Visitas de la última semana

martes, diciembre 20, 2011

El Depa

Por alguna insospechada razón no me da la gana escribir cuando estoy en el departamento. Lo encuentro tan divertido y aleccionador como chupar un clavo oxidado mientras veo el programa cultural de la señorita Laura. Esta noche sin embargo, estoy tratando de encontrar la punta perdida de la madeja; quien quita es chicle y pega. Vivir en un condominio no es cosa fácil de hacer ni tampoco de platicar. Compadezco a mis vecinos estudiantes que están obligados a cumplir con sus ya de por si trabajosas tareas en medio de este soberbio y tupido barullo. La mejor concentración lograda a la hora pico del ruido no sirve ni para ensartar una aguja aunque tuviera el orondo ojo de un pescado o el saltón y fosforescente ojo de un animal nocturno. Grita la tamalera, el pizzero, el aguador, el fontanero, el afilador y hasta el loco pepenador de basura. A este estridente bullicio se agrega además la infaltable contaminación vehicular producida por conductores que se creen pilotos en competencia de formula uno: rechinar de llanta, estrepito de claxon y rugido de motor. Pero todo esto junto queda eclipsado por las siempre nutridas y aleccionadoras conversaciones de pasillo de nuestra comunidad de vecinos cuyos temas de conversación oscilan desde la telenovela de moda hasta los más delicados y controversiales asuntos de índole freudiano. No se diga ya los ruidos que llegan desde los departamentos adyacentes a golpear como con un martillo de thor el delicado tímpano de su desprevenida víctima haciendola saltar con el corazón en las manos y el Jesús en la boca; me refiero a las incansables licuadoras, lavadoras, estéreos, regaderas, descargas de retrete, accionar de cerrojos, y un sinfín de ruidos más. Espero aprender pronto a filtrar la contaminación exterior a fin de irle allanando el camino a las asustadizas ideas y animarlas a salir de su actual e involuntario arrinconamiento.

1 comentario:

pepe dijo...

No pos mi querido cuñao, vivir en el cerco de un habitat, muticompartido es de esperar ruidos de toda indole y platicas de las más amenas cinversaciones de las vecinas principalmente, ni modos así es la vidaura que le asmos si es puro hueso, saludos