Tenemos un clima nublado con lapsos recurrentes de ligeras lluvias. Los días así me parecen hospitalarios además de verse muy monos teñidos con un color levemente nacarado. Son días buenos para dormir de un tirón y despertar a la mañana siguiente rebosante de energía renovada y pizpireta. Días como estos: llorosos y ataviados con ropajes apagados, despiertan en algunas personas sentimientos de tristeza que los remolca sin consentimiento por góticos escenarios. A mí, por el contrario, me llena de plácidas sensaciones, de lozanos aromas, de evocaciones agradables, de bebidas calientes y de calma chicha. Tengo el presentimiento que a nuestro cetrino y alado Paco también le regocija que la briza le revoloteé las plumas, gusto que manifiesta con una copiosa arenga desprovista del más mínimo pudor.
1 comentario:
Desde luego que estar entrelazado en hornatos de una gran cama y días con viento leve y lluvia menuda si que es de pensar salir del aposento de buenas ganas, lastima que los momentos de solas esparsimiento dentro de la cama se dan muy poco por nuestra region, creo que por lo mismo tu exposición...saludos
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