Hace algunos años, cuando nuestra familia aún comía junta, aventé un monologo a mis hijos que intentó ser un consejo. Días antes había tenido la mente ocupada en cavilaciones sobre los caminos que conducen a una persona a ser lo que es o a llevarla a donde está. ¿Por qué existen personas adultas que responden de manera tan distinta a estímulos iguales? ¿Por qué cuando se trata por ejemplo de crear algo nuevo, algunos se esfuerzan en dictar y otros en tomar dictado?
Después de hacerme esas y otras muchas preguntas más, concluí que simplemente somos lo que somos, y estamos donde estamos, gracias a las elecciones que fuimos tomando en cada segundo de nuestra vida. Entonces, aquella tarde, y después de la comida, como para hacer la digestión, creí conveniente comunicar a mi familia aquella conclusión. Si ahora, alguno de ellos lo recuerda, entonces valió la pena el sacrificio de escuchar aquel monologo. El que no lo recuerde, bastará con que eche una rápida mirada a su pasado inmediato para entender que en la actualidad es lo que es, y esta donde está por una simple suma de elecciones.
Hace unos días, leyendo un ensayo de Rafael Fouquié sobre “la autenticidad del artista”, fue grande mi sorpresa al encontrarme con su siguiente opinión:
Después de hacerme esas y otras muchas preguntas más, concluí que simplemente somos lo que somos, y estamos donde estamos, gracias a las elecciones que fuimos tomando en cada segundo de nuestra vida. Entonces, aquella tarde, y después de la comida, como para hacer la digestión, creí conveniente comunicar a mi familia aquella conclusión. Si ahora, alguno de ellos lo recuerda, entonces valió la pena el sacrificio de escuchar aquel monologo. El que no lo recuerde, bastará con que eche una rápida mirada a su pasado inmediato para entender que en la actualidad es lo que es, y esta donde está por una simple suma de elecciones.
Hace unos días, leyendo un ensayo de Rafael Fouquié sobre “la autenticidad del artista”, fue grande mi sorpresa al encontrarme con su siguiente opinión:
…. Optar es asumir gestos, acciones, movimientos que, paulatinamente, nos identifican y definen. Al optar nos vamos constantemente dirigiendo hacia un espacio cada vez más reducido y más nuestro. La vida que vivimos, el camino que recorremos, los actos que realizamos: todo posee la forma de nuestras opciones, se dibuja con ellas. Optar nos va cerrando posibilidades: nos angostamos dentro de esas superficies que construimos en torno nuestro con nuestras escogencias. Optamos hacer y optamos ser en desmedro de muchísimas cosas que decidimos no ser ni hacer. La opción escogida niega a cualquier otra. Vivimos en medio de la selección, de la limitación, del descarte, de la parcelación. Nuestra vida va componiéndose de ciertas sumas y de muchísimas restas. Y en ese itinerario de sumas y restas va proyectándose…el sentido de NUESTRA obra…
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