Visitas de la última semana

miércoles, agosto 29, 2007

Yo estoy bien, tu estas mal

Esta parece ser la posición de los seres humanos. El significado de la palabra “descalificación” se detecta en todos los ámbitos. No veo mucha diferencia entre esta palabra y su pariente cercana la “discriminación”. Las personas se descalifican por religión, por política, por raza, por dinero, por cultura, por apariencia física, por género, por hábitos, por nacionalidad, por preferencias, por capacidad. Así ha sido siempre…y así seguirá siendo mientras exista más de una persona sobre la tierra. El pasado nos ha mostrado reiteradamente que estas diferencias son innatas e irreconciliables en el ser humano, entonces ¿por que nos empeñamos en vivir en una sociedad global de iguales? Esto, por definición, no es posible. Para conseguirlo tendríamos que exterminar a todo aquel que no se nos parece –y no se quiere convertir –. Históricamente ha habido intentos de llevar a la práctica esta solución y todas ellas han terminado «años más tarde y después de muchas muertes» en fracaso. De estas diferencias nacieron las “etiquitas” como: imperialista, anarquista, socialista, capitalista, católico, gnóstico, gentil, judío, ario, musulmán, negro, etc., etc., etc. Y claro, estas etiquetas han sido las hogueras en donde se han horneado todas las guerras y revoluciones. Escribo esto después de haberme sorprendido con el video de Paul Potts «como seguramente ha ocurrido con todo aquel que se ha topado con él en YouTube» cantando en una audición estilo American Idol. Nunca antes había observado un ejemplo como este fuera de las películas, de cómo nos podemos equivocar al juzgar o descalificar prematuramente a una persona que consideramos incapaz guiándonos solo por su apariencia y comportamiento. Paul fue capaz de sobreponerse a las burlas de los jueces y de la audiencia en general al anunciar que iba a cantar nada menos que opera…jajaja, ¿quién? ¿tú?...
Dejo aquí el vínculo para que lo disfruten como lo disfruté yo.
http://www.youtube.com/watch?v=9oxTy7KIAaA&mode=related&search=

lunes, agosto 20, 2007

Huracán Dean

Otra vez las costas mexicanas del sur se verán afectadas por las inclemencias del tiempo. Esta vez toca al huracán Dean ser el malo de la película alcanzando ya la categoría 5 (escala máxima) antes de tocar tierras Quintanarroenses. Ya Pemex evacuó a 18,000 trabajadores de las plataformas petroleras en la zonda de Campeche. El éxodo de turistas atiborra aeropuertos y terminales de autobús huyendo de la inminente tempestad. Las noticias advierten a las personas que viven en las costas y en terrenos bajas que guarden sus documentos importantes en bolsas de plástico y que tengan al alcance de la mano una lámpara de mano y un radio de transistores. CFE mantiene acuartelado a su personal con el fin de restablecer la red eléctrica afectada lo antes posible; lo mismo ocurre con el personal de protección civil y de la defensa nacional en los estados de Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo. Se habla ya de miles las personas que pueden ser afectadas por este disturbio climático en la madrugada del martes tan solo en el estado vecino de Quintana Roo. El Complejo Nuevo Pemex ya bajó el procesamiento de gas en respuesta a la disminución de carga procedente de los pozos del golfo de México. En Reforma, esperamos lluvias torrenciales en los próximos días. No esperamos inundaciones ni crecientes de consideración en esta zona; esperemos que así sea. Entre tanto, estaremos pendientes de los reportes en los noticieros siguiendo con creciente interés la trayectoria de Dean en las próximas 24 hrs.

domingo, agosto 19, 2007

Hablando de males

Fuimos a visitar a Don Lucio y Doña Maty. Él preocupado por la reciente manifestación de dolor de ella por una malformación de disco de columna diagnosticada recientemente, lo encontramos algo retraído seguramente pensando en la forma de obtener los recursos económicos necesarios para costear una probable cirugía. A ella la encontramos como siempre, platicadora y jovial. Aunque el médico le recomendó reposo, ella continúa haciendo sus deberes hogareños con el mismo ímpetu de siempre. Algo similar le pasa a Kory, aunque lo de ella es una hernia discal, supongo que la intensidad del dolor en ambos casos es el mismo. Ambas tienen que recurrir a potentes analgésicos cuando la enfermedad se manifiesta; esto las obliga a reducir sus actividades rutinarias y en algunos casos hasta a cambiar sus hábitos de vestimenta. Por otro lado, Jorge Nucamendi, vecino y amigo cercano de nuestros hijos, acaba de recibir de su mamá un riñón. La cirugía fue a principio de este mes. Previamente, ya había tenido que pasar al quirófano en dos ocasiones sin llegarse a concretar la tan anhelada cirugía por temor a que su cuerpo intoxicado no soportara la intervención. Ahora, según sabemos, Jorge progresa satisfactoriamente en un hospital de México, sino es que ya esta afuera de él, alejado de las batas blancas, estetoscopios, sueros y cofias. Su mamá le obsequió otra vez el soplo de la vida.

viernes, agosto 17, 2007

Chuy y el río

Me recuerdo retozando en aquel apacible arroyo de corriente dócil salpicado de grandes lajas y piedras lisas ovaladas. Sus márgenes guardaban en su regazo alegres y esbeltos jarales llenos de hojas verdes y olorosas. Era un acto de carácter volitivo que emergía de lo más hondo de mi ser y que me impulsaba a recorrer las orillas de aquel caudal apacible de agua limpia y cristalina. Estas caminatas solitarias por la vega fueron las precursoras de mi mente fantasiosa y de mi particular preferencia de escuchar en lugar de hablar. El agua del arroyo se arremolinaba juguetona alrededor de aquellas piedras perezosas emitiendo destellos rutilantes que alborotaban mi liviana imaginación haciéndola volar a lugares desconocidos y apacibles. En invierno, la superficie del arroyo se cristalizaba dejando aterida la parte del cuerpo que la tocaba. El hielo entumecía los pensamientos; el aliento salía a regañadientes formando pequeñas nubes de vapor; las mejillas protestaban por el viento gélido tornándose rosadas con prestancia.
En tiempo de lluvia y de creciente, la familia Conchas se transformaba toda ella en celoso celador. Todos para uno y uno para todos: Chuy el Dartagnan. Su gusto temprano por la aventura y su precoz producción de testosterona lo empujaban a zambullirse en aquel río salvaje e iracundo. Siempre se daba sus mañas para burlar la estricta vigilancia familiar y sin que nadie se diera cuenta terminaba sumergido en las aguas rugientes y turbulentas de aquel río bravo y traicionero que imponía respeto al individuo mas bragado. ¡Doña Patro, su hijo está en el río! eran los clamores de alarma de parientes y vecinos. Cundía el estrépito de aquella corriente encabritada que arrastraba un tropel de troncos que subían y bajaban al compás del saltimbanqui oleaje. Allá a lo lejos, entre todos los desechos que el río arrebataba a la serranía, entre las sucesivas crestas y valles de las olas, entre padrenuestros y avemarías, emergía de vez en cuando la cabeza de mi hermano Dartagnan. De esto ya hace alrededor de 42 años. Feliz cumpleaños Chuy.

martes, agosto 14, 2007

Las bondades de escribir un diario personal

Llevar un diario es gratificante. Es regalarse una opción futura de echar una mirada al pasado. Volver sobre lo andado es conocer con exactitud la razón de nuestras elecciones. Es un patrimonio cultural, una fuente inagotable de datos en este mundo en el que predomina el alzheimer. Leer un diario es evocar escenas, emociones, ideales, gustos, personas, anécdotas, con la original intensidad y nitidez que en su momento se vivieron. Es increíble la cantidad de vivencias y emociones que hacen a un individuo distinto a los demás. Calculo que el ser humano olvida el 80% de su acervo; tenemos una mente volátil y caprichosa, se limita a guardar eventos en forma aleatoria. Sin pedirnos opinión, guarda lo que su regalada gana quiere. Una cabeza que guarda solo el 20% de lo que tanto trabajo le costó vivir a su dueño no puede ni debe ser considerada confiable, mucho menos suficiente. Llevar un diario es hacer trampa a esa parte olvidadiza de nuestro cerebro. Es vestir con palabras las imágenes desnudas que se arremolinan y claman por salir de la unanimidad de nuestro cerebro. Quieren ser inmortalizadas en una hoja de papel o en un chip de computadora para que se les recuerde después. Escribir un diario despierta también el espíritu creador, desarrolla la fantasía, aumenta el gusto del lenguaje, mejora la capacidad de expresión y de comunicación, da una visión de totalidad que ayuda a sintetizar lo importante y da a lo trivial otra dimensión. Escriban un diario, se los recomiendo. Si lo hacen, guardarán para siempre un pedazo de historia para la posteridad.

lunes, agosto 13, 2007

Feliz cumpleaños!

Según su mamá, Kory nació un 13 de agosto (12+1 para los supersticiosos) a la 8 p.m. Para mí nació un día de enero de 1986 en una esquina de la calle principal de Reforma Chiapas, frente a una farmacia y en medio del transitar de la gente. Era una agradable mañana de un domingo soleado, pero no caluroso. Iban caminando sobre la banqueta 3 generaciones: Su abuelita Matilde, su mamá Gladis y ella. Era una niña menudita, de cabello lacio y rubio, con un fleco recto y marcado, como de príncipe valiente. Su cara era más redonda que ovalada con un lunar en la parte inferior de la mejilla derecha, casi en el mentón. Su nariz pequeña contrastaba con unas ojeras marcadas que rodeaban unos ojos grandes color miel. Ella estaba lejos de imaginar que aquel señor que saludaba a su mamá iba a entrar en poco tiempo como cuña entre las dos. Fue difícil para ella aceptar a aquél extraño que llegó de súbito a disputarle el afecto de su mamá.
Era ella un retozo en el regazo materno. -bella frase de José Vasconcelos.

domingo, agosto 12, 2007

Kory

El 13 de agosto cumple años Kory. Cuando ella nació yo estaba terminando el penúltimo semestre de la carrera de Ingeniero Mecánico Electricista en la Universidad de Guadalajara allá por el año de 1982. En aquel año, ninguno de nosotros –Gladis, Kory o Yo – imaginamos que el destino iba a conspirar en un futuro cercano para hacernos coincidir en un salón del Centro de Integración Familiar de Reforma Chiapas. Somos un ejemplo vivo del determinismo de la materia. La forma en que llegué al CIFA fue totalmente circunstancial. Semanas antes, este centro de integración familiar había perdido a su maestro de guitarra, y acéfalos, los pocos alumnos que tenía estaban muriendo de aburrimiento; la encargada se dio a la tarea de buscar un sustituto lo antes posible para evitar que aquellos discípulos se descarriaran. Por ese tiempo yo vivía en el Hotel de Solteros y tenía por compañero de habitación a Roberto oriundo de Catemaco Veracruz. La encargada conocía a Roberto por cuestiones de trabajo y no pasó mucho tiempo en que llegara a mí el ofrecimiento por su conducto. Después de meditar algunos días en esa nueva actividad acepté desempeñarla sin mucho entusiasmo, llevado más por un impulso que por un deseo manifestado. Esto fue en el segundo semestre del año de 1985. Días después de iniciadas las clases, entró al salón una mujer –ahora sé que tenía 24 años –vistiendo un pantalón verde camuflajeado tipo army que se me hizo muy feito, “que gusto tan raro” –pensé. Solo la vi unos días, luego dejó de asistir. Era Gladis. En diciembre de ese año fui a Guadalajara a pasar la navidad con mi familia y las clases de guitarra quedaron suspendidas hasta 1986. En los primeros días de enero de 1986, y por mera casualidad, supe que Kory existía. Una tarde de fin de semana salí a hacer ejercicio al pueblo de Reforma y en frente a la farmacia “La Voluntad de Dios” me encontré con la mujer de aquél pantalón de guerra en tiempos de paz; iba acompañada de su mamá Matilde y de su hija Kory. A partir de ese día no nos pudimos sacudir uno del otro. Una vez que empecé a conocer su guardarropa, me fui acostumbrando a su particular gusto por los colores intensos, nada tímidos. Las invitaciones a tomar café se fueron sucediendo con mayor frecuencia cada vez; Kory nada mas al verme la primera vez me asignó el mote de “maco” –chamaco. Esta palabra era el peor insulto que sabía decir a sus 4 años de edad; con esa palabra me saludaba y con esa misma me despedía. De eso hace ya 21 años. Ahora Kory es una profesional de la informática, muy ordenada y responsable; su capacidad le alcanza para hacer bien lo que se proponga. En este aniversario escribo para ella estos recuerdos para que los cuente algún día a sus hijos.

viernes, agosto 10, 2007

Es viernes

Me gustan los viernes por ser el último día de la semana. Siento como si los días de una semana fueran escalones con pendiente de 90°. El viernes es el último escalón que termina siempre en un descanso; después del descanso ¡una resbaladilla!...Ahora estoy en el descanso, me regodeo un rato antes de saltar a la aventura. Mientras me decido, dejo para ustedes un consejo de Bukowsky.

EL GENIO DE LA MULTITUD

Hay suficiente traición, odio, violencia
Necedad en el ser humano corriente
Como para abastecer cualquier ejército o cualquier jornada.
Y los mejores asesinos son aquellos que predican en su contra
y los que mejor odian son aquellos que predican amor
y los que mejor luchan en la guerra
son -al final- aquellos que
predican
paz.

Aquellos que hablan de Dios necesitan a Dios
aquellos que predican paz no tienen paz
aquellos que predican amor no tienen amor
cuidado con los predicadores
cuidado con los que saben.

Cuidado con aquellos que están siempre leyendo libros

Cuidado con aquellos que detestan la pobreza o están orgullosos de ella

Cuidado con aquellos de alabanza rápida
pues necesitan que se les alabe a cambio

Cuidado con aquellos que censuran con rapidez
Tienen miedo de lo que no conocen

Cuidado con aquellos que buscan constantes multitudes,
no son nada solos

Cuidado con el hombre corriente, con la mujer corriente
cuidado con su amor

Su amor es corriente, busca lo corriente
pero es un genio al odiar
es lo suficientemente genial
al odiar como para matarte, como para matar a cualquiera.

Al no querer la soledad
al no entender la soledad
intentarán destruir
cualquier cosa que difiera de lo suyo

Al no ser capaces de crear arte
no entenderán el arte

Considerarán su fracaso como creadores
solo como un fracaso del mundo

Al no ser capaces de amar plenamente
creerán que tu amor es incompleto
y entonces te odiarán

Y su odio será perfecto
como un diamante resplandeciente
como una navaja
como una montaña
como un tigre
como cicuta

su mejor arte.

jueves, agosto 09, 2007

Buen clima

En estos días pasados el clima ha sido bueno; las lluvias apagan el ardor de la tierra humectando todo lo que en ella crece. Los habitantes del monte se dejan ver con mayor frecuencia, tal vez forzados por las inundaciones rápidas de los terrenos bajos tan comunes en esta época. Ayer, conduciendo dentro del complejo, me salió al paso un animal cuadrúpedo parecido a un zorro; su cuerpo era largo y esbelto; su pelambre pelirrojo con pequeñas manchas obscuras en su lomo brillaba con el sol. Su trote era de canino pero su garbo era de felino. Tenía las orejas picudas y paradas como las de un perro chihuahueño; su hocico era puntiagudo y su cola como de zorro. El encuentro duró escasos 20 segundos. Nunca me quitó los ojos de encima hasta que se perdió en el denso follaje. Hoy, transitando por otra parte del complejo, observé una iguana bebé de un color verde fosforescente. También es frecuente ver en el suelo pájaros pequeños que por accidente (o empujados por un hermano Caín) caen de su nido arbóreo. Hace tiempo, Ale intentó criar a dos de estos polluelos tratando de darles una segunda oportunidad. No se pudo. Hay especies que no pueden sobrevivir sin el cuidado de sus congéneres. Por más atenciones y comida que les dio no quisieron sobrevivir. Hace como un mes, me encontré con una escena que no me gustó; era un armadillo con su caparazón roto; ya estaba muerto, probablemente atropellado. Estaba siendo merendado por un par de zopilotes a la orilla de la calle. Este es el destino de muchos animales cuando se ven forzados a dejar sus inundadas madrigueras.

domingo, agosto 05, 2007

A clases otra vez

Nos levantamos temprano (yo a las 6 a.m.) para dejar a Pedro en el aeropuerto. Es la 1 p.m. y ya lo extrañamos. Ale lo primero que exclamó cuando se levantó fue ¡no me despedí de él! En la sala de espera vimos a muchas familias llevando a sus hijos para su retorno a clases. Como siempre, vimos escenas enternecedoras; una niña rubia menudita como de 6 años dando la bendición a su papá. También hubo imprevistos de nuestra parte. A Pedro no le permitían abordar el avión porque su pase tenía el nombre de Manuel Burelo. Abordó solo hasta que le dieron un nuevo pase de abordar con su nombre correcto. Es increíble la cantidad de cosas que pueden salir mal en un tiempo tan corto. Por ejemplo, para evitar que las monedas fueran un problema a la hora de pagar el estacionamiento (el aeropuerto tiene máquinas expendedoras de tickets), me aseguré de llevar en el bolsillo las monedas suficientes para pagar (a Gladis siempre le pasa lo mismo: nunca tiene cambio cuando vamos al aeropuerto). Como comentaré mas adelante, esta previsión de poco sirvió. Ya en la sala de espera, recordé que no le puse seguro al coche (cosa frecuente en mí). Salí al estacionamiento para remediar esa estupidez. Después de despedirnos de Pedro me dirigí a la máquina y metí el ticket para conocer la cantidad por pagar: 24 pesos. Introduje la cantidad exacta en otra rendija y la muy jija solo contó 14 pesos de los 24 que le metí. Reporté la anomalía a un guardia que se encontraba cerca. Este a su vez fue por una empleada del estacionamiento. Cuando esta mujer llegó, apretó un botón, y la máquina vomitó el ticket y el dinero que acababa de engullirse mañosamente. Después de esto repetí la operación. En esta ocasión la máquina hizo las cosas como se esperaba, sin chapucería, me regresó el ticket con la cuenta saldada. Luego, uno tiene que introducir ese mismo ticket en una rendija de otra máquina ubicada a la salida del estacionamiento. El conductor que me adelantaba en la fila estaba en este proceso… y en apuros, metía su boleto en la rendija de un modo, luego de otro, le daba vuelta, le volvía a dar vuelta, y nada. Sufrí solo de ver su cara de angustia y desesperación; como la máquina no reconocía el boleto, no subía el brazo mecánico que obstruía el paso. Nos tuvimos que cambiar de fila para salir de ese nuevo atolladero. Ya de regreso, unos 10 minutos después de haber dejado el estacionamiento, Gladis recibió el mensaje de Pedro comunicándole que no lo dejaban abordar por el problema del nombre. Afortunadamente ya estamos en casa y Pedro ya llegó a su destino, lo veremos dentro de cuatro meses si todo sale bien en este su tercer semestre. Esperamos que así sea.

viernes, agosto 03, 2007

Preparativos para el retorno a clases

Pedro ya esta preparándose anímicamente para su retorno a clases en Gdl. Cuanto más se acerca la fecha de su partida, más taciturno y apesadumbrado lo veo. Me da la impresión de que no ha encontrado el equilibro que se requiere para hacer las cosas bien cuando se vive lejos de la familia. Las notas de su último semestre, sumado a su desgano por mejorar me preocupan. He pensado seriamente que la libertad le ha indigestado. Lo ha jalado la bola; ha perdido el foco. Me ha asegurado que él estudia mejor en grupo. Así estudian los mediocres –le digo. ¡Las águilas vuelan solas, mientras los pajarracos vuelan en parvadas!. Me he asegurado que entienda que no puede ir siempre escudándose en el anonimato que da la “masa”. El que 95% de los alumnos reprueben o saquen malas notas, no justifica que le pase a uno lo mismo, y si esto pasa, solo confirma que estoy tan alejado de mi objetivo como ese 95%. Se ha relajado hasta para tomar cerveza. Su tío (hermano de Gladis) lo ha invitado a comer y para bajarle la comida le ha invitado cerveza, cosa que ha aceptado sin ningún remilgo. En el “antro” (que va seguido) ha aceptado que se toma una o dos cervezas. No hace muchos días, su tío le dijo a Gladis –envíame a Pedro a comer para empedartelo!! ¿De que se trata?. Hoy mismo, Pedro me pidió permiso para ir al “jaguar”. Ante mi cara de what, dijo –es una disco como tú les dices!. Le di mi permiso no sin antes leerle la cartilla –no te metas nada en el cuerpo, nada de cerveza, es más, ni pastel envinado!. No haré nada de eso, además estoy tomando un medicamento contra los parásitos –fue su respuesta. Al rato escuché las “recomendación” que le daba su mamá cuando se despedía de ella –No tomes Pedro, recuerda que estas tomando medicamento para los parásitos. ¡Caray!, de manera que cuando no este tomando medicamentos, ¡hasta permiso de su mamá tiene para echarse unas!. No quise dejar pasar la oportunidad y tercié –Pedro, tienes terminantemente prohibido tomar todo lo que contenga alcohol, así sea rompope, ¿quedó claro?. ¿Por qué somos a veces tan ambiguos en nuestras recomendaciones?, tan fácil que es decir: te prohíbo hacer esto o aquello, así, a secas. Sin caer en los malos entendidos, sin transmitir mensajes subliminales, sin dar permisos velados. En fin, espero que Pedro replante su estrategia y se aleje de todo aquello que no le ha permitido mejorar.