Ayer a Ale le recogieron en la escuela un reproductor mp3 porque lo escuchaba en el salón de clase. Su maestra le dijo que lo regresaría solo a sus papás. Hoy Gladis tuvo que ir a la escuela con su cara compungida para arreglar este asunto. Además del problema del mp3 la maestra le notificó que platica mucho, particularmente con un niño que aparece en su salón a toda hora (aún en clase). También le informó que ya le habían retirado el “aparatito” en otras ocasiones, además de que se la pasa viéndose al espejo y maquillándose en el baño muy a menudo. Algo rescatable hubo en todo esto, y es que la maestra confirmó que Ale no ha bajado sus notas pero que sí ha notado un cambio en su comportamiento. Al término de la reunión Gladis le informó a Ale que la maestra no le quiso regresar el reproductor (cosa que no era cierta). Su reacción a esto es lo que ahora me tiene realmente preocupado. Uno de sus comentarios fue “es que esa maestra amargada no ha de tener macho”. La respuesta de su mamá fue prohibirle que se expresara de esa manera y que evitara usar esas palabras hirientes y vulgares. A la pregunta de por que usar el mp3 en clase si ya sabía que estaba prohibido, además de que en reiteradas ocasiones ya se le había recogido, argumentó que en esas ocasiones lo había prestado a sus compañeros (¿?). Gladis me comentó todo esto hoy. Ella sabe que la mejor hora de comunicarme esta clase de noticias sin que me convierta en “diablo de tasmania” es en la noche, bien comido y descansado. Creo que es tiempo de platicar con Ale y tomar algunas acciones.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario