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domingo, enero 19, 2014

Por los caminos del sur

Ya estamos instalados en Mérida. Nubes blancas, cielo azul y aire limpio. El trayecto no me decepcionó. Desde Frontera Tabasco hasta más adelante de Champotón Campeche avanzamos con el mar turquesa a mano izquierda y una densa fronda verde a la derecha. Este tramo de autopista es una larga costanera separada del mar solo por una playa de arena blanca sembrada de palmeras chaparras y palapas rústicas con techo de palma de guano. Toda la costa es un vivero de aves: cormoranes, pelícanos y gaviotas. Algunas de ellas vuelan en círculos escudriñando el agua como a diez metros de la superficie concentradas en procurarse su porción diaria de alimento. Los pelícanos tan pronto localizan a su presa se lanzan en picada tras ella plegando sus alas fracciones de segundo antes de estrellarse contra el agua. Es una bonita coreografía realizada con mucha precisión y que solo se logra a través de centenares de repeticiones. Otras aves descansan en la cima de una larga hilera de estacas que los pescadores entierran en el mar como a 15 metros de la playa para asegurar sus lanchas después que terminan la jornada de pesca. Las gaviotas son oportunistas y muy aficionadas a robarle su comida a los demás. En Tabasco, a las personas que no llevan lonche al trabajo y gustan comer de la de otros, se les suele llamar gaviotas. El único tramo carretero que está en pésimas condiciones (baches de todo diámetro y profundidad) es el de Villahermosa a Ciudad del Carmen, que atraviesa parte de la Reserva de la Biosfera Pantanos de Centla, que es una área protegida. Este tramo de (mal llamado) carretera, se debe transitar con sumo cuidado si no se quiere terminar llantas arriba en medio del pantano, entre carrizales, tulares o popaleras. No me gustó ver en esta zona, a ambas márgenes de la carretera, a personas vendiendo hicoteas por racimos. Tengo entendido que la protección de la Reserva de la Biosfera incluye también a su fauna, pero aquí en Tabasco así son las cosas. La comida en Champotón no estuvo mal: caldo espeso de pargo y un coctel jumbo mixto con camarón, pulpo y caracol.

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