Es ya costumbre que tras los primeros desahogos pluviales vengan otros de ímpetus desusados. Tal fue el caso de hoy. Ya desde la tarde las nubes tenían un aspecto amenazador. Flotaban en las alturas como una mancha tinta negra. Pronto llegó la esperada lluvia acompañada de su comparsa bailarina: viento, truenos y relámpagos. Esta vez los truenos se llevaron el Oscar a la mejor actuación. Los vidrios de los ventanales vibraban como afiebrados por picadura de mosquito de dengue. No eran esos rugidos graves de león a los que estamos acostumbrados sino auténticos estallidos con un eco ensordecedor. Claro, como ya han de suponer se nos fue la energía coma al tercero de los ya mencionados estampidos. Vamos a Villahermosa –le propuse a Gladis como a las 8:30 pm. Ella no dejaba de pasearse de un extremo al otro de la casa con su lamparita de leds encendida en la mano como ánima del purgatorio. La luz no regresará. Existe algún problema en las lineas que no podrán reparar hoy –le confirmé. Ya es tarde. Además continúa lloviendo –se lamentó. Olvidé el asunto y me sumergí de nuevo en la aventura de Atreyu, Fújur y Bastián en el mundo de Fantasía creado por la mente febril de Michael Ende en La Historia Interminable. Me regresó a este mundo donde los pelliscos duelen la voz de Gladis con la frase ¡Ya estoy lista! emitida desde algún rincón obscuro de la casa. El perfil petrificado de Gladis como el de una gárgola gótica, junto con el escenario desolado y tétrico del tramo carretero que separa la colonia Las Garzas de la glorieta de Boca de Limón me pareció tan obscuro, lúgubre e irreal como el habitado por los Ayayai de la novela que recién acababa de interrumpir. En este momento que escribo ya estamos en Villahermosa y Gladis ya luce otra vez el garbo y su buen talante de siempre. Este tramo carretero dejó una huella indeleble en nuestro subconsiente que ya contaré algún día.
1 comentario:
La tormenta clasica de la temporada despues de días de intenso calor viene la lluvia cargada con mucha tormenta electrica y ahora estuvo pasadita de tono los rayos y relampagos hicieron de las suyas en todo Reforma y con ellos llegaron los acostumbrado apagones, donde te agarro el apgan y todo eso con musica del cielo, asi las cosas Mario
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