Soy de Jalisco. Estudié ingeniería en la Universidad de Guadalajara, generación 1983. En 1984 ingresé a Petróleos Mexicanos al Complejo Procesador de Gas Cactus en Reforma Chiapas. Mi familia la forman mi esposa Gladis y nuestros 3 hijos: Gladys Alejandra (Ale) de 15 años, Pedro de 16 y Kora Naama de 22. Alejandra se llama así porque a su papá le gustan los valses mexicanos y le antepusimos Gladys porque su abuelita paterna María Patrocinio se refería a ella con ese nombre cuando estaba aún en la “panza” de su mamá; Pedro tiene ese nombre porque su abuelito paterno se llama así y Kora Naama (Kory) lleva ese nombre porque su mamá seguramente lo alucinó en algun viaje astral al nirvana. Viven con nosotros dos perros: un bóxer llamado “niño” y un basset hound de nombre “patón”. Este último llegado a nosotros por un regalo recibido de la familia de mi hermano Gustavo. Ale tiene un perico parlanchín llamado “paco” que no se cansa de decir “burro” y cantar la diana tal y como se la enseñó Gladis, haciendo un final suavecito como si el aire se le acabara. Pero lo que más disfruta este cotorro es molestar a Pedro mientras se baña recitándole una perorata que nadie entiende, mezcla tal vez de todos los sonidos que escucha y que hilvana con bastante soltura y placer.
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