Niño y natasha

Hoy es la tercera vez que le traen su novia a niño. Se llama “natasha” y es una perra bóxer medio rara pero muy cariñosa y pacífica. Es blanca con manchas café claro, tirando más bien a albina y tiene los ojos azules. Cuando niño la ve se transforma, se comporta como un tren descarrilado bajando sin frenos por rieles curveantes. Corre de aquí para allá moviendo su tunco rabo frenéticamente y echando espuma por el hocico como un poseso. Sin ningún preámbulo hace lo que tiene que hacer y después de terminada la faena anda como pavo real, altivo, feliz, como sitiándose el jefe de la “manada”. Aparte de él, nadie más está contento con “natasha”. Patón tiene que estar encerrado por temor a que le pedaleé la bicicleta a niño y se arme tremendo zafarrancho. A Gladis le preocupa que los tórtolos estén afuera porque si llueve se van a mojar, aunque pienso que eso le haría bien a niño para que se le baje un poquito la bilirrubina. Espero que esta vez si se le pueda adjudicar la paternidad de los cachorros a niño porque la vez anterior le “rayaron su cuaderno” antes de que él hiciera su trabajo. Ahora Kory tiene que andarse escondiendo de la familia que le compró el cachorro de aquella camada por que salió con un pedigrí de dudosa calidad, más bien tirando a callejero. Pero a niño nada le importa lo coscolino de natasha, como bien dice el refrán: ojos que no ven corazón que no siente.
Al que no le hemos podido conseguir novia es al pobre de patón por más avisos en el periódico que se pongan y cuando sus necesidades naturales lo “alcanzan” anda persiguiendo a niño con intenciones insanas. Afortunadamente niño lo tolera estoicamente hasta que a patón se le sale el chamuco.