El calor fue intenso en esta semana. En circunstancias como esta no es aconsejable hacer actividades físicas con exposición directa al sol si se quiere conservar el agua en el cuerpo. Aún sin estar bajo la acción directa de sol se corre el riesgo de pescar una insolación cuata. Tal fue mi caso el sábado cuando Gladis me anunció que había planes de asar carne en honor al cumpleaños de nuestra hija Kory. Mi labor en este trabajo consiste en limpiar la cochera, armar las mesas y preparar el asador. Cuando hube terminado me metí a la casa ya medio zombi con un aspecto de tomate alelado que obligó a Gladis a ofrecerme una cantidad ínfima de rico pozol que no hizo más que alborotarme la muy acentuada sensación de sed que me agobiaba. Me senté pensando en el siguiente vaso rebosante y más prolijo de pozol que nunca llegó porque según la réplica de mi esposa me iba a espantar el hambre. Así la cosa me quedé dormido un rato hasta que sus tiernos gritos me despertaron para anunciarme que ya era hora de encender el carbón. Esta actividad era la que más rehuía por el calor adicional que representaba a mi ya sobrecalentado cuerpecito. Ya de noche tuve que bañarme un par de veces para regular la temperatura y hacer que disminuyera el dolor en forma de latido que se me alojó en la cabeza. El trabajo bien valió la pena. Estuvieron con nosotros además de Kory la cumpleañera y su esposo Alejandro, Don Lucio y Doña Matilde, David y familia, Lucio y familia, Ale y sus amigas Carla y Teresa.
2 comentarios:
Para enfriar la maquina se usa agua y para quitarnos el sobrecalentamiento del cuerpo usamos chelas, lastima que ya no pueda por ello evito la carnes asadas y todo lo que tenga que ver con el carbon je je je saludos Mauro..
Extraño esas reuniones familiares :(
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