La motivación

Lo que me animó a escribir una bitácora como esta, fue mantener un vínculo permanente con las personas que aprecio y que por azares del destino nos encontramos físicamente lejos. Quiero compartir con ellas algunos momentos de mi vida, buenos y malos. Sin duda alguna, la comunicación acerca a las personas, fortalece los vínculos existentes, crea vínculos nuevos, pero sobre todo evita el desapego.
Por ejemplo, cada vez que me despido de mis familiares en Guadalajara, inconscientemente oprimo un botón de “pausa” imaginario, esperando en mi próxima visita encontrarlo todo como lo dejé. Es como querer reanudar una película que se dejó de ver exactamente donde se interrumpió la última vez. Claro, la realidad es muy distinta, el tiempo no es retroactivo, lo que pasó ya es historia y solo queda el resultado: una persona interior y exteriormente distinta. Actualmente, mis sobrinos saben de mí solo lo indispensable, de sus primos cuando mucho sabrán sus nombres, así pues, el distanciamiento físico lleva casi siempre a un distanciamiento emocional. En estas condiciones el desapego generacional es lento pero seguro. Por consiguiente, el objetivo principal de compartir con ustedes algo de nosotros es crear y fortalecer vínculos, aprovechando para esto la oportunidad que nos brinda la tecnología.