Este día acompañamos a Ale a su ceremonia de graduación. Una cuarta parte del Centro de Convenciones de Villahermosa estaba ocupada por varios centenares de jóvenes en espera de convertirse en una nueva generación de profesionales. Todos vestían la habitual toga y birrete de color negro. Unos lucían los atavíos con garbo, otros no tanto. El acto desbordó solemnidad, tanta que hubo momentos que me recordó las liturgias dominicales de mi adolescencia. Las autoridades y profesores universitarios lucían además de la toga y el birrete, la tradicional muceta. El podio y el espacio vacío que quedó entre este y la primera fila de graduados estuvo resguardado por un montón de acólitos (personal de seguridad) cuyo trabajo era evitar que los familiares tomaran fotos y le restaran, con esa proclividad a la cursilería que de normal tienen los padres en estos ceremoniales, majestuosidad y sobriedad al evento. Yo, padre emocionado y cursi fui invitado (eso si, con mucha cortesía) por uno de estos angelicales monaguillos a salir de la zona cero, espacio reservado exclusivamente para los fotógrafos oficiales. Las fotos que los familiares tomamos de los flamantes graduados semejarán un montón de hormigas en un horizonte obscuro. Por consiguiente, aquellos padres que deseen tener un recuerdito fiable de que en verdad fue su vástago y no una hormiga el que recibió aquellas insignias académicas, tendrán que recurrir a la ayuda de los desinteresados y a todas luces altruistas fotógrafos oficiales.
2 comentarios:
pos el comercio se hace sentir por todos lados Mario asi las cosas...
No era la primera inteción comentar sobre los fotografos y sus debordados deseos de tomar solo ellos las fostos, la verdad la inteción fundamnetal y es por lo que ocupo tu espacio nuvamente, es felicitarte por los logros adquiridos en la vida tu querida hija en una carrera profecional ya que tu esfuerzo el de Gladis y el propio de Ale han hecho posible este vello sueño, saludos para toda la familia que al fin y alcabo de una o de otra forma hacen de sus sueños una realidad y gracias por compartir tan inolvidables momentos...
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