Todo esta caliente. El cuerpo se destempla. Se escurre igual que la cera de un cirio ante la flama de su pabilo. El sudor fluye por cada poro como vena de manantial. La gente anda irritable queriendo llegar lo antes posible al primer remedo de sombrita. Las enfermedades respiratorias proliferan al tener que salir obligadamente de interiores climatizados a exteriores resplandecientes y flamigeros. La migraña galopa en el cerebro haciendolo latir como corazón con taquicardia. Andamos pues de aquí para allá saltando y crepitando como pepitas en el comal.
1 comentario:
no es para menos temperaturas que rebasan los 42 grados centigrados, los sesos se destemplan y sale el hombre animal de adentro, sacado por las altas temperaturas y de paso los engendros del demonio sueltos por todas la ciudades, quien de no ser por un control extremo pueda vivir sin las migrañas o con las aspirinas en la mano, asi las cosas Mario nuestro entorno esta viciado y hay que comprar, aparte de las aspirinas un kilogramos de paciencia, aparte de los litros de agua para no deshidratarse...
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