Las personas gustamos de la exclusividad. Nos mueve el deseo insano de ser dueños de algo que la mayoría de los mortales no tiene. Este incontrolable apetito por las posesiones especiales, únicas o raras es bien conocido por la mercadotecnia. Los anuncios de televisión están llenos de ejemplos que explotan este interés. Así por ejemplo, todos podemos tener un cristal, pero muy pocos tienen un diamante. Esto aplica para la ropa de marca, celulares, relojes, autos, animales en peligro de extinción y una larga lista de etcéteras más. Lo malo es que las rarezas siempre son caras y los mortales sin dinero debemos encontrar (porque jamás nos resignamos) otro tipo de originalidades. Esta búsqueda incansable por lo único llevó esta semana a un sinnúmero de personas a contraer matrimonio en masa a la hora 9 del día 9 del mes 9 del año 2009. A otros (los menos) las rarezas los induce a pensar en sucesos apocalípticos como fue el caso del pastor y profeta boliviano José Mar Flores Pereira a quien una revelación divina lo llevó a secuestrar un avión con 103 pasajeros. La razón: quería advertir al presidente de un terremoto que sacudirá a México. Hoy en el radio, escuchaba decir a sus hermanos de religión a manera de defensa que la misma locura se achacó a Noé cuando construía la barca presagiando el diluvio. Es probable que el pragmatismo del señor Pereira lo hubiera llevado a pensar que el número 999 no es más que un 666 invertido.
1 comentario:
Hay hombres que en la busqueda de dios han creido que los unicos que saben la verdad son ellos y eso los lleva al extremo del fanatismo religioso de ahi, que la historia da su versiòn de los hechos atraves de los siglos A M E N
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