La lluvia cesó. Las nubes mudaron su color obscuro de combate a un color gris de mayor conciliación. El jardín de la casa se reanimó después de haber bebido agua en abundancia. La papaya que sembró Gladis en el jardín y que tiene apenas un metro de altura ya presume tres frutos rollizos, mientras que la gardenia no ha dejado de obsequiarnos sus flores grandes y olorosas. Fue un día claro, transparente, de colores resplandecientes. hierbas y pastizales, recién enjuagados, alardearon con su brillante estampa verdosa. Esta noche fue de bruma y las nubes la hicieron más negra de lo habitual. No hubo ni luna ni estrellas que ayudaran a atenuaran la obscuridad.
1 comentario:
Pos ya estan de nuevo Mario, al mal tiempo buena cara, no hay de otra...saludos bye
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