Stan cubrió con su manto de agua y viento desde el domingo el estado de Yucatán como depresión tropical, después flageló Veracruz y parte de Tabasco como huracán de categoría uno, para al final azotar los estados de Chiapas y Oaxaca otra vez como depresión tropical. En total fueron 140 municipios de la República Mexicana afectados por los escupitajos y flatulencias de este huracán que dejó a 250,000 damnificados totalmente desamparados y 11 muertos oficialmente declarados. EL municipio mayormente afectado fue Tapachula Chiapas a causa del desbordamiento del río Coatán, cuyo cause brutal arrastró casas, automóviles, puentes, árboles y probablemente a muchas personas que habitaban en las diez colonias ubicadas en las márgenes de esta serpiente de agua letal que se tragó 2,200 de sus casas. En Veracruz y Boca del Río hay inundaciones por el desbordamiento de lagunas y ríos. Aquí la precipitación alcanzó los 237 mm de lluvia. Es sobrecogedor ver la cara de incredulidad de las personas que les tocó vivir esta experiencia, algunas afectadas por la pérdida de su patrimonio y otras además con la incertidumbre de no encontrar a sus seres queridos. Centroamérica fue otra de las zonas castigadas con saña por esta depresión tropical sobresaliendo por su destrucción los países de Guatemala y el Salvador donde hay un sinnúmero de muertos, desaparecidos y damnificados por inundaciones, deslaves y desbordamientos. Nosotros afortunadamente estuvimos lejos de la trayectoria de esta tormenta, pero hemos sido alcanzados por su estela que nos ha dejado lluvias continuas desde el domingo.
Esto me hace recordar la estela de destrucción y muerte que dejó en Estados Unidos el huracán Katrina que destruyó gran parte de la ciudad de Nuevo Orleáns en el estado de Luisiana y que fue clasificado como el mayor desastre natural en la historia de este país. Sin duda, ahora vemos con mayor frecuencia la incidencia de desastres naturales relacionados con el clima que en el pasado. Una de dos, algo estamos haciendo que esta afectando negativamente el clima mundial, o bien, la cobertura informativa actual es mejor que en el pasado. Yo creo que las dos alternativas tienen que ver.
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