Mañana nos vamos a Mérida. Doña Maty llegó hoy a la casa con su maleta bien dispuesta para el viaje. Kory y su familia nos invitaron para engrosar la comitiva, y como estoy de vacaciones aceptamos el convite. Mañana, después de medio día, estaremos devorando carreteras de Tabasco, Campeche y Yucatán. Los paisajes que se miran por allí son muy bonitos, y más cuando se recorren escuchando el prolongado cuchichear de las olas del Golfo cuando acarician la arena blanca de sus playas. Vale la pena hacer ese dilatado viaje de 8 horas tan sólo por su trayecto, colmado de encantos que mucho agradecen los sentidos, y con la expectativa de zamparnos algún platillo típico yucateco, que los tiene, y muy ricos.
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