Estoy de regreso en esta bitácora después de dos meses de forzada ausencia. La razón causante de este involuntario abandono fue que mi fiel partidaria PC que es como mi lazarillo cayó víctima del exceso de trabajo que su ingrato compinche (o sea yo) le había venido acomodando tiempo atrás. Ante la insensible y mula actitud del que escribe como única respuesta a sus multiples y muy evidentes desfallecimientos, mi leal colaboradora no aguantó más y un buen día se apagó y no encendió más. Ahora ya recuperada y restablecidos nuevamente nuestros viejos vínculos de amistad volvemos pues sin demora a las andadas. Muchos son los acontecimientos que el destino tuvo a bien dejarnos como obsequio durante estos dos meses de alejamiento, unos buenos, y otros no tanto. Uno de los buenos fue sin duda disfrutar tres semanas de vacaciones, dos de las cuales las ocupamos para viajar a Guadalajara y asistir a la largamente esperada graduación de Pedro. Otra fue el de haber tenido la oportunidad de convivir con mis hermanos y sobrinos que tenía tiempo de no ver. Otra buena cosa fue coincidir con todos los hijos en aquella ciudad, suceso no siempre fácil de lograr. De las malas ni les cuento; ya tendrán ustedes suficiente con las propias.
1 comentario:
Saludos Mario que bueno que estas de vueltas, para seguir degustando tus amenos relatos
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