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jueves, junio 10, 2010

Conversación 1

Octubre de 1966 fue la primera fecha significativa en mi vida. Tenía entonces 7 años y 11 meses de edad. Esa fecha fue la elegida por mis padres para iniciar un cambio que daría un giro radical a la vida de sus hijos. En aquel tiempo vivíamos en la Soledad, una pequeña ranchería que pertenece al municipio de Huejuquilla el Alto Jalisco. El plan era radicar en el estado de Nayarit. De paso, visitaríamos a nuestra hermana Toña que por aquella época trabajaba y estudiaba en Guadalajara. A continuación transcribo la conversación que sostuve un día con mi hermana respecto al recuerdo que aún conservaba de esa porción de tiempo. Va como un tributo a su memoria.

20 de julio de 2007, 9:38 p.m.

¿Recuerdas en qué año llegamos a Guadalajara?

Pienso que cuando Guy tenía dos años. Él es del 64. Entonces salimos de la Soledad el último trimestre del 66. Como por octubre o noviembre.

Yo inicié la primaria en Guadalajara en el año 67. Entré en ciclo regular. Empecé en septiembre del 67.

Ya no entraron a la escuela en el 66 porque llegaron a destiempo. Entonces queda registrada la fecha: octubre o noviembre del 66.

Yo tenía 7 años cumplidos.

Yola 5, Guy 2, Chuy 12, Chepina 14

Tiernitos como dice Gladis.

Goyo 18 y Yo 19.

La familia era joven.

Mi mamá tenía 39 años. Mi papá 40.

Gracias por compartirme estas fechas tan significativas hermana.

¿Quedó registrado?

Totalmente. Tú tenías la edad que Pedro tiene ahora.

Así es.

Guy estaba de brazos.

Si, muy pequeñito. Travieso por tanto.

Yo creo que apenas se animaba a hacer solitos.

Recuerdo que una semana nos quedamos sin chivo porque el niño salió de la casa con mi cartera. Entonces vivíamos en una vecindad. Jamás la encontramos.

A puro comer tortillas con chile.

Mi mamá se puso hacer doraditas. Sólo eso había. El bebe con su sonrisa de oreja a oreja nos dejo sin comer.

Travieso el niño.

Pasamos muchas penurias.

Bastantes.

Gracias a Dios las supimos sortear porque nos queríamos mucho y éramos muy unidos. Todos trabajábamos para comer. Recuerdo que Chuy se puso a vender gelatinas. Mi papá y Goyo trabajaban en la construcción. Mi mamá cuidaba en casa a los más pequeños. Yo trabajaba en una fábrica de pantalones. Mi sueldo era de 70 pesos a la semana. Con ese dinero comíamos. Recuerdo que comíamos muchas tortillas. Veíamos el altero grande cuando mi mama las traía.

De esa época recuerdo la canción de "Hey Lupe, Lupita mi amor, yeah, yeah....."

Si, andaba de moda en ese tiempo.

Aún hoy, cada vez que la escucho recuerdo la vecindad y las penurias.

¿Recuerdas a donde llegaron primero?

Ni idea.


La colonia se llama Niños Héroes. Ahora no se por donde queda. Luego nos fuimos a vivir al Retiro.

Recuerdo que había una avenida grande en la que me gustaba sentarme a ver los carros pasar.

Estábamos en el Retiro ¿Sabes dónde queda verdad?

Ni idea.

El templo de esa colonia se llama El Padre Galván. Por cierto, en ese mismo templo se caso Marisol.

Que coincidencia. Muchas cosas han sucedido desde entonces hermana.

Muchas cosas hermano. Lo más triste es que nuestros padres ya no están más con nosotros.

Es admirable lo que ellos hicieron. Mira que decidirse a emigrar a una tierra desconocida, con gente desconocida, y cultura harto diferente.

Recuerda, el plan era irse a la costa a trabajar cortando y ensartando tabaco.

Si, aunque eso no lo recuerdo. Lo sé solo por tus comentarios.

No tenían planeado quedarse aquí. Vivir en Guadalajara se decidió rápido y sin pensarlo mucho. Ya teníamos una experiencia previa. Habíamos estado con anterioridad una temporada aquí. Deja te cuento. Llegamos a Guadalajara las familias de dos hermanas. Eran mi mamá y mi tía María. Recuerdo la casa que mi papá encontró para vivir. Estaba ubicada en la calle de Obregón. No recuerdo a qué altura. Era una privada. Nos rentaron dos cuartos. El dueño los usaba para guardar herramientas. Era un terreno muy grande en el que había, además de la privada, una huerta. Eran unos cuartos feítos, feítos. Imagínate, éramos tres familias. La tercera familia era la de Ascensión, el papá de Martin que le decían el ladeado. No sé porque les gustaba caminar en bola. Cuando llegamos a la central camionera de Guadalajara, mi papá, en lugar de alquilar un carro de sitio ¡alquiló una calandria!

Era el transporte más conocido para Él.

Habías de ver hermano ¡tres familias en una calandria! Todo un show.

Me estoy imaginando un panal de avispas, pero al revés. Nunca supe de ese viaje hermana.

Tú no pintabas aun en este mundo. Ni en el pensamiento.

Con razón no me acuerdo, ja.

De nuestra familia solo veníamos Chepina, Chuy, Goyo y Yo. Mi tía María venía con su hijo Pablo que por cierto era muy peleonero. Recuerdo que arañaba a la gente que tenía a su alcance. Tiraba arañazos a diestra y siniestra.

Pues como no iba ser. Estaba todo engentado el pobre.

Si nos hubiéramos quedado en Guadalajara en aquella época el sufrimiento habría sido menos. Otro gallo nos cantara.

Así es ¿En qué año fue esa aventura?

Supongo que unos dos años antes de que Tú nacieras. Al final del 56.

Casi diez años antes de la fecha en que todos nos mudamos.

Yo tenía 9 o 10 años, Goyo 7, Chepina 4 y Chuy 2.

Hace ya algunos años de eso. Eran una familia pequeña.

No entiendo porque mi papá no compro un terreno grande y nos quedamos a vivir aquí desde entonces.

Por prudencia tal vez.

Pero como decían antes “la querencia pudo mas”

Seguramente en aquel año no había tantos problemas con la comunidad.

En aquellos días mi memoria funcionaba al cien. Seguro hubiera estudiado. Ni modo, el “hubiera” ya no existe. Decía mi mamá “cada quien trae su sino” Mi destino fue batallarle junto con los tres hermanos que ya caminábamos bajo el sol.

Si hermana, otro gallo nos cantara.

Ya te conté pedazos de la vida de nuestra familia.

Si, hermana.

En otra ocasión te cuento, como decía mi papá, otro párrafo.

Dejemos algo para la próxima. Con esto tengo para rato.

Si hermano, escríbelo para que no se nos olvide.

Si, para que nuestros hijos y nietos se la curen como dice Gonza.

Luego te cuento detalles de la época en que vivimos en la calle de obregón. Hay mucho que contar.

Si, hermana. Deberías tratar de escribirlo tú misma.

Por ahora nos despedimos. Es hora de tu baño ¿Ok?

Si, Ale esta dale que dale con que quiere el internet. Buenas noches.

Si, ya le toca. Salúdamela.

Bien.

Buena noche.

Adiós.

Adiós.

1 comentario:

pepe dijo...

He encontrado una conversación por demás amena, de un solo tajo la devore, solo que me contagio la nostalgia, de esos años mosos de los años tiernitos, cuando aun no se define la famila como tal y los padres tienen que hacer peripecias con los futuros proyectos de familia, a donde van a estudiar los muchachos o que van hacer cuando sean grandes y asi por el estilo, y nuestros padres van de un lado a otro para poder alcanzar la estabilidad de la familia y más cuando se viene de una familia humilde pero con la idea de ser algo en la vida y sin dudas que los sufrimientos forjaron hombres y mujeres con un caracter noble y de progreso dentro de tu familia MARIO, gracias por compartir este espacio en el tiempo y la nostalgia con nosotros....