Pedro se fue el viernes a Gdl a terminar el último semestre de universidad. Si todo sale como está planeado esperamos reunirnos con él en aquella ciudad allá por mayo. Ale dejó de trabajar para Smith y ahora lo hace en la sede estatal de un partido político –creado, según dicen, por seglares adeptos al miserere y fieles a la asperción bendita del hisopo. Planea en este año comenzar su maestría. Kory dejó de trabajar en schlumberger para emprender ahora junto con su esposo Alejandro algo nuevo por su cuenta. Salió bien de su segunda cirugía de columna. Aunque continúa en etapa de adaptación, el andamiaja de aleación parece sostenerla holgadamente. Nosotros (con Ale y el chihuahua Dobby) vivimos como nómadas: de lunes a viernes en Villahermosa y los fines de semana en la colonia las garzas de Reforma. Esta es la razón de que Paco –el perico– ahora viva exiliado en casa de mi suegra Doña Matilde. Las gordas –los cuyos– viven felizmente apacentando (así lo espero) en el rancho familiar de Cheli. Pachis –el gato– es el único habitante que aún vive en la colonia y en los días de semana que no estamos se alimenta de lo que él mismo caza. En realidad le dejamos comida en casa y una rendija abierta por la que se sabe colar cuando la tripa le apremia. Es todo lo que él necesita de nosotros. Por mi parte, la transferencia de trabajo a Villahermosa se hizo definitiva y puedo ya decir adiós a los complejos…aunque no definitivamente.
1 comentario:
Un recuento breve pero muy sustancioso, lo de nomadas me recuerda al pueblo de Dios, que siempre andaba de un lado a otro, consus ganados y familiares por los desiertos, creo que de ahi quedan en los desiertos arebaes los mentados beduinos -moradores del del desierto en en esa lengua-, saludos Mauro
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