Por fin terminamos de colgar la última serie de luces en la casa. Ya la fachada no esta tan lúgubre como lo estaba hace unos días. No relumbra tanto como lo hacen otras casas de la cuadra pero con todo y eso despierta la curiosidad de los paseantes. Tenía casi decidido no instalar luces este año pues mi ánimo ha estado un tanto devaluado pero como mis hijas se ofrecieron de ayudantes esto nos dio el arrojo necesario para comenzar. Así pues, Gladis y Yo fuimos por Ale a Villahermosa y nos dirigimos luego a comprar el pino y sus accesorios. Por lo avanzado del mes batallamos un poco para encontrar un pino de nuestro agrado. Los adornos también escaseaban y los que había estaban rotos por tanto manoseo de la gente. Por fin conseguimos lo necesario y regresamos ya tarde a casa. Kory, Alejandro y Pedro ya nos esperaban bien dispuestos para iniciar con las tantas veces postergada iluminación. Sin embargo muy poco avance hubo en cuanto al tejido del ajuar de luces de la casa ya que lo avanzado de la noche terminó con el brío original de los ayudantes. Aún con los exiguos resultados de ese día agradecemos el empujón que nos dieron ya que nos sirvió a Gladis y a mí para romper la pesada inercia del desgano.
1 comentario:
no acostumbro a adular a la personas pero lo que si se que esa casa siempre ha estado uliminada desde que ustedes la habitan y si las luces se han hechos menos pobladas, por la ausencia de algunos de los miembros o más bien de casi todos, seguiran con luz propia ya que los originarios de esa luz estan en su nuclio en todo su esplendor....con cariño para la familia concha burelo
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