Plática de sobremesa entre un padre y su hija:
¿Cuántos años cumples? –me preguntó Ale ayer a mitad de la comida.
No sé –respondí categórico mientras tomaba un rico taco de cochinita pibil.
Ale puso cara de sorpresa como si hubiera sido testigo de una realidad monstruosamente inenarrable.
¿Qué? ¡No imagino como alguien pueda olvidar cuantos años cumple!
Nací en el año 1958 –respondí aún ausente del caos existencial que se desarrollaba frente a mí y mientras daba impertérrito la segunda mordida a mi sabroso taquito.
¡Caray eso fue el siglo pasado! –pensé de pronto al mismo tiempo que se me atragantaba el bocado recién deglutido.
Mi mente empezó entonces a trabajar rápidamente (al menos esa fue la impresión que a mí me dio).
Cumpliré 53 años –dije, como si acabara de rebelarse ante mí una realidad que apenas sospechaba.
Es pronto para que Ale se proyecte tanto hacia el futuro. Llegado el momento sabrá que con la edad todo disminuye (menos los kilos) y comprenderá que lo importante de ayer no es lo mas importante ahora.
1 comentario:
Los años mi querido cuñado no pasan siempre se nos quedan encima y despues del medio siglo de vida, parace que pasan a la velocidad de la luz, no hay nada que pueda regresar eel tiempo, solo dar gracias a Dios por estar copn vida, en una vida ajetreada a dicir basta, creo que somo afortunados de sguir aqui, bendito sea por ello nuestro creador por darnos esta oportunidad de estar con vida y con los hijos e hijas, saludos Mario espero sigamos contando uno años más....
Publicar un comentario