Lejos están aún los veraniegos días de las agotadoras sudoraciones. Me alegra mucho esto. Mientras tanto, hoy me anima transitar otra vez por un día más de sereno y fresco chipi chipi. Hoy los residentes del zarzal y los avecindados en la laguna están en calma, como en período de hibernación. Es buen tiempo para leer y reflexionar, actos que lamentablemente están perdiendo adeptos ante la avalancha arrolladora de la tecnología. La lectura va siendo con mayor frecuencia un regocijo en solitario, una conversación con uno mismo por no abundar los interlocutores. En repetidas ocasiones he insistido en alentar la lectura entre las personas que aprecio pero nada parece cuajar. ¿Como cuidarse del síndrome de Estocolmo o como beneficiarse del efecto pigmaleón si no se conocen? Ni modo. Continuaré sintiéndome un egoísta por disfrutar en solitario de este filón. Como dije, el tiempo es ideal para conversar con un libro, y todos los que tengo cerca como que me cuchichean.
1 comentario:
Libros y más libros, solo un porcentaje menor de la población es el que dedica un tiempo a la lectura, no somos afines a estar encerrados en ellos,a pesar que sepamos que con ellos podemos viajar através del tiempo a epocas y lugares distintos, atras en el tiempo, el presente y aun podemos imaginar el futuro, viendo y leyendo autores, que no llevan de la mano asidos durante el viaje narrativo de sus expresiones plasmados en las hojas....saludos Mario.
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