Fin de semana de trabajo. Ir y venir a (de) Villahermosa atravesando no pocos retenes militares. Calor en ascenso reforzado por aires acondicionados remilgosos. Días deslumbrantes seguidos de noches largas de insomnio. Tiempo de cuidarse esperando no estar en el lugar equivocado, a la hora equivocada. Temor a salir de noche por culpa de tanto parásito guevón convertido en eficiente ladrón con la asesoría y complicidad de bizarras autoridades porcinas. En fin, la vida continúa. La naturaleza no se equivoca y espero ver pronto un escenario mejor.
1 comentario:
Animo Mario no dejes que la adversidad te corroa y socave tu espiritu combativo, como vos dices la vida continua y un mejor escenario tiene que dar a luz un día no muy lejanos y como un antiparasitario expulsara de los intestinos estos molestosos bichos, alguien hara salir de nustras vidas a esos delicuentes asociados, de la faz de la tierra y nos dejaran en paz...AMEN
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