Todos los problemas tienen un punto de inflexión, de no retorno a su estado original. En este sentido, los problemas se parecen mucho a los resortes: si se estiran más de la cuenta, entonces ya no regresan a su estado inicial. Se dice por lo tanto que sucedió un cambio o un accidente. Todos desearíamos poner una solución a los problemas antes que alcanzaran este maléfico, dañino e indeseable punto de inflexión, el problema es determinar acertadamente cundo tendríamos que comenzar. En principio tendríamos que reconocer (o saber por un tercero que nos quisiera lo suficiente para arriesgarse a que de ipso facto le mentáramos la madre) que ya tenemos un problema y es aquí donde al puerco le dió por arriscarse el rabo. Si inoculáramos la solución correcta en esta temprana etapa, el cambio y el accidente no sucederían y no tendríamos que padecer dolor, ni secuelas, ni la muerte en etapas tan tempranas de la vida. Desgraciadamente no siempre tenemos el control de las fuerzas que estiran nuestros resortes y cuando sí lo tenemos, y está en nuestras manos dejar de aplicarlas no nos da nuestra recanija y regalada gana hacerlo…vaya usted a saber por qué. Después que sucede ese ingrato punto de inflexión, en el mejor de los casos, ya nada será lo mismo, y en el peor de ellos ya mejor ni hablar.
1 comentario:
Determinar es punto que llamas inflexión y que has descrito de la mejor manera y entendible, pos si que esta cañon hablando coloquialmente, saber hasta donde y cuando darle el estiron o el paron a los resortes fisicos pos si esposible nos compramos otros, pero los resortes figurativos que atñen a nuestras vidas, pos si que hay que tener un orden y una gran determinación al respecto, creo que no es facil ni tan sencillo determinarlo 5.14 am viernes 23/12/11, feliz fin de seman Mario, saludos
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