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jueves, octubre 20, 2005

Competencia laboral

Durante el tiempo que llevo trabajando en esta empresa, he sido testigo de las distintas etapas por las que atraviesa la mayoría de las personas en su vida laboral. Todos iniciamos con el firme propósito de trabajar duro, haciendo generalmente más de lo que nos piden. Una vez que obtenemos una plaza segura, seguimos trabajando con el mismo ahínco durante algún tiempo más. A partir de aquí, el 80% de las personas muestran su verdadera actitud hacia el trabajo, que es la misma actitud que tienen hacia la vida: obtener el máximo beneficio con el mínimo de esfuerzo. En esta fase, las personas conocen todo lo relativo al negocio y a todos los que trabajan en él. Conocen los puntos débiles y empiezan a aprovecharse de ellos para esconder sus errores o para obtener beneficios personales que en la mayoría de los casos no esta relacionado para nada con el crecimiento o el interés de la empresa. Estas personas no tienen “sentido de propiedad” ni lealtad con la empresa que les brindó la oportunidad de desarrollo profesional. Siempre aprovechan la menor oportunidad para obtener un beneficio personal. El otro 20% de los empleados, son los que sostienen realmente el negocio, y también los que poseen el “sentido de propiedad” y la lealtad necesarios para empujar las políticas y estrategias del negocio. Lo paradójico de esto, es que estos últimos son por lo general los más “trabajados”. En no pocas ocasiones también, para colmo, son los de menor remuneración. La razón de esto es que nunca se quejan y jamás dicen “no puedo” o “no se”. Entienden perfectamente que la empresa proporciona seguridad a su familia, si las cosas marchan bien en el trabajo, igual marcharán en su familia. En la época de abundancia de la empresa, el 80% de las personas descritas, se la pasan cometiendo errores desde sus nichos de confort y felicidad, mientras que el 20% restante se la vive resolviendo los problemas derivados de esos errores. Pero aún con todos estos inconvenientes, la madre de todas las ventajas sigue estando del lado del 20%, ya que en la época de “vacas flacas” de la empresa, la administración siempre volteará a ver al grupo del 80%. Las lisonjas y adulaciones no sostienen por si solas un negocio.
¿Qué uso es conveniente dar a la inteligencia, el que nos permita estar dentro del 80%, o el que nos permita estar dentro del 20%? Tarde o temprano llegará el momento de tomar esa decisión.
Pasando a otro tema, ayer Gladis me mostró el periódico “Tabasco hoy” en el que se informaba del próximo concurso “señorita Tabasco 2005” en el que participan 17 jovencitas. La noticia no hubiera tenido el menor interés de nuestra parte si no es porque una de las aspirantes a ese certamen resultó ser nada menos que la nueva novia de Pedro. Por cierto, he notado un leve cambio en Él. Lo he observado un poco retraído e intolerante, permanece mas tiempo en su cuarto haciendo “no se que cosa” y escuchando música –de esto último estoy seguro porque la escucho- Espero que no exista nada de que preocuparse.

Dos huracanes sorprenden hoy al país: Wilma, en la península de Yucatán -el más intenso de la historia en cuanto a presión barométrica- y la renuncia de Arturo Montiel a la candidatura interna del PRI –inédita en la historia de este partido acostumbrado al “dedazo” del presidente apuntando a su candidato “tapado”-

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