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jueves, febrero 01, 2007

Ensayo sobre el Prometeo Kafkiano

Prometeo fue un dios mitológico griego que creo al ser humano mientras su hermano se concentraba en crear a los otros seres vivos. Esta tarea les fue asignada por Zeus, el dios jefe de jefes. Para realizar dicha encomienda, Zeus les entregó un tambache de partes (pelo, garras, picos, alas, etc., etc.) para que a modo de un juego de lego, fueran armando todo tipo de seres a placer. Como Prometeo le puso mucha crema a su taco, su hermano le agrandalló todas las características esenciales, dotando a sus animales de buenas armas para la supervivencia y no dejó ninguna para aquel desnudo mono de Prometeo, que por cierto lo hizo a semejanza de los de su especie. Conciente de la desventaja de su producto, Prometeo le birló el fuego a los dioses para dárselo a sus encuerados, no sin antes advertirles lo siguiente: de cada animal que maten para comer hagan dos porciones, después quemen en ofrenda la que los dioses elijan (así los dioses obtendrían también un beneficio por compartir el fuego y lo perdonarían a él por su robo). Sabiendo que los dioses iban a escoger la mejor porción, Prometeo nada tonto, enseñó a sus animales bípedos a camuflajear apetitosamente una porción de puro hueso y tripa cubriéndola de suculenta mantequita. La otra porción, la que contenía la carne magra, fue cubierta con puro pellejo. Ni para que contar cual escogió Zeus. Pero para aquel que no sospeche nadita le diré que eligió nada menos que el bulto que contenía la mantequita. Cuando Zeus se dio cuenta del engaño, de plano se le subió la bilirrubina y ordenó a todos sus dioses subordinados que le prepararan un “trabajito” al embustero Prometeo. Fue así que la bella Pandora y su mentada cajita apareció en el escenario. Este juguetito fue preparado especialmente para aquel dios chapucero y sus secuaces humanos. Lógicamente, la mujer era una bomba (y bombón) programada para hacer ver su suerte a nuestro paladín Robin Hood, y la cajita que llevaba era un “presente” de Zeus para aquella nueva raza de insolentes. Para aquellos que no sepan que contenía la cajita, solo les diré que estaba llena de las desgracias que hoy aquejan a la humanidad. Zeus le prohibió a Pandora que la abriera, imagínense ustedes!. Cuando hicieron llegar a Prometeo su regalito, este no cayó en la trampa, pero su hermanito sí. Por más que aquél le advirtió de lo endemoniado del asunto, aquel no hizo caso, y cayó redondito ante la belleza y los encantos de la mujer. Para no hacer el cuento tan largo, Zeus se cansó de que Prometeo le hiciera ver su suerte y ordenó que lo encadenaran a una roca en lo alto de la cordillera del Cáucaso para que las águilas le comieran el hígado todos los días (cada noche se le regeneraba por ser inmortal). Este castigo iba a durar nada menos que 30,000 años!.
Bueno, ustedes se preguntarán ¿que tiene que ver todo este royo con Franz Kafka?. Mi humilde opinión es que Kafka utilizó este mito para hacer una crítica mordaz a la naturaleza mezquina y desagradecida del ser humano. Su crítica inicia con esta sentencia: hay cuatro leyendas referidas a Prometeo…Desde mi punto de vista, solo la primera de estas leyendas concuerda con el mito real que aquí les conté, las otras tres mencionadas, son nada menos que de la cosecha del mismo FK. El común denominador de estas otras leyendas es EL OLVIDO Y EL ABANDONO con los que Prometeo padeció su castigo. Después de haberse arriesgado tanto para ayudar a sobrevivir al objeto de su creación, por todo pago recibe de ellos lo que esta implícito en ese pequeñísimo relato que FK garabateó tal vez con mucho desdén. ¿Tiene esperanzas Kafka de que la naturaleza humana mejore algún día? Esta respuesta la explica él mismo al final del mini cuento con estas palabras lapidarias: La leyenda (las suyas) quiere explicar lo que NO TIENE EXPLICACION. Como nacida de una verdad (la creación y los favores de Prometeo), tiene que volver a lo INEXPLICABLE (el pago regresado por su rebaño).

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