Pedro, Ale y Yo nos quedamos platicando hasta la 1:30 de la madrugada. Platicamos sobre todo de las ventajas que trae aparejada la actividad de la lectura. Siempre intenté iniciarlos en esta loable actividad aunque siempre obtuve pírricos resultados. Cada vez que Pedro se va a Guadalajara se marcha siempre muy motivado con la lectura. Pero siempre sucede que a la hora de poner el pie en suelo tapatío se olvida de su propósito. Esta vez no fue la excepción. Me solicitó que le recomendara algunos libros para leer. Le recomendé las novelas "tardes con Margaritte", "el curioso incidente del perro a media noche" y "la conjura de los necios". Esta última novela le interesó porque, a propósito de sus réplicas o comentarios, lo comparé (opino que injustamente) con el personaje principal de esa novela "Ignatius Reilly". Conversamos de la dificultad que el ser humano a tenido a lo largo de la historia para formarse una opinión propia de lo que sucede en su país y en el mundo. Coincidimos en que la mejor forma de atender este problema es leyendo las experiencias de vida que nos legaron la personas que nos antecedieron. Cada uno de ellos nos transfiere el conocimiento de los problemas que les tocó vivir y la forma en que sus contemporáneos los resolvieron. Toda novela, sin importar su clasificación, contiene información valiosa si se sabe como buscar.
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