Hoy llegó Pedro de vacaciones. Lo vi como con 10 kg menos de cuando se fue la última vez. Me trajo unos riquísimos tamales y una estupenda ración de capirotada que Adelita nos envió de Guadalajara. Apenas llegué del trabajo, di cuenta de tres tamales y de una porción de capirotada. Mientras comía, los recuerdos llegaron en tropel a atropellarme. Todas las evocaciones querían ser las primeras en salir aunque sea por un segundo del letargo en el que viven. A cual más se disputaban el privilegio de volver con su ropaje setentero y repetir lo sucedido hace 40 años. Son múltiples las cosas que nos remontan al pasado en forma instantánea. Puede ser un aroma, una canción, un libro. La condición requerida para que alguna cosa nos transporte al pasado es que debió haber coexistido con la escena evocada al mismo tiempo y en el mismo lugar. En este caso fue el sabor de un tamal que me trajo la escena vivida hace 40 años. Gracias Adelita.
1 comentario:
la distancia en el tiempo, y la distancia misma por los muchos hilometros o millas que nos separan de los seres que nos vieron crecer y vivir con ellos a ala vez en nuetra niñes si que nos trae recuerdos, de todo lo bueno y cierta forma algunos momentos dificiles que hayamos vido, pero los recuerdos son asi y asi nos seguiran sucediendo..
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