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domingo, junio 26, 2011

De quesos y barbacoa

Este domingo terminó mi segunda semana de vacaciones y me levanté de buen ánimo como para salir a desayunar barbacoa de borrego a Reforma.  Ale llegó a casa acompañada de su ya acostumbrado pegoste Dobby, su mudo perro chihuahueño que extrañamente no sabe aún como ladrar. Dobby es del color de la leche bronca y como contrasta poco con el piso blanco de la casa tenemos que caminar siempre viendo hacia abajo para evitar pisarlo. Esto sería sencillo de no ser porque a Dobby le gusta confundir los pies de las personas con juguetes la mar de entretenidos. Así pues, Dobby también tuvo que entrarle a los ricos tacos de borrego. Luego, como a Gladis se le terminó su dotación de queso, pasamos por su mamá y enfilamos rumbo a Juárez. Como Gladis tiene un estómago muy particular: lo que no digiere le da alergia, los remplazos simples de alacena tienen para nosotros más de paseos turísticos que de compras de mercado. Pocos son los alimentos que cumplen ambos requisitos (digestivos y antialérgicos) y hay que estar siempre preparados para ir hasta donde sea necesario a surtir aquellos que tengan el balance y la alquimia requeridos por su buche.  Después de hacerse de sus quesos se instaló cómodamente en una silla mecedora a intercambiar con la dueña del negocio unos ricos y sabrosos chismes: el tema fue nada más y nada menos que el de sus respectivos y muy variados achaques que vienen por añadidura cuando las mujeres llegan a cierta edad en la que cambiar de humor se vuelve tan rutinario como cambiar de canal a la televisión. Ya de regreso se compró una bolsa de totopostes chiapanecos, que para aquellos que no los conocen, son unas tortillas de maíz tan delgaditas como obleas y tan grandes y redondas como una pizza tamaño jumbo ¿Como las hacen'? Misterio. Es bonito andar en las carreteras de estos rumbos por lo exuberante y diverso de la vegetación, lo malo es que uno no deja de lamentar la suerte de los animalitos que se ven en la necesidad de cruzar la carretera sin llegar a conseguirlo ¡Mira, pobrecita! fue la expresión usada por Gladis para llamar mi atención y viera a una pequeña y verde iguanita que a mitad de la carretera hacía lo posible por caminar sin lograr moverse de su sitio. Tal vez me hubiera detenido para depositarla en algún lugar seguro de no ser porque una camioneta de redilas venía atrás de mí con ganas de llegar pronto a su destino.

3 comentarios:

pepe dijo...

Mi hermanita si que es un caso especial, creo que tiene el recort de alergias en el mundo y un fino sentido del gusto acompañado siempre de u fiel escudero(estomago) que le dice que hace esto o lo otro, digase asi si produce o no gastritis o si es tolerable o no, en fin, solo porque se necontro con una persona como Tu que comprendes de sus achaques sin ser doctor, creo que si lo fueras ya hubieses terminado como los alborotos de chu

Mario dijo...

Jajá. Si nos perdieramos en la selva ella sabría bien lo que sería y lo que no sería comestible, o bien, nos moririamos de hambre.

PD. Quizás quisiste decir "Los revoltijos de Chu".

pepe dijo...

Eso es lo que quise decir los revoltijos de Chu, saludos para tu Ahijada desde Reforma, Chiapas México...
Solo comentarle que Lei de Ella y es muy bueno solo queria decirle que si cabe la frace Medico curate a ti mismo...