Este día estuvo plagado de nubarrones grises sobre un cielo lechoso y sin gracia. Los rayos de sol se toparon con la dificultad de sortear esa gruesa capa esponjosa de humedad cerrándoles el paso e impidiéndoles cumplir su acostumbrada rutina de evaporarle a uno el cerebro. Aún así, Gladis se animó a ir con su mamá Matilde y su hermana Matilde a Balancán, uno de tantos municipios de Tabasco, a una graduación. Se fueron con la intención de regresar hasta mañana en la tarde. Por otro lado, Ale se fue a una fiesta a Huimanguillo, otro municipio de Tabasco, con una familia conocida, su intención es también regresar hasta mañana. Pedro y yo nos quedamos en casa con Daniel que esta con nosotros de visita antes de marchar a Puebla.
Este mes ha tenido días cargados de fuertes ventarrones. Me ha sorprendido el daño que ha dejado el viento en árboles, algunos de los cuales ha arrancado de raíz. Nuestra bugambilia bicolor no fue la excepción y sucumbió mortalmente abatida por uno de estos mini tornados. Las ramas de muchos árboles tampoco soportaron el efecto arremolinado de los vientos encolerizados quedando colgadas grotescamente retorcidas y astilladas. Lo que me parecía más curioso, es que la extensión del daño se limitaba a áreas pequeñas del tamaño de una manzana. Pude observar que había árboles cruelmente mutilados de sus ramas mientras su vecino frondoso ubicado a escasos diez metros se encontraba en perfectas condiciones. Lo peor de todo fue la pérdida de nuestra bugambilia, ni modo.
Este mes ha tenido días cargados de fuertes ventarrones. Me ha sorprendido el daño que ha dejado el viento en árboles, algunos de los cuales ha arrancado de raíz. Nuestra bugambilia bicolor no fue la excepción y sucumbió mortalmente abatida por uno de estos mini tornados. Las ramas de muchos árboles tampoco soportaron el efecto arremolinado de los vientos encolerizados quedando colgadas grotescamente retorcidas y astilladas. Lo que me parecía más curioso, es que la extensión del daño se limitaba a áreas pequeñas del tamaño de una manzana. Pude observar que había árboles cruelmente mutilados de sus ramas mientras su vecino frondoso ubicado a escasos diez metros se encontraba en perfectas condiciones. Lo peor de todo fue la pérdida de nuestra bugambilia, ni modo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario