La noche de ayer el sueño me llegó deprisa. Pasó como un soplo suave de éter llevándose mi conciencia como de rayo al incoherente mundo de las ilusiones. La acelerada transición de la vigilia al sueño se debió a una inesperada y benéfica exhalación que nos concedió la atmósfera como preámbulo a la lluvia que ya traía bajo la manga. Hoy fue un día sin calor lejos de aquellos otros plagados de ardores que le antecedieron. Es una noche excelente para abrir un libro, meterse en él y ver de cerca la forma en que un autor hilvana sus ideas con el fin de presentarnos su muy particular visión del mundo. En el interior de un libro es fácil ser tocado por la inspiración y la creatividad. Unas veces llegan hasta donde está uno a hurtadillas y otras nos arrollan como avalancha.
1 comentario:
Las nubes se hicieron presente en el cielo de nuestro pueblo al escuchar el clamor de los acalorados hombres y mujeres que no hallavamos consuelo en las sombras de los techos y de los arboles que tambien requeriande un buen refrigerio de lluvia Mario no hay dudas que la clemencia nos socorre en tiemopos dificiles....
Publicar un comentario