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domingo, noviembre 20, 2005

Costumbres

El viernes Pedro quiso pasar la noche en Villahermosa con la familia de uno de sus compañeros de escuela. La razón principal de su permanencia era que el certamen de belleza en el que su novia participa iba a elegir a la ganadora la noche de ese día, y pues, quería estar ahí, ofreciéndole su apoyo. Ayer nos comunicó (y a todo aquel que se le ponía enfrente) que ella había ganado el primer lugar.
Gladis, Ale y Doña Maty fueron a un baby shower -mostrar al bebé-. Esta costumbre familiar de presentar al nuevo bebé ante “la sociedad” esta muy arraigada por estos lugares -y como no va a estarlo, si el objetivo principal de esto es la de recibir los regalos que cada invitado lleva “voluntariamente” al nuevo integrante de esa familia-. Anteriormente, cualquier artículo era bien recibido, pero con el tiempo y a raíz probablemente de la desfachatez de algún invitado despistado o codo, se fue estableciendo de una forma burda, un costo mínimo para los presentes –las grandes tiendas como Liverpool, Fabricas de Francia, etc., vieron una minita de diamantes en todo esto, y explotando el impulso natural del ser humano por demostrar su estatus con un regalo siempre acorde a él, empezaron a poner a disposición de todos los nuevos papás un “carrito virtual” que les ofrecía la posibilidad de mejorar sustancialmente la “calidad” de los artículos próximos a recibir. De esta forma, se comprometía de antemano a familiares, amigos, o cualquier otro invitado a comprar en esas tiendas para llenar de regalos el tan mentado carrito –de capacidad infinita por cierto-. Desde entonces a la fecha, las invitaciones a estas reuniones vienen invariablemente acompañadas de una tarjeta con el logotipo de una tienda de este tipo, con el número del carrito virtual –cuenta- bien visible para “recordarles” a las posibles víctimas, las reglas de “buenas costumbres” de la familia destinataria. No dudo que en un futuro cercano, además de las tiendas susodichas, adopten esta misma medida los supermercados como Wal Mart, Aurrerá, Gigante, Soriana, etc., para que cada quincena y hasta su adolescencia, el niño reciba los artículos perecederos necesarios, tales como: pañales, biberones, leche, ropa y todos los enseres domésticos indispensables para dar la continuidad debida a lo iniciado en estas reuniones. Gladis comentó que llegaron a la reunión como 30 invitados, ¿o debería yo decir como 30 regalos?.

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