Pedro llegó el miércoles. Es su segundo día en casa y ya anda como león enjaulado. La camioneta tiene dos meses en el taller por daño severo en el motor lo que le impide desplazarse a Villahermosa para liberar un poco la testosterona que lo tiene con los músculos comprimidos y con la razón tan nublada que lo imposibilita a desempeñar con decoro el papel de un homínido. Él solo quiere ir al “antro” en compañía de sus amigos y no le entra en la neurona que la población entera anda con los nervios crispados esperando el más leve altercado para desahogar todos los días de estrés que tienen acumulado. Para evitar que la casa quedara reducida a escombros accedí a que fuera al cine.
En Villahermosa la paranoia se ha generalizado; ya se ha filtrado información sobre el riesgo potencial que se esconde en el asunto del tapón del río Grijalva. Ahora los informativos no se sienten tan seguros de la nota que reciben de los enterados en el tema. Cada vez es mayor la cantidad de textos que circulan por Internet, algunos de ellos tan alarmantes que han obligado a algunos habitantes a salir de la ciudad. Se informa que los trabajos para restablecer el cause del río se terminarán en la segunda quincena de diciembre. Por lo pronto, hace un par de días empezó la CFE a soltar agua de la presa peñitas y los ríos vuelven a su nivel acostumbrado, esto como preparativo para contener el agua que se espera al remover el tapón. Solo espero que este montón de tierra no seda antes de lo esperado. Por otro lado, hemos tenido mala suerte este último par de meses. Nos quedamos sin la camioneta cuando más la necesitábamos (desde antes de la inundación). Ahora hay que desembolsar una fuerte cantidad de dinero para su reparación cosa que no me hace nada feliz. El coche fue nuestro único transporte durante la contingencia, y claro, los charcos, los baches y los vados dejaron su secuela en cables, filtros y bujías obligándonos a dejarlo también en el taller. Nos quedamos sin vehículo por espacio de 3 días. Dentro de poco tendremos la camioneta pero nos quedaremos sin dinero. Mala perspectiva para un mes de diciembre. En la inundación de 1999 me tocó estar entre las personas afortunadas que recibieron una ayuda por la vía de la devolución de impuestos; ahora ni eso.
En Villahermosa la paranoia se ha generalizado; ya se ha filtrado información sobre el riesgo potencial que se esconde en el asunto del tapón del río Grijalva. Ahora los informativos no se sienten tan seguros de la nota que reciben de los enterados en el tema. Cada vez es mayor la cantidad de textos que circulan por Internet, algunos de ellos tan alarmantes que han obligado a algunos habitantes a salir de la ciudad. Se informa que los trabajos para restablecer el cause del río se terminarán en la segunda quincena de diciembre. Por lo pronto, hace un par de días empezó la CFE a soltar agua de la presa peñitas y los ríos vuelven a su nivel acostumbrado, esto como preparativo para contener el agua que se espera al remover el tapón. Solo espero que este montón de tierra no seda antes de lo esperado. Por otro lado, hemos tenido mala suerte este último par de meses. Nos quedamos sin la camioneta cuando más la necesitábamos (desde antes de la inundación). Ahora hay que desembolsar una fuerte cantidad de dinero para su reparación cosa que no me hace nada feliz. El coche fue nuestro único transporte durante la contingencia, y claro, los charcos, los baches y los vados dejaron su secuela en cables, filtros y bujías obligándonos a dejarlo también en el taller. Nos quedamos sin vehículo por espacio de 3 días. Dentro de poco tendremos la camioneta pero nos quedaremos sin dinero. Mala perspectiva para un mes de diciembre. En la inundación de 1999 me tocó estar entre las personas afortunadas que recibieron una ayuda por la vía de la devolución de impuestos; ahora ni eso.
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