Pedro ya esta preparándose anímicamente para su retorno a clases en Gdl. Cuanto más se acerca la fecha de su partida, más taciturno y apesadumbrado lo veo. Me da la impresión de que no ha encontrado el equilibro que se requiere para hacer las cosas bien cuando se vive lejos de la familia. Las notas de su último semestre, sumado a su desgano por mejorar me preocupan. He pensado seriamente que la libertad le ha indigestado. Lo ha jalado la bola; ha perdido el foco. Me ha asegurado que él estudia mejor en grupo. Así estudian los mediocres –le digo. ¡Las águilas vuelan solas, mientras los pajarracos vuelan en parvadas!. Me he asegurado que entienda que no puede ir siempre escudándose en el anonimato que da la “masa”. El que 95% de los alumnos reprueben o saquen malas notas, no justifica que le pase a uno lo mismo, y si esto pasa, solo confirma que estoy tan alejado de mi objetivo como ese 95%. Se ha relajado hasta para tomar cerveza. Su tío (hermano de Gladis) lo ha invitado a comer y para bajarle la comida le ha invitado cerveza, cosa que ha aceptado sin ningún remilgo. En el “antro” (que va seguido) ha aceptado que se toma una o dos cervezas. No hace muchos días, su tío le dijo a Gladis –envíame a Pedro a comer para empedartelo!! ¿De que se trata?. Hoy mismo, Pedro me pidió permiso para ir al “jaguar”. Ante mi cara de what, dijo –es una disco como tú les dices!. Le di mi permiso no sin antes leerle la cartilla –no te metas nada en el cuerpo, nada de cerveza, es más, ni pastel envinado!. No haré nada de eso, además estoy tomando un medicamento contra los parásitos –fue su respuesta. Al rato escuché las “recomendación” que le daba su mamá cuando se despedía de ella –No tomes Pedro, recuerda que estas tomando medicamento para los parásitos. ¡Caray!, de manera que cuando no este tomando medicamentos, ¡hasta permiso de su mamá tiene para echarse unas!. No quise dejar pasar la oportunidad y tercié –Pedro, tienes terminantemente prohibido tomar todo lo que contenga alcohol, así sea rompope, ¿quedó claro?. ¿Por qué somos a veces tan ambiguos en nuestras recomendaciones?, tan fácil que es decir: te prohíbo hacer esto o aquello, así, a secas. Sin caer en los malos entendidos, sin transmitir mensajes subliminales, sin dar permisos velados. En fin, espero que Pedro replante su estrategia y se aleje de todo aquello que no le ha permitido mejorar.
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