Lejos están aún los veraniegos días de las agotadoras sudoraciones. Me alegra mucho esto. Mientras tanto, hoy me anima transitar otra vez por un día más de sereno y fresco chipi chipi. Hoy los residentes del zarzal y los avecindados en la laguna están en calma, como en período de hibernación. Es buen tiempo para leer y reflexionar, actos que lamentablemente están perdiendo adeptos ante la avalancha arrolladora de la tecnología. La lectura va siendo con mayor frecuencia un regocijo en solitario, una conversación con uno mismo por no abundar los interlocutores. En repetidas ocasiones he insistido en alentar la lectura entre las personas que aprecio pero nada parece cuajar. ¿Como cuidarse del síndrome de Estocolmo o como beneficiarse del efecto pigmaleón si no se conocen? Ni modo. Continuaré sintiéndome un egoísta por disfrutar en solitario de este filón. Como dije, el tiempo es ideal para conversar con un libro, y todos los que tengo cerca como que me cuchichean.
Visitas de la última semana
viernes, enero 28, 2011
martes, enero 25, 2011
La credencial de elector
Si pues. Soy de los (des)afortunados que tienen en su billetera una credencial de elector con terminación 03. Ha sido tanto el empeño que el gobierno federal ha puesto en retirar de circulación estas credenciales, que actualmente toda persona poseedora de una joya arqueológica de esta naturaleza considera, desde principio de este año, que el estatus que ahora le están indilgando es equiparable al de una chinche. El delirio de persecución que hoy día sienten los poseedores de esta caja de pandora se hace presente, cada vez que requieren hacer una transacción bancaria, comprar con tarjeta de crédito, obtener un pase de abordar, conseguir un empleo y una larga cadena de etcéteras más. Me he visto ya en más de una de estas situaciones temiendo que en la siguiente mi pesadilla se convierta en realidad y me inviten a salir por donde llegué con la advertencia de que regrese solo hasta que mi condición vuelva a ser humana. Desesperado de vivir transformado todo el tiempo como seguramente también le sucedió a Gregorio Samsa en la metamorfosis de Kafka, Gladis y Yo nos dimos el tiempo para tramitar este día las credenciales que nos regresaran nuestras extraviadas identidades. Tres horas hacinados en una estancia de 5x5 como sardinas enlatadas, entre llantos de niños fastidiados ante la mirada resignada de sus mamás, entre vendedores de frituras y golosinas, rodeados de olores extraños, y como valor agregado escuchando la erudición de Niurka en su nueva etapa de conductora de TV hablando del interesantísimo tema de Kalimba. Fue el precio que tuvimos que pagar para regresar a la anhelada normalidad. El 13 de febrero es la fecha que nos dieron para recoger la nueva credencial de elector. Ese mismo día me tendré que despedir con aflicción de quien fui yo mismo hace 20 años.
domingo, enero 23, 2011
Días de brizna
Tenemos un clima nublado con lapsos recurrentes de ligeras lluvias. Los días así me parecen hospitalarios además de verse muy monos teñidos con un color levemente nacarado. Son días buenos para dormir de un tirón y despertar a la mañana siguiente rebosante de energía renovada y pizpireta. Días como estos: llorosos y ataviados con ropajes apagados, despiertan en algunas personas sentimientos de tristeza que los remolca sin consentimiento por góticos escenarios. A mí, por el contrario, me llena de plácidas sensaciones, de lozanos aromas, de evocaciones agradables, de bebidas calientes y de calma chicha. Tengo el presentimiento que a nuestro cetrino y alado Paco también le regocija que la briza le revoloteé las plumas, gusto que manifiesta con una copiosa arenga desprovista del más mínimo pudor.
sábado, enero 22, 2011
De males a males
He tenido con anterioridad malas semanas y esta que está por terminar califica con mención honorifica para incorporarse a este detestado grupo. Veo sin embargo en las noticias de hoy la difícil travesía que miles de centroamericanos hacen para llegar a EU a través de México encaramados en el lomo de la bestia (ferrocarril) soportando frío, hambre, sed, temor, necesidades fisiológicas y discriminación ¿He tenido una mala semana? Ya no estoy muy seguro.
martes, enero 18, 2011
La nostalgia de Niño
La pesadumbre de Niño sigue en pié. Su comportamiento desde que no está Patón ha dejado intrigada a Gladis. Las preguntas que me ha dirigido aclararán el punto: ¿Recuerdas que Niño lloraba cada vez que llevábamos a Patón al veterinario? ¿Por qué no lloró esta vez? ¿Será que tiene conciencia de que en esta ocasión su ausencia es permanente? En respuesta a sus preguntas continuó diciendo: "ahora recuerdo que mientras Patón estaba tendido sin vida Niño lo olisqueó en repetidas ocasiones. Después se recostó a su lado y se quedó plácidamente dormido junto a él hasta que Martín llegó a la casa". Pienso de mi parte que si bien es cierto que la aflicción de Niño es evidente y que su desánimos de ladrar es manifiesto, también es cierto que ningún gimoteo ha salido de su garganta. Si, creo que es conciente de su nueva condición y también de que sus gemidos no servirán esta vez para traer de regreso a Patón. Nos tranquiliza que está comiendo bien y eso ya es buena señal.
domingo, enero 16, 2011
Buen escenario y malos actores
Domingo apacible. Bien orquestado por trinos de pájaros. Clima benigno, como para un buen descanso hogareño. Un ambiente tranquilo con adorable aroma a gardenia. Bonito escenario para buscarse quehacer. Sin embargo (siempre hay un pero), amanecí con dolor de cabeza, Gladis con dolor de calcañar, Ale con una estridente tos y Niño con un dolor en el alma. En este día los únicos carentes de aflicción en esta casa parecen ser las Gordas tragonas: los dos cuyos de Ale, Paco: el perico lenguaraz y Pachis: el gato concupiscente.
viernes, enero 14, 2011
óbito de Patón
domingo, enero 09, 2011
Nuevo año
Los últimos días del año viejo y los primeros del nuevo fueron buenos para nosotros. Algunos de ellos pasaron como hálito cálido, otros como ola espumosa, los más como viento fresco. Eso sí, todos ellos saturados de placentero coloquio, risas espontáneas, compañías sabrosas, alimentos jugosos y de personas ausentes que en estos días se hicieron presentes. Pedro estuvo con nosotros desde mediados de diciembre y justo hoy retornó a Gdl con el cuerpo lamentablemente saturado de pozol, chile amashito y de bebidas espirituosas. Tengo gracias a él cuatro libros más en mi mesita de centro (arqueada ya por el peso) esperando tranquilamente a que este lento y flojo lector ceda a los guiños y carantoñas que amablemente me hacen cada que paso cerca de ellos. Aspavientos que seguramente urden como preámbulo de las historias que guardan para mí entre sus páginas. Tengo también una blackberry gracias a la buena suerte de Ale (se la sacó en un sorteo) y a los buenos oficios de mi amada esposa para reclamarla puesto que los organizadores le estaban dando sospechosas largas al asunto. Ale ya terminó su licenciatura y empezó a trabajar en toda forma en el mismo lugar en que estuvo trabajando de becaria. Ahora dice que va por la especialidad en no se que cosa así que nada de descanso para ella ni para nosotros ($). Pedro debió haber terminado también este año su licenciatura pero no le fue posible gracias a su pujante e imperiosa necesidad de esparcimiento que le hizo perder su beca, y por consiguiente, el costo extra (imposible de pagar por un servidor) que aquel necesario recreo le ocasionó lo obligó a posponer materias del paquete semestral obligatorio. Así que tendrá que posar sus ya adormecidas sentaderas en las butacas escolares otro año más para atender las materias pospuestas por mortal necesidad. A Kory la veo feliz disfrutando su nueva vida de matrimonio, divirtiéndose en grande como debe ser. Tengo buenos hijos, su madre los ha educado bien. Afortunadamente no han heredado de mí el mutismo y la sobriedad chocante que me caracteriza. En cambio han heredado el gusto por lo huapachoso, fiestero y dicharachero de parte de su mamá. Hoy, con la partida de Pedro hemos quedado otra vez Gladis y Yo como murciélagos en caverna, escuchando los ecos de aquellas idas conversaciones que ahora vienen a nosotros entre rebotes de estalactitas y estalagmitas.
lunes, enero 03, 2011
Primera (y única) cena del año
Gladis y Yo cenamos en casa con nuestros hijos. Además de nuestros críos estuvieron con nosotros Alejandro el esposo de Kory, y Gerardo el novio de Ale. El pavo quedó pronto sin piernas y sin la mitad de su otrora orgullosa pechuga. El gran ausente de la cena fue el tradicional ponche. En esta ocasión Gladis de plano se puso en huelga por más que me ofrecí a cortar la caña. Disfrutamos tener juntos en casa a todos los desbalagados, suceso que solo ocurre unos pocos días al año.