermosa y en la que nos quedamos Gladis y Yo de lunes a viernes. En su interior todo es chiquito, como casa de muñecas. No es fácil desplazar mi cuerpo rollizo entre estos espacios liliputienses en donde parado es posible tener a la vez la panza en la cocina y el trasero en la sala. Lugo, al estar el depa en un tercer piso, uno sufre con la idea de olvidar algo apenas traspasar la puerta. En este punto, es Gladis la que más padece. Ella y las escaleras nunca han tenido buena relación. Las utiliza solo en casos de extrema necesidad y su paso por ellas es necesariamente flemático aún en situaciones de emergencia. Acomete cada escalón como si estuviera ensayando una plácida coreografía de taichi y cada descanso lo utiliza para contemplar largamente los pajaritos. Casi siempre al final del día me hace un recuento con mucho pundonor de la cantidad de veces que subió y bajó esas condenadas escaleras.