Terminé la novela corta de Alan Bennett "una lectora nada común". En ella, el autor se aventura a predecir, con los recursos que la fantasía pone a su disposición, lo que sucedería si de pronto la reina de Inglaterra se convirtiera en una lectora asidua. La narración sigue de cerca los cambios que esta nueva afición producen en su vida y en su ánimo, así como en su entorno. Muestra de paso, el férreo protocolo al que se deben ceñir los monarcas en el cumplimiento de sus responsabilidades, además de enumerarlas y de explicarlas. En fin, es una novela de lectura fácil y rápida que recomiendo a los interesados (o a los no convencidos) en conocer el potencial transformador que la literatura pone a disposición de los seres humanos.
Nunca es tarde para empezar a interesarnos en la lectura. Yo mismo fui un opsímata* (no se asusten por la palabra, yo también la acabo de descubrir, me la presentó la reina en este libro; por consiguiente, no pierdan tiempo buscándola en el diccionario: no existe).
*Opsímata: Persona que aprende tarde en la vida.
Citas del libro:
...la clave de la felicidad es no creerse investido de ningún derecho.
...no puedo elevar mi corazón hasta mis labios (Shakespeare).
Leer no es actuar.
No pones la vida en los libros. La encuentras en ellos.
¡Los libros son maravillosos! Nos ablandan.
A los ochenta las cosas no suceden, se repiten.
Decir que se esta por encima de la literatura es como decir que se esta por encima de la humanidad.
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