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domingo, septiembre 25, 2011

La laguna reclama sus espacios

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Algo tiene que tener la colonia Las Garzas como para querer regresar a ella aún estando rodeada por agua. Ya no pudimos entrar a la colonia por la vía normal por la sencilla razón de que su lugar está ocupado ahora por un arroyo bastante ancho y brioso que fluye sin restricciones para llenar antiguos espacios robados a la laguna. La carretera alterna por la que llegamos (boca de limón-Reforma-Colonia del Carmen) también ya tiene un tramo como de 500 metros bajo el agua corriente (foto). Muchas de las casas de nuestros vecinos de la Ranchería San Miguel Segunda Sección ya están inundadas. Ellos, como ya es costumbre cada año, han levantado un tinglado provisional (una lona sostenida por cuatro palitos) a orilla de la carretera a la que han mudado con inevitable resignación todo su menaje. Parece ser que los niños a diferencia de sus padres son los únicos que sacan provecho de la situación. De camino a la colonia vimos a varios de ellos chapotear alegremente en la misma crecida que ha llevado a pique sus casas. Platicado de esta forma parecería que ésta esporádica diversión podría hacer más llevadera la desgracia de vivir permanentemente rodeados de agua pero nada más lejos de la verdad. La primera razón es que el agua estancada pronto deja de ser  agradable para convertirse rápidamente en un riesgo potencial para la salud. Otras razones no menos importantes son la proliferación de mosquitos, el calor sofocante, la humedad y todo tipo de animales rastreros que huyen también de la inundación buscando los mismos lugares altos ya ocupados por los tinglados de los humanos desplazados. No me quiero imaginar pasar una sola noche bajo una lona tratando de dormir tapado con una sabana húmeda en un ambiente calurosamente sofocante y rodeado de mosquitos hambrientos para los que somos una suculenta y nutritiva malteada contenida en un extraño, pachoncito y cálido recipiente.

1 comentario:

pepe dijo...

las personas que viven en la riveras tien quevivir con la zozobra de las anegaciones y algunos no quieren ir a los albergues por estar cerca de sus casa bajo el agua porque sin dudas tienen algunos bienes arriba en el tapango y si se alejan llegan los amantes de lo ajeno y se ls llevan alegremente como el gibarito, alegre de contentos con su cargamento, es un verdaero sufrimiento para esas personas las epocas de lluivia