Visitas de la última semana

viernes, diciembre 31, 2010

Una historia

Quiero contarte una historia. En una ocasión, un hombre se propuso llegar a la cima del mundo, y cuando lo logró se dio cuenta de lo solo que se sentía. No se arrepintió de haberlo hecho, porque era su aspiración, pero sí se arrepintió de no haber ayudado a nadie a llegar allí con él. Ésa es la historia.

Sacado de: Ángel sin cielo de Jorge Berenguer Barrera

sábado, diciembre 11, 2010

De regreso

Me tardé un poco en pasar por aquí. Tengo nuevas actividades que me han sacado de mi sosegado y recto carril. Lo más difícil ha sido adaptarme a mi nuevo horario de trabajo. Pero ahí la llevo. Cuando menos me resurgieron las ganas de meterme a esta bitácora para escribir mis acostumbradas elucubraciones. Hoy cumplió años Ale por lo que Gladis y Yo nos dimos a la tarea de preparar unas carnes asadas. Llegaron para acompañarla algunos de sus compañeros de escuela. Puesto que en este mismo año Ale termina su carrera de licenciatura, estos mismos colegas se convertirán próximamente en unos entes etéreos hechos de pura nostalgia y evocación y que comúnmente se les conoce con el nombre de ex compañeros. También estuvieron por aquí Kory y Alejandro que fueron los comisionados por Gladis para traerle su pastel. Permanecimos todos cerca al asador hasta que los mosquitos llegaron a aplicarnos la rutinaria sangría de las 7 p.m.

domingo, octubre 31, 2010

Regalo inesperado

Hace algunos meses Kory y Alejandro me regalaron dos libros bastante regordetes: Uno era La otra Historia de México de Armando Fuentes (Catón) y el otro era Un Mundo sin Fin de Ken Follet. Decidí iniciar con la lectura de Catón por dos razones: la primera por la proximidad que había a la conmemoración del centenario y bicentenario de la revolución e independencia de México y la segunda por mi soberbia pretensión de querer iniciar la lectura de la saga de Ken Follet como dictan los más conservadores y solemnes cánones: leer primero el origen de la historia y luego su continuación. Así pues, sin más anhelo que el de agregar un deseo más a los muchos que ya tengo en antesala decidí esperar a que un buen samaritano de crecido corazón me regalara la novela que antecede a la historia de Un Mundo sin Fin. Hace un par de meses Ale entró a la casa personificando al esperado buen samaritano con el libro Los Pilares de la Tierra de Ken Follet entre las manos. Nunca hubo solicitud previa de mi parte ni voluntad consiente de la suya para que yo pudiera completara la saga inconclusa que por otro lado era un dato que solo yo sabía.

miércoles, octubre 06, 2010

Aguas

Hablar del sureste mexicano es hablar de agua, de vegetación exuberante, de fauna policroma y de calor húmedo, muy húmedo. Esta parte de la república ha tenido desde su origen una relación muy estrecha con ríos y ciénagas que no siempre ha sido muy cordial. Tal es el caso de Villahermosa Tabasco. Esta ciudad esta prácticamente amurallada por agua corriente. De un lado la circunda, como cualquier periférico, el río Carrizal, mientras que por el otro, le corta una rebanada de manzanas (y la respiración) el río Grijalva. Ambos brazos acuosos se cierran en un abrazo fraterno (y fatal) alrededor del centro de la ciudad para finalmente unirse en un solo cause al sur de esta capital. Son pocas las ciudades que pueden darse el lujo de tener un periférico de agua. Aquí lo único malo son los embotellamientos provocados por el tráfico intenso de agua. Esta condición ya de plano es otra historia. Es entonces que las manos sudan, las uñas desaparecen, el pelo blanquea, el sueño se va…y el negocio de encostalar la ciudad prolifera. Desde agosto las preguntas (y respuestas) mas socorridas, sino es que las únicas, son: ¿Cuanto está desfogando la presa peñitas hoy? Un nuevo record histórico de 2450 metros cúbicos por segundo; ¿Cuantos centímetros por encima de la escala crítica tienen los ríos Grijalva y Carrizal? 119 centímetros el primero y 111 centímetro el segundo. Después de sendas preguntas y de sus respectivas y acalambradoras respuestas sobrevienen más sudoraciones y más temblorinas. Luego, viene el nada alentador pronóstico climático: se esperan cuarenta y tantos frentes fríos para los próximos meses. Entonces el escozor viene y va como ola futbolera entre los que viven cerca de las riveras mientras los cayucos y las pangas van sustituyendo paulatinamente taxis y combis en 80% de los municipios.

jueves, septiembre 02, 2010

Nunca más

Es de lamentar la ausencia física y definitiva del escritor Germán Dehesa, el Charro Negro como Él mismo se decía. Lo que más me gusta es sacar mis palabras a asolear –dijo en la entrada de su tradicional “Gaceta del Ángel” del 25 de agosto. Los que buscábamos toparnos con Germán Dehesa mientras oreaba sus palabras en el jardín de la prosa hemos quedado muy atolondrados y con una sensación de irreparable pérdida. Muchos sabrán de su fallecimiento, pocos conocerán su arte y todavía menos sabrán sus dichos.

…Nunca más.

El cuervo.

Edgar Allan Poe.

martes, agosto 24, 2010

Hay dolor, ya nos volviste a dar

Mala cosa. Ayer en la mañana, en medio de una reunión de trabajo, me tomó por sorpresa y a traición un punzante dolor en la región lumbar. De ahí en adelante fue de puras angustias. Me daba vértigo y sudaba frío tan solo pensar en que me tenía que sentar. Ponerme de pie después de haber permanecido sentado largo rato era una hazaña y una escena dignísima de ver. El cuerpo se negaba a dejar el molde de la silla y cualquier esfuerzo cerebral por recuperar la vertical se traducía instantáneamente en un dolorosísimo recordatorio de su ingobernabilidad. A la hora de la comida me fui directo a casa por una copiosa dosis de diclofenaco y ketorolaco para que me ayudaran a lubricar y embonar otra vez en su lugar los ejes y dientes de mis descarrilados engranajes. Que desfiguros. Mi cuerpo rígido, enroscado como anzuelo, se negaba a marchar recto. Se desplazaba con lentitud tratando de capturar, lejos de toda gallardía, asideros invisibles. No entiendo como hacían para caminar los antiguos héroes de caballería que después de cabalgar por varios días bajo la lluvia enfundados en sus armaduras oxidadas les sobraba ligereza y garbo para defender las buenas causas. Nada más verme, a Gladis se le dibujó una sonrisita en el rostro que en nuestro lenguaje corporal tiene el significado de “ya estás viejito” Haciendo acopio de una valentía que estaba lejos de sentir, y en detrimento de la poquita elegancia que me pudiera quedar, fui a terminar mi jornada de trabajo. Ya en casa y después de comer me fui con mis quejidos a ver la TV. De pronto, escuché un lamento que no era mío. Lo próximo que vi fue una figura espectral caminando en una posición aún más lamentable que la mía. Era Gladis, y la había atacado, nomás porque sí, el mismo mal. Caminaba en la misma posición que adoptan los purepechas cuando interpretan la danza de los viejitos: agachada, la mano derecha en un bastón y la izquierda en la cadera. No hay duda, somos como siameses. Por un momento nos vemos alternativamente a la cara y al nudo marinero en que se habían convertido nuestros cuerpos y soltamos la carcajada al unísono.

lunes, agosto 09, 2010

Otro porrazo

Por tercera ocasión el coche recibió un golpe por alcance. Esta vez fue machacado por una briosa pickup. El percance sucedió a la mitad del trayecto que diariamente recorro para comer. Mi hambre tuvo que esperar y ceder su espacio al ritual que aplica en estos desafortunados casos. Primero se viene el consabido periodo del estira y afloja con el conductor del otro vehículo para establecer y deslindar responsabilidades. El que acepta la culpa es también el que paga el ominoso e inevitable deducible, así que mucho ojo. Una vez que el otro conductor aceptó la responsabilidad del accidente me di a la tarea de adelantar el procedimiento que, gracias a la mala fortuna de mi coche, conozco a la perfección: buscar la póliza del seguro, buscar el teléfono de la aseguradora para que envíe al ajustador (tengan siempre el celular a la mano), dar santo y seña del lugar del accidente de preferencia con todo tipo de referencias conocidas, dar el número de la póliza, y esperar de 30 minutos a una hora a que llegue el ajustador. Ubiquen la tarjeta de circulación y la licencia puesto que es lo primero que les pedirá el ajustador tan pronto llegue al lugar. Luego viene otra media hora para el llenado de formatos, tomar fotos de las partes colisionadas y señalarlas luego en un croquis. Por último (y solo si el automóvil está en condiciones de rodar) queda a criterio de los afectados elegir el día en que se meterá al taller y la resignación de quedarse sin vehículo cuando menos una semana.

martes, agosto 03, 2010

Chaparrón

Hoy el día se despidió dejando tras de si un buen chaparrón. Quede varado en el trabajo esperando sin remedio que amainara un poco el agua para poder salir a recorrer el breve trayecto que me separaba del estacionamiento. Me gustan estos paréntesis momentáneos en los que uno queda encallado en algún lugar cualquiera sin haberlo previamente planeado esperando a que la naturaleza termine lo que con mucha enjundia empezó. Esto mismo sucedió una tarde del año pasado. En aquel entonces, como ahora, estaba esperando que el clima mejorara porque (para variar) se encontraba ensimismado aventando agua a todos lados. En esa ocasión estaba tranquilo y a resguardo en una marquesina haciendo tiempo para que las vejigas del cielo se vaciaran. En eso estaba cuando fui estremecido por un relámpago que cayó de sopetón a escasos 20 metros de donde me encontraba. Recuerdo que aquél rayo envolvió por completo con su luz blanca y azulada una palmera rolliza de 15 metros de altura que al cabo de un par de meses se secó. Después de que la palmera perdió garbo y gallardía, un día alguien se apiadó de su tallo enjuto y lo cortó para posteriormente darle piadosa sepultura. Esta vez no ocurrió nada inesperado mientras aguardaba en la misma marquesina. Solo vi árboles meciéndose y hojas volando sin dirección victimadas por el arrebato de un viento adolescente.

domingo, agosto 01, 2010

Día de carne asada

Ayer fuimos Gladis y Yo a Villahermosa a comprar los arreos necesarios para asar carne en honor a Pedro que se encuentra con nosotros desde el sábado pasado. Compramos sirlon y diezmillo. También compramos papas que Gladis prepara cocidas con especias y que le quedan para chuparse los dedos. Hoy el día se ha estado nublando de a poquito. Pareciera que las nubes se hubieran puesto de acuerdo para pasar por aquí acercándose a paso lento. Se acercan de forma casi imperceptible como para no inquietar a los que caminamos abajo. Ahora mismo viene a mi el siseo apagado que el agua produce al golpear los ventanales de la casa. El aroma inconfundible que la tierra desprende al ser tocada por el agua me reconcilia pronto con el mundo. Pedro ya limpió la cochera y preparó las mesas para el asadero, cosa que me sorprendió pues este es un trabajo que normalmente hace un servidor. Luego vino para avisarme que iba a encender el carbón, cosa que me sorprendió aún más pues es un trabajo que generalmente le produce urticaria y arto desasosiego. Así que aprovechando el tiempo que me sobró al recibir la ayuda inesperada de mi hijo me puse a teclear un poco en esta bitácora que últimamente he tenido en el olvido y platicarles de mis planes de hoy. Bueno, ustedes me disculparán pero acabo de recibir una porción de bistec aderezado con una generosa guarnición de vegetales que me dispongo a comer.

sábado, julio 31, 2010

Asuntos amotinados

No he estado quieto últimamente. Estoy en constante ebullición. Ojalá esto fuera producto de alguna bebida burbujeante, pero eso está ahora fuera de mi mente y de mi alcance también. Puedo decir que son muchos los asuntos que se me vinieron encima y que es poco el tiempo que tengo para resolverlos. Cada uno de ellos exige de mi la misma atención. Trato de calmarlos poniéndolos en formación como a soldaditos ante su general y les explico amablemente que serán atendidos de uno en uno, ordenadamente. Pero este ejército tiene más de mitin mexiquense que de hueste castrense. A sus efectivos les gusta la anarquía, lanzar consignas rimadas, hacer pintas en paredes y vitrinas. Todo intento de ordenanza es infructuoso. Están descocidos, andan como diablos de Tasmania haciendo aspavientos y enseñando los colmillos igual que una jauría de lobos ante la grupa sangrante de un inerte caribú. El ambiente está impregnado con bríos de amotinamiento, es tenso y ruidoso como amortiguadores de carreta en camino pedregoso. Me siento como aquellos pobres desmembrados de la edad media que momentos antes de morir veían volar sus extremidades tras el caballo desbocado que momentos antes se las había arrancado. Hoy no hay remansos, ni respiros, solo asuntos terrenales que claman resolución. Para todos tengo gas, tiempo es lo que me falta. Así que hagan cola mis asuntitos. Por ahora no hay nada más efectivo que ustedes puedan hacer.

martes, julio 13, 2010

Entre la tensión y la zozobra

El problema y su solución deberían, para consuelo y bienestar de todos, marchar siempre juntos, hombro con hombro y agarraditos de la mano ¿Cuantas preocupaciones y desvelos nos evitaríamos todos si este par de bribones llegaran a nosotros siempre empaquetaditos en la misma caja? Pero no. Esta pareja no es un matrimonio feliz, o tal vez su felicidad radica precisamente en su ostentoso antagonismo y su inherente predisposición a andar siempre de la greña. Es sabido que el problema se adelanta siempre a la solución. Llega solito, sin avisar y por lo general (según Murphy) en el momento mas inoportuno para el huesped. A veces el problema se le adelanta tanto a su pareja antagónica que pareciera gozar con la idea bizarra de escondérsele permanentemente para que no lo encontre jamás. Entre que el problema se nos instala como fastidioso spyware en las profundidades de nuestro disco duro y la solución lo encuentra para inocularle sus buenos oficios, a nosotros se nos llena el ánimos de zozobra y un revolotear de malos augurios nos persigue sin cesar acosándonos hasta en los sueños. Así pues, mientras que la vigilia se convierte en un amplio reservorio para acumular tensiones nuestro sueño no tiene cabida para un poco de reposo. En mi caso, al cabo de 3 años (acaso un poquito más), una solución encontró por fin su tan anelado problema.

domingo, junio 27, 2010

Adiós copa Sudáfrica 2010

Como siempre, las circunstancias conspiraron para que la selección mexicana se estrellara una vez más en el muro del cuarto partido ahora representado por la siempre favorita selección de Argentina. Sé poco de futbol pero con eso me bastó para entender que la selección mexicana hubiera tenido mejor desempeño en Sudáfrica abriendo los partidos con Chicharito, Barrera y Guardado. El técnico Javier Aguirre pecó de soberbia al empecinarse con su terquedad (como suele suceder a personas de éxito) de alinear a franco y dejar fuera a Guardado y al Chicharito. La prueba está en que el Chicharito anotó dos goles en este mundial jugando poco más de 90 minutos y Franco no anotó ninguno jugando poco menos de 270 minutos. El principio de la eliminación de la selección mexicana comenzó con la derrota ante el seleccionado de Uruguay, y este partido se perdió por la desatinada alineación con la que el Técnico Javier Aguirre inició este encuentro. Ni modo, ahora hay que esperar 4 años para intentar escalar otra vez la cabalística muralla que representa para los futbolistas mexicanos y sus técnicos este cuarto partido.

martes, junio 22, 2010

Entre el 60 y 66 Parte II

Estoy en el campo. Camino por entre los claros que dejan los matorrales. No veo árboles grandes solo arbustos que se extienden más allá de donde mi escasa estatura me permite mirar. Cada una de estas matas está formada por mazos de varas rectas y delgadas que se separan unas de otras conforme crecen. A lo largo de estas varas fuertes y flexibles se desprenden otras mas delgadas que están llenas de hojas pequeñas y ovaladas de un color verde pálido. De lejos los matojos parecen grandes escobas de bruja sin palo sembradas ahí para mimetizarlas con el entorno. El fuerte olor que desprenden las hojas de estos arbustos larguiruchos (su altura es mayor que mi estatura) no corresponde a su tamaño, pero es gracias a él que se conoce alrededor del mundo. Es orégano y crece en forma silvestre en esta vasta meseta en la que camino. Aún hoy día conservo fresco el recuerdo de la forma en que era cosechado por los lugareños. Se cortaban las varas más largas por tener estas la mayor cantidad de ramitas con hojas. Luego, las ramas eran extendidas sobre costales de ixtle (o algún accesorio similar) para después ponerlas a secar al sol durante un par de días. Una vez deshidratado, el breñal se golpeaba repetidamente con una vara para que las hojas se desprendieran de las ramas. Aún hoy, después de tantos años transcurridos desde aquellas magnificas caminatas de mi niñez, cada vez que esparzo mejorana al mondongo (menudo, pancita) que Gladis sabe preparar muy bien me transporto como por arte de magia a aquélla misma meseta en aquél lejano tiempo cuando de pequeño solía caminar rodeado de la enérgica fragancia de aquellas espigadas mejoranas salvajes.

domingo, junio 20, 2010

Entre el 60 y 66 Parte I

Estoy en medio de un robledal. Piso sobre una gruesa y acolchada alfombra formada por hojas palmeadas color ocre que asemejan huellas en barro de aves acuáticas. Camino entre rocas parcialmente enterradas. Su tamaño es variado. Algunas me llegan a la rodilla, otras a la cadera y las menos, al hombro. La mayoría de las piedras tienen en la parte inferior una capa de musgo verde negruzca y en la parte superior tienen manchas de tonalidad ceniza que supongo son restos de musgo muerto de sed y de insolación. Escaneo con lentitud mi alrededor deteniendo la mirada en los racimos de bellotas verdes que cuelgan de los encinos. Observo las semillas del roble: su forma ovoide, su cascara dura y lisa, su corona rugosa que las hace parecer pequeños trompos barrocos. Aspiro el aroma dulce del bosque y escucho simultáneamente el crepitar que produce el viento al pasar por entre la basta hojarasca de los robles. No recuerdo bien lo que vine a hacer al monte. Por la edad que en aquel tiempo tenía no creo que anduviera solo. Lo más probable es que hubiera ido de acompañante de mi papá o de algún hermano mayor en búsqueda de leña para el fogón. La leña era en aquellos tiempos (más bien en aquel lugar) el único combustible disponible a kilómetros a la redonda. Se cortaba con hacha en tramos de 70 a 80 centímetros de largo y se hacían pequeños montoncitos de 20 a 25 tramos (según el grosor) que luego se liaban fuertemente hasta hacer un cilindro compacto que ya amarrado llamábamos tercio. Luego se cargaban sobre un burro quedando repartidos de a dos tercios de cada lado del animal.

jueves, junio 10, 2010

Conversación 1

Octubre de 1966 fue la primera fecha significativa en mi vida. Tenía entonces 7 años y 11 meses de edad. Esa fecha fue la elegida por mis padres para iniciar un cambio que daría un giro radical a la vida de sus hijos. En aquel tiempo vivíamos en la Soledad, una pequeña ranchería que pertenece al municipio de Huejuquilla el Alto Jalisco. El plan era radicar en el estado de Nayarit. De paso, visitaríamos a nuestra hermana Toña que por aquella época trabajaba y estudiaba en Guadalajara. A continuación transcribo la conversación que sostuve un día con mi hermana respecto al recuerdo que aún conservaba de esa porción de tiempo. Va como un tributo a su memoria.

20 de julio de 2007, 9:38 p.m.

¿Recuerdas en qué año llegamos a Guadalajara?

Pienso que cuando Guy tenía dos años. Él es del 64. Entonces salimos de la Soledad el último trimestre del 66. Como por octubre o noviembre.

Yo inicié la primaria en Guadalajara en el año 67. Entré en ciclo regular. Empecé en septiembre del 67.

Ya no entraron a la escuela en el 66 porque llegaron a destiempo. Entonces queda registrada la fecha: octubre o noviembre del 66.

Yo tenía 7 años cumplidos.

Yola 5, Guy 2, Chuy 12, Chepina 14

Tiernitos como dice Gladis.

Goyo 18 y Yo 19.

La familia era joven.

Mi mamá tenía 39 años. Mi papá 40.

Gracias por compartirme estas fechas tan significativas hermana.

¿Quedó registrado?

Totalmente. Tú tenías la edad que Pedro tiene ahora.

Así es.

Guy estaba de brazos.

Si, muy pequeñito. Travieso por tanto.

Yo creo que apenas se animaba a hacer solitos.

Recuerdo que una semana nos quedamos sin chivo porque el niño salió de la casa con mi cartera. Entonces vivíamos en una vecindad. Jamás la encontramos.

A puro comer tortillas con chile.

Mi mamá se puso hacer doraditas. Sólo eso había. El bebe con su sonrisa de oreja a oreja nos dejo sin comer.

Travieso el niño.

Pasamos muchas penurias.

Bastantes.

Gracias a Dios las supimos sortear porque nos queríamos mucho y éramos muy unidos. Todos trabajábamos para comer. Recuerdo que Chuy se puso a vender gelatinas. Mi papá y Goyo trabajaban en la construcción. Mi mamá cuidaba en casa a los más pequeños. Yo trabajaba en una fábrica de pantalones. Mi sueldo era de 70 pesos a la semana. Con ese dinero comíamos. Recuerdo que comíamos muchas tortillas. Veíamos el altero grande cuando mi mama las traía.

De esa época recuerdo la canción de "Hey Lupe, Lupita mi amor, yeah, yeah....."

Si, andaba de moda en ese tiempo.

Aún hoy, cada vez que la escucho recuerdo la vecindad y las penurias.

¿Recuerdas a donde llegaron primero?

Ni idea.


La colonia se llama Niños Héroes. Ahora no se por donde queda. Luego nos fuimos a vivir al Retiro.

Recuerdo que había una avenida grande en la que me gustaba sentarme a ver los carros pasar.

Estábamos en el Retiro ¿Sabes dónde queda verdad?

Ni idea.

El templo de esa colonia se llama El Padre Galván. Por cierto, en ese mismo templo se caso Marisol.

Que coincidencia. Muchas cosas han sucedido desde entonces hermana.

Muchas cosas hermano. Lo más triste es que nuestros padres ya no están más con nosotros.

Es admirable lo que ellos hicieron. Mira que decidirse a emigrar a una tierra desconocida, con gente desconocida, y cultura harto diferente.

Recuerda, el plan era irse a la costa a trabajar cortando y ensartando tabaco.

Si, aunque eso no lo recuerdo. Lo sé solo por tus comentarios.

No tenían planeado quedarse aquí. Vivir en Guadalajara se decidió rápido y sin pensarlo mucho. Ya teníamos una experiencia previa. Habíamos estado con anterioridad una temporada aquí. Deja te cuento. Llegamos a Guadalajara las familias de dos hermanas. Eran mi mamá y mi tía María. Recuerdo la casa que mi papá encontró para vivir. Estaba ubicada en la calle de Obregón. No recuerdo a qué altura. Era una privada. Nos rentaron dos cuartos. El dueño los usaba para guardar herramientas. Era un terreno muy grande en el que había, además de la privada, una huerta. Eran unos cuartos feítos, feítos. Imagínate, éramos tres familias. La tercera familia era la de Ascensión, el papá de Martin que le decían el ladeado. No sé porque les gustaba caminar en bola. Cuando llegamos a la central camionera de Guadalajara, mi papá, en lugar de alquilar un carro de sitio ¡alquiló una calandria!

Era el transporte más conocido para Él.

Habías de ver hermano ¡tres familias en una calandria! Todo un show.

Me estoy imaginando un panal de avispas, pero al revés. Nunca supe de ese viaje hermana.

Tú no pintabas aun en este mundo. Ni en el pensamiento.

Con razón no me acuerdo, ja.

De nuestra familia solo veníamos Chepina, Chuy, Goyo y Yo. Mi tía María venía con su hijo Pablo que por cierto era muy peleonero. Recuerdo que arañaba a la gente que tenía a su alcance. Tiraba arañazos a diestra y siniestra.

Pues como no iba ser. Estaba todo engentado el pobre.

Si nos hubiéramos quedado en Guadalajara en aquella época el sufrimiento habría sido menos. Otro gallo nos cantara.

Así es ¿En qué año fue esa aventura?

Supongo que unos dos años antes de que Tú nacieras. Al final del 56.

Casi diez años antes de la fecha en que todos nos mudamos.

Yo tenía 9 o 10 años, Goyo 7, Chepina 4 y Chuy 2.

Hace ya algunos años de eso. Eran una familia pequeña.

No entiendo porque mi papá no compro un terreno grande y nos quedamos a vivir aquí desde entonces.

Por prudencia tal vez.

Pero como decían antes “la querencia pudo mas”

Seguramente en aquel año no había tantos problemas con la comunidad.

En aquellos días mi memoria funcionaba al cien. Seguro hubiera estudiado. Ni modo, el “hubiera” ya no existe. Decía mi mamá “cada quien trae su sino” Mi destino fue batallarle junto con los tres hermanos que ya caminábamos bajo el sol.

Si hermana, otro gallo nos cantara.

Ya te conté pedazos de la vida de nuestra familia.

Si, hermana.

En otra ocasión te cuento, como decía mi papá, otro párrafo.

Dejemos algo para la próxima. Con esto tengo para rato.

Si hermano, escríbelo para que no se nos olvide.

Si, para que nuestros hijos y nietos se la curen como dice Gonza.

Luego te cuento detalles de la época en que vivimos en la calle de obregón. Hay mucho que contar.

Si, hermana. Deberías tratar de escribirlo tú misma.

Por ahora nos despedimos. Es hora de tu baño ¿Ok?

Si, Ale esta dale que dale con que quiere el internet. Buenas noches.

Si, ya le toca. Salúdamela.

Bien.

Buena noche.

Adiós.

Adiós.

viernes, junio 04, 2010

Resonancias de la tarde

Es viernes. La luz rojiza del ocaso está engullendo lentamente la tarde. Estoy recostado en mi viejo sofá escuchando el gorgoreo de las aves que me llega del exterior. Cierro los ojos y parece que estoy en medio de un gran aviario. Me imagino a los pájaros saltando felices de una rama a otra eligiendo la mejor fruta para comer. Otros quizá se mudan de árbol buscando nuevos compañeros o tal vez se marchan a explorar por nuevos sabores y texturas. Sobresale entre el parloteo de las aves el zumbido característico de las chicharras. Espero que anuncien lluvia. El calor causa sofoco y hace palpitar la cabeza.

martes, mayo 25, 2010

La primera lluvia

Hemos tenido algunas lluvias esporádicas que nos han traído briza fresca. Me gusta la primera lluvia del año por el aroma particular que la tierra desprende después de absorbidas las primeras gotas de agua. Estoy seguro que el gusto por las primeras lluvias no es solo mío. En la colonia por ejemplo, las aves llenan de algarabía las mañanas y las tardes. Las calandrias saturan el ambiente con sus complejos trinos y se divierten de lo lindo con el jueguito de imitar el canto de otras aves. A Paco, nuestro perico, la lluvia le produce ataques de esquizofrenia. En medio de la lluvia se desata lanzando peroratas compulsivas al viento como lo hacen los políticos en sus campañas de frente a sus distraídos seguidores. Al que no calienta ni el sol es al pobre de Pachis. Todo un Don Quijote. Además de tasajeado, ahora anda renco, producto de sus disputas callejeras nocturnas con sus congéneres, todo por salvaguardar el honor de su amada Dulcinea. Le pegó el amor con un tubo de 3 pulgadas. Llegó al grado de enseñar a su princesa la forma de entrar a la casa para que comiera de su comida y bebiera de su agua, acción que hizo a Gladis poner el grito en el cielo. Me dijo Gladis indignada hace unos días “habías de ver que gata tan fea mete Pachis a comer a la casa”. Ni modo, hay que tratar bien al invitado de un miembro de la familia.

miércoles, mayo 19, 2010

Temporada de mangos

Llegó la temporada de mangos. Los árboles están cargados. Las ramas se arquean por el peso de los racimos colgantes que forman estos frutos carnosos. Los mangos empiezan a pintarse de amarillo o de rojo según la variedad. Todo el día es ver mangos. Es tanta la proliferación y variedades de estas frutas que solo es superada por la explosión de anuncios en tv de los seleccionados de futbol. Lo bueno que esto último lo veo solo en ocasiones. El mango que esta frente a la casa no es la excepción. Está tan lleno de frutas que algunos literalmente tocan el piso. Estos mangos gozan de cierta fama entre los vecinos por su dulzura y cremosidad. No pocas personas esperan (yo entre ellas) con impaciencia la hora de estirar la mano y cortar unos cuantos. Este mango es criollo, así se lo dijo a Gladis la señora que lo plantó hace 15 o 20 años.

domingo, mayo 02, 2010

¿Agresivo, Pasivo ó Asertivo?

A menudo me hago la siguiente pregunta: ¿En qué consiste la madurez? Tengo bastante evidencia para creer que la madurez no depende de la edad. Pero la respuesta siempre me elude, juega a las escondidas conmigo, me da zapes por detrás para luego hacerse humo y desvanecerse en el aire. Me queda claro que la madurez afecta o facilita la comunicación y esta a su vez sirve de lubricante a las relaciones humanas. Pero entonces ¿Que afecta o facilita la madurez? Creo que el culpable de todo esto son nuestras emociones. Ellas nos suben a la moto de la agresividad o de la pasividad según sea el sistema operativo que tengamos instalado en nuestro disco duro y que la jerga humanística gusta en llamar comúnmente paradigma (conjunto de reglas inmutables aprendidas a lo largo de la propia experiencia). Luego entonces ¿podemos decir que la madurez depende de la veracidad de nuestros paradigmas y de la eficiencia con que estos orientan a nuestras emociones para que respondan agresiva o pasivamente según la circunstancia del momento? Creo que así es. Pero sigue faltando algo. Hace tiempo me topé con el término “asertividad” (de seguro fue en algún curso del cual no guardo más que el recuerdo de la palabra). Se dice que la asertividad es un comportamiento que se encuentra justo en el punto medio entre agresividad y pasividad. Hace algunas semanas, clickeando en wikipedia me encontré con los derechos (y obligaciones) de la asertividad. Creo que esto es lo que faltaba ¿Quieres saber si eres o no una persona asertiva?…pásale a lo barrido…si no lo eres, ya sabes a quien culpar: a tus paradigmas y a tus emociones.

Derechos asertivos

La asertividad parte de la idea de que todo ser humano tiene ciertos derechos:

  1. Derecho a ser tratado con respeto y dignidad.
  2. En ocasiones, derecho a ser el primero.
  3. Derecho a equivocarse y a hacerse responsable de sus propios errores.
  4. Derecho a tener sus propios valores, opiniones y creencias.
  5. Derecho a tener sus propias necesidades y que éstas sean tan importantes como las de los demás.
  6. Derecho a experimentar y a expresar los propios sentimientos y emociones, haciéndose responsable de ellos.
  7. Derecho a cambiar de opinión, idea o línea de acción.
  8. Derecho a protestar cuando se es tratado de una manera injusta.
  9. Derecho a cambiar lo que no nos es satisfactorio.
  10. Derecho a detenerse y pensar antes de actuar.
  11. Derecho a pedir lo que se quiere.
  12. Derecho a ser independiente.
  13. Derecho a superarse, aun superando a los demás.
  14. Derecho a que se le reconozca un trabajo bien hecho.
  15. Derecho a decidir qué hacer con el propio cuerpo, tiempo y propiedades.
  16. Derecho a hacer menos de lo que humanamente se es capaz de hacer.
  17. Derecho a ignorar los consejos de los demás.
  18. Derecho a rechazar peticiones sin sentirse culpable o egoísta.
  19. Derecho a estar solo aun cuando otras personas deseen nuestra compañía.
  20. Derecho a no justificarse ante los demás.
  21. Derecho a decidir si uno quiere o no responsabilizarse de los problemas de otros.
  22. Derecho a no anticiparse a las necesidades y deseos de los demás.
  23. Derecho a no estar pendiente de la buena voluntad de los demás.
  24. Derecho a elegir entre responder o no hacerlo.
  25. Derecho a sentir y expresar el dolor.
  26. Derecho a hablar sobre un problema con la persona implicada y, en los casos límite en los que los derechos de cada uno no estén del todo claros, llegar a un compromiso viable.
  27. Derecho a no comportarse de forma asertiva o socialmente hábil.
  28. Derecho a comportarse de forma asertiva o socialmente hábil.
  29. Derecho a hacer cualquier cosa mientras no se violen los derechos de otra persona.
  30. Derecho a tener derechos.
  31. Derecho a renunciar o a hacer uso de estos derechos.

Quiere decir que estos 31 derechos no deben ser interpretados como comportamientos agresivos o pasivos. También está implícito en ellos que a las personas con tendencia agresiva o pasiva les dará urticaria más de uno (como a mí). Me quedan de consuelo los puntos 27, 29 y 31

sábado, mayo 01, 2010

Basa

A principio de año y por recomendación de mi cuñado Lucio, Gladis y Yo fuimos en compañía de José Manuel a un establecimiento llamado “grupo camaronero del sureste”. Nuestro objetivo era allegarnos los elementos necesarios para hacer una buena sopa de mariscos y de paso, solo para probar, hacernos de unas cuantas mojarras. Las mojarras rebasaron mis expectativas. Estuvieron riquísimas y así se lo hice saber a Gladis. Actualmente es difícil encontrar en los mercados mojarras que no sean cultivadas en las granjas. Para aquellos que han crecido alimentándose de los ríos la diferencia en sabor entre una mojarra de granja y una de río es abismal. Definitivamente este pez era de río –pensé ante los restos del cadáver.

En una segunda visita que Gladis hizo al “grupo camaronero del sureste” además de los ya conocidos camarones y mojarras compró filetes de mero. Supe de esta nueva compra el mes pasado cuando Gladis me recibió del trabajo algo malhumorada por la dificultad que había tenido para freír los filetes referidos. No vuelvo a comprar esta cosa –dijo al tiempo que ponía el plato sobre la mesa con unos filetes dorados aderezados con arroz. Estas cosas se me pegaron al sartén y me pringaron de aceite –continuó diciendo en tono enfadado mientras yo le hincaba el diente al primer filete ¡Oye, este pescado está buenísimo! ¿Cómo se llama? Es mero –me contestó. Bueno, en realidad la bolsa donde venía empaquetado dice que es filete de Basa y que es un producto Vietnamita. Aunque en esta segunda ocasión las mojarras no resultaron con el mismo sabor que las primeras –dije. Es que esta vez no encontré mojarras frescas y me tuve que conformar con traerlas congeladas –me confirmó. Echándome un clavado en internet me enteré que estos filetes tampoco son de Basa. Este pescado Basa (de la familia de los bagres) tiene el nombre científico de pangasius bocourti mientras que el adquirido por nosotros tiene el nombre científico de pangasius hypopthalamus y los vietnamitas lo conocen con el nombre de Tra. Me enteré también que ambos son cultivados en granja. Entonces ¿porqué su sabor no se ve afectado por el cultivo en granja como sucede normalmente con las mojarras de aquí? –pensé. La diferencia es que los vietnamitas los cultivan en jaulas sumergidas en las rápidas aguas del río Mekong mientras que en México las mojarras son cultivadas en lagunas hechizas. Según opiniones de los chef gourmet el sabor del Tra es tan bueno como el del Basa. Las opiniones concuerdan en que ambos son sabrosos, de carne blanca y de textura delicada. Finalmente nuestros filetes resultaron no ser de Mero, ni de Basa sino de Tra. Que importa el nombre…su sabor es riquísimo.

domingo, abril 25, 2010

Furor gatuno

Hoy llegó pachis a casa en un estado lamentable. Un pedazo de piel de la mejilla derecha desapareció. Solo le quedó un colgajo sanguinolento en lo que otrora fue pelos color miel y blancos bigotes. No es la primera vez que le sucede esto. Todo por andar de coscolino persiguiendo gatas como poseso. El muy concupiscente no se da tiempo ni para comer. Tan pronto llega a casa se dirige a donde ya sabe que le espera su plato de croquetas. Traga rápido como quien tiene asuntos de alto calibre que atender, da algunos rápidos lengüetazos al traste del agua y sale luego hecho un bólido como si lo persiguiera un incendio atizado con brea y trementina. Hoy Gladis le tapó a la casa todas las salidas que pachis utiliza en sus ya frecuentes devaneos nocturnos todo con el afán de darle tiempo a que sanen sus heridas y que se le disipe un poco la temperatura que le quema las entrañas. El verse copado le hizo tanta mella que empezó a maullar con tanto furor que ni cuando llega tasajeado. Esta vez no había manera que llevara a cabo su acto maestro de desaparición tantas veces ensayado emulando el realizado por el gato de cheshire en el país de las maravillas.

domingo, abril 18, 2010

Mango cargado

El mango de la casa esta que no puede con tanto peso. Las ramas inferiores están a un metro escaso del piso. La razón de este sobreesfuerzo es el peso de las frutas. Ahora, el andador de la casa está tan copado con ramas, hojas y frutas que se hace necesario rodearlo para no resultar aruñado o sin un ojo. No sé si las ramas del árbol son las que se están haciendo débiles o es la cantidad de mangos que cada una tiene que soportar. El hecho es que a los mangos les hace falta crecer todavía un tercio más y las ramas del árbol ya están que se rompen de puro cansancio.

sábado, abril 17, 2010

Calor

Fuimos Gladis y Yo a Villahermosa. El calor estaba terrible. Regresé con una jaqueca espantosa. En la calle, el termómetro del carro marcaba 47°C. El aire acondicionado no se daba abasto a desalojar la carga térmica del interior del vehículo. La radiación pasaba integra a través del parabrisas y solo era detenida por nuestros rostros que a esa hora lucían rojos como tomates. Mi frente se llenó de pequeñas gotitas, una por cada poro. Rápidamente, esas esferas líquidas diminutas se convirtieron en gotas gordas que rodaban por nariz y mejillas impulsadas por su propia robustez. Todo se alborota en esta época. Las aves no se cansan de lanzar al aire sus canticos amorosos y los árboles donde se posan lucen mazos de flores estupendas favoreciendo con ello a las abejas que luego cumplirán su papel de polinizadoras en esta importante cadena de favores donde los humanos resultamos beneficiados cuando robamos su miel.

jueves, abril 15, 2010

Clima loco

El clima está medio loco. Esta semana se han alternado días de calor y de lluvia. Nada menos el día de hoy las nubes están atronadoras y relampagueantes. El cielo se puso de mal humor en un dos por tres y ahora mismo está como queriendo pelear. Las voces vespertinas de la laguna se silenciaron súbitamente presagiando seguramente la bilis que se avecina. El ocaso fue imprevisto: todo estaba envuelto en una luz anaranjada que daba a la tarde un aspecto de languidez inusual. Un gavilán (¿o sería un halcón?) posado en el palo de una cerca no atinaba a descifrar el enigma que le imponía aquella situación: ¿Será de noche? ¿Será de día?

Hoy platiqué un ratito con Tony. Aficionado como yo a la guitarra. Compañeros de un coro de feligreses en la Iglesia de Sta. Cecilia en Guadalajara Jalisco. También, compañeros jóvenes de estudiantina y rondalla. Trovadores de fin de semana. Compadres. Acompañantes de serenatas esporádicas. Gran amigo. Un recuerdo de aquellos días de encanto para Él, su esposa Marta y su hija Brenda, mi ahijada.

lunes, marzo 15, 2010

Fiesta Teca

Hoy amaneció el día despejado y brillante. Nuestros nuevos vecinos han estado de fiesta desde el sábado. Los invitados son en su mayoría descendientes de la etnia Zapoteca del Istmo de Tehuantepec Oaxaca. Esta cultura se distingue por sus mujeres trabajadoras e independientes y también por sus proverbiales y duraderos festejos. En sus celebraciones (bautizos, bodas, cumpleaños, etc.) es frecuente ver a mujeres (mayormente adultas) bailar con otras mujeres, mientras los hombres platican motivados por una pila de cartones de cerveza en un extremo, y una hielera bien grande y rebosante de botellas de cuartito en el otro. Por lo general los festejos duran toda la noche y se prolongan hasta la madrugada. Luego viene el recalentado (consumo del guiso sobrante del homenaje anterior) cuya duración fluctúa según los días de asueto que tengan disponibles los invitados y homenajeados. Es costumbre que los invitados lleguen con cartones de cerveza u otras artículos de consumo, sobretodo etílicos, con el fin de ayudar a engrandecer (o prolongar) el regocijo y la convivencia. Es de reconocer el esfuerzo que todos ellos hacen por conservar sus tradiciones. Conozco ingenieros petroleros que hablan el dialecto zapoteco y les encanta utilizarlo cuando se encuentran con un paisano. Ellos se alegran cuando escuchan “la zandunga” igual que yo me alegro cuando escucho “el son de la negra”. Ellas con su tocado de flores, vestidas con tradicional vestido amplio estampado con motivos florales de colores muy vivos, luciendo con garbo sus brazaletes, cadenas y aretes de oro, muy grandes, gruesos y seguramente pesados…En la tarde vi un gavilán en vuelo con la presa entre sus garras. Esta anodina presa era un ave de color negro. En Guadalajara, cada noche escuchaba el ulular de las sirenas, probablemente ambulancias, tal vez patrullas; hoy, cada tarde y noche escucho en Reforma el incesante trino de las aves.

miércoles, marzo 10, 2010

El eucalipto

Tenía 12 años en 1972. Eran tiempos de revueltas estudiantiles y represiones de estado. Estaba abierta la herida de los acontecimientos en Tlatelolco y aún estaban frescos los hechos del Halconazo del jueves de corpus. Mientras yo, ajeno a todo ese reverberar social, desconectado totalmente de todo cuanto ocurría más allá de mi barrio, más allá de la escuela o de la familia, vivía felizmente en mi calle ocupado exclusivamente en mis canicas, con mi yoyo o el trompo según correspondiera a la moda adolescente del momento. Fue en aquél tiempo que reparé en una vara de escasos 30 centímetros de altura que se alzaba temblorosa de entre los breñales de nuestra jardinera, que era en aquel entonces un puro terregal. Sus contadas hojas brotaban de las ramitas enclenques como avergonzadas, o tal vez con miedo que los ventarrones las arrancaran de cuajo de aquel tallo escuálido plantado de mal ganchete por trabajadores del Ayuntamiento de Guadalajara. Ocurrió el día en que sus ramitas se me hicieron buen escondite para ocultar mi canica buscando esconderla del tiro certero de mis adversarios de juego. Años más tarde (y muchos juegos de por medio después) me enteré que era un eucalipto, y muchos años más adelante (las canicas hacía mucho tiempo habían caído en el olvido), supe que estos árboles alcanzaban alturas considerables. En mi estancia reciente en Guadalajara, apoyé mi mano en más de una ocasión en el tronco de este eucalipto. En la actualidad mide aproximadamente un metro y medio de circunferencia y su altura rebaza los 20 metros. Tendría mucha más altura de no ser por Don Pedro que hace años le dio una buena podada al considerarlo un peligro durante las tormentas y ventarrones. Calculo que andará por los 40 años de edad. Poco tiempo de vida considerando los muchos años que dura este árbol originario de Australia capaz de crecer en cualquier sitio y soportar cualquier circunstancia. Este árbol de fuego (así llamado por su fácil combustión) fue testigo y centinela silencioso de nuestra familia durante el tiempo que vivimos bajo su sombra. Ha sido utilizado a lo largo de estos años como respaldo, candil, macetero, perchero, sombrero, referencia, cuaderno, y un sinfín de cosas más. La corteza rugosa de su tronco luce hoy llena de cicatrices, recuerdos dejados por manos impacientes cuyos dueños conversaban cobijados bajo su sombra.

domingo, marzo 07, 2010

Un final y un recomenzar


Adelante hermana

jueves, marzo 04, 2010

Percance carretero

Llegamos el martes a las 2 am de Guadalajara. Tardamos 19 horas en hacer el recorrido hasta Reforma, recorrido que deberíamos haber hecho en 16. La razón de esto fue un percance carretero sucedido a las 4 pm en la caseta de la autopista arco norte de San Martín Texmelucan Puebla. Al momento de parar el coche (Gladis iba al volante) para pagar la cuota por el uso de la autopista, un tráiler dio unos empujones a la parte posterior del coche abollando notoriamente la cajuela. Tardé unos segundos en darme cuenta de por qué el coche reparaba de aquella manera tan fea (tenía poco de haber despertado de un sueño de más de una hora). Frena! Frena! Urgía a Gladis aún somnoliento y sin entender lo que pasaba al mismo tiempo que veía como con cada reparo nos acercábamos peligrosamente al coche que teníamos enfrente. No sé en qué momento caí en la cuenta que la fuerza de empuje que experimentábamos venía del exterior, tal vez fue la mirada desesperada de Gladis viendo por el retrovisor que me forzó a voltear la cabeza hacia atrás y ver la inmensa cabina de un tráiler que abarcaba todo el vidrio trasero del coche para darme cuenta cabal de lo sucedido. Después de los intercambios verbales preliminares con el causante del desaguisado y después de que aceptara hacerse responsable del accidente y sus consecuencias, a insistencia suya acepté seguirlo a su base a donde entregaría su carga distante 15 minutos de donde nos encontrábamos. Esperamos a los ajustadores de las aseguradoras durante 2 dilatadas horas en una calle de terracería en medio de una polvareda de antología de esas que sabe regalar tan prolijamente los meses de febrero y marzo. Resulta que los ajustadores no daban con nuestra ubicación. Mientras que hacía esfuerzos por perseguir a la gente para que me dieran santo y seña del lugar en que nos encontrábamos y trasmitirlas a su vez al ajustador, el polvo entraba sin ninguna restricción por ojos, nariz y boca. Eran las 7 pm cuando estábamos cruzando Puebla en un coche que tenía la cola chueca y que a pesar de todo respondió muy bien el resto del trayecto. Después de todo tuvimos la suerte de nuestra parte puesto que el resultado bien pudo haber sido peor.

domingo, febrero 21, 2010

Boda en ciudad bugambilias

Ciudad bugambilias es un bonito fraccionamiento construido en la falda norte de una colina del bosque la primavera. Vinimos ayer a este lugar para asistir a la ceremonia en la que Guy contrajo nupcias con Paula. Gladis y Yo hicimos de tripas corazón para salir al frio de la noche y recorrer el largo tramo que separa la casa de Chuy -ubicada al otro extremo de la ciudad- de este sitio. Me había olvidado ya de la complejidad que representa el que muchas personas juntas quieran acicalarse al mismo tiempo utilizando para ello los mismos recursos disponibles. La fila para ducharse era larga, los espejos escaseaban, lo mismo que planchas y secadoras. La casa hervía de febril actividad mientras que el tañer de las campanas de la iglesia de San Onofre nos recordaba que el tiempo continuaba su itinerario. Como era de esperarse llegamos tarde a la ceremonia y el tiempo solo alcanzó para recibir a los novios con pompitas de jabón -hasta entonces caí en la cuenta de la función que debían desempeñar aquellas misteriosas botellitas blancas que recibimos de Violeta ¿o sería de Tania?- Para esta hora el frio ya nos calaba y el viento hacía que las esferas transparentes que soplábamos en dirección a la pareja tomaran derroteros diferentes. Después de la ceremonia nos dirigimos visiblemente ateridos al coche con la intención de seguir a la caravana de invitados hasta el salón donde se llevaría a efecto la cena-baile. Subimos el cerro por la calle bugambilas que serpentea por la falda del cerro hasta llegar a la cima. Vimos leones, osos, jabalíes, renos, ocelotes, leopardos, lobos, tigres, etc., dando nombre a las calles (no eran de verdad claro está) seguramente para recordar continuamente a sus habitantes que su actual vivienda está en lo que hace 20 años era parte de un magnifico bosque. No hay duda, representa un privilegio mirar de noche la ciudad de Guadalajara desde la altura de este cerro. Al ver las miles de luces amarillas titilando allá abajo me pareció estar contemplando un campo lleno de flores de cempasúchil. Me vino también a la mente una escena de la película Macario basada en el cuanto de B. Traven del mismo nombre en la que Macario (Ignacio López Tarso) dialoga con la muerte (Enrique Lucero) en el interior de una obscura gruta -Cacahuamilpa- iluminada únicamente por las flamas temblorosas de miles de velas. La fiesta hizo honor a su nombre con la ayuda de vino, whisky y tequila que pronto transformaron el ambiente frio del recinto en un cálido reservorio. Pronto los invitados se lanzaron a la pista a mover su cuerpecito al ritmo de la bullanguera música de cumbia. A las 3 am tocó el turno del mariachi que abrió su participación con la muy tradicional “son de la negra”. Llegaron también otras tantas tandas de tequila y a partir de aquí solo risas, gritos y mareos. La cama nos recibió a Gladis y a mí hasta las 6 de la mañana.

viernes, febrero 19, 2010

El paseo

Ayer llovió tarde y noche en Guadalajara. Viento y agua nos sorprendieron caminando por el centro de la ciudad con vestimentas no aptas para este rigor de clima. La briza pronto nos entumeció lo que del cuerpo llevábamos descubierto, y el resto, mal abrigado, fue perdiendo calor conforme avanzabamos. Gladis y Yo llegamos al coche con la nariz roja, con los labios algo azulados y expulsando vapor por nariz y boca. Hoy en cambio, amaneció el cielo teñido de azul. Flotan apenas unas cuantas nubes blancas que contrastan con el fondo añil de las alturas. Decidimos ir al tianguis que cada viernes se instala al lado de la casa de Chuy y Adelita. Es un mercado sobre ruedas que fluye a lo largo de una sola calle y que abarca varias cuadras. Nos internamos en sus andadores y nos incorporamos al rio de gente que veíamos fluír sin control en ambas direcciones. A cada paso tropezábamos con carriolas en cuyo interior retazaban bebes abrigados con mamelucos coloridos casi siempre entretenidos con alguna golosina. Otras veces fuimos victimas de atropellamiento por parte de estas mismas carrozas infantiles que las mamás saben utilizar muy bien como herramienta intimidatoria. Pásele! Pásele!, a cinco! a cinco!, Bara! Bara!, Vale diez jefecita!, Vengase amigo a la oferta!, Pruébela madrecita!, Pregunte sin compromiso!, Llévesela regalada amigo!, No vino el que compra vino solo el mirandilla!...

jueves, febrero 18, 2010

Guadalajara Jalisco

Gladis y Yo estamos en Guadalajara. Llegamos la noche del sábado después de 1250 km recorridos. El trayecto lo hicimos en 16 horas. Guadalajara nos recibió con el cielo salpicado de nubarrones. Soplaba un viento leve y fresco, suficiente para dejar entumecidas las extremidades de aquellos acostumbrados a climas húmedos y templados como nosotros. Ya nos esperaba mi hijo Pedro con su nuevo gato Morgan. Mi hermano Chuy y su esposa Adelita nos recibieron amablemente en su casa. Antes de terminar el martes ya habíamos saludado a todos mis hermanos que viven la mayoría de ellos desperdigados a lo largo y ancho del sector libertad. Teníamos más de tres años de no haber puesto pie en Guadalajara. Aquí curse todos mis estudios y volver siempre es agradable solo que cada vez que lo hago encuentro cambios, algunos de ellos buenos, otros no tanto, y los más son neutros. Me saltan al paso los objetos que me regresan al pasado como si se accionara un interruptor interno tan solo con ver el contorno de las formas, el aroma del ambiente o el gusto de la comida. No soy capaz de escribir el estado de ánimo que envuelve a las personas que regresan a su lugar de origen después de largos periodos de ausencia. Creo que la única constante -si es que la hubiera- es el cambio. Nada es igual, todo es parecido.

sábado, febrero 06, 2010

Entre lo moderno y lo rural

Disfruto las madrugadas frescas de Reforma y el aroma que desprenden las hojas de los cocoites que amurallan sus caminos. Me he familiarizado gratamente con la laguna El Limón que ha dado alojamiento –sin otorgar consentimiento– a la colonia Las Garzas, lugar en el que deambulamos diariamente Gladis y Yo. Esta laguna es hogar de cormoranes, tortugas, garzas blancas (ave que dio nombre a la colonia), pejelagartos y no dudo que aún exista uno que otro cocodrilo perdido entre sus remotas orillas –Hace poco más de veinte años fue retirado de esta laguna un cocodrilo de alrededor de 3 metros– Es cotidiano mi paso por la rivera del arroyo de la glorieta El limón –brazo del rio mezcalapa– residencia permanente de iguanas y garrobos. Reforma es una población en donde coexiste aún lo urbano con lo rural. Transitan por sus carreteras lo mismo automóviles que hombres a caballo y cohabitan en sus linderos lo industrial con lo artesanal. Me he acostumbrado a detener el coche para dar paso a un grupo de cachazudas vacas, a una retahíla de garbosos gansos, o a una ruidosa parvada de belicosos guajolotes. En fin, me he habituado tanto a este medio que me atolondran los grandes conglomerados de la ciudad.

domingo, enero 31, 2010

Retomando el camino

Hace rato ya que no paso por aquí. Además de no tener internet el trabajo me ha restado impulso. Quedo al final del día tan seco que las palabras me rehúyen debido a la aridez que encuentran en su camino. Nada hay – al menos para mí – que desespere tanto como una mente en blanco ante una página en blanco. Es a causa de esta involuntaria ingravidez de ideas que he preferido permanecer alejado de las teclas. Ante la dificultad de hilvanar palabras y por lo desmayado de mis ideas preferí acogerme en la lectura. Terminé la novela “La Ladrona de Libros” de Markus Zusak. Novela ambientada en la Alemania nazi y protagonizada por una niña alemana muy pobre de nombre Liesel Meminger. Es la historia del nazismo visto desde adentro por una familia no nazi. Lectura recomendada. Estoy leyendo también “La otra historia de México” de Armando Fuentes Aguirre – Catón – Lectura que va de acuerdo con los tiempos – Centenario de la Revolución y Bicentenario de la Independencia de México – Es una lectura que no aburre por la forma coloquial que utiliza el autor para relatar la parte de la historia que es poco conocida. Es un libro que intimida por sus 828 páginas, y amedrenta más cuando leemos en su título la palabra “historia” que tanto abatimiento nos produce a algunos. Una vez vencida esta doble resistencia descubrí que el libro está escrito como si fuera un libro de cuentos en donde cada relato abarca 3 páginas a lo sumo. Lectura recomendada.

sábado, enero 09, 2010

Días sin gracia

Hoy es un día gris. También lo fue ayer. El cielo está amortajado con una espesa capa de nubes que se extienden como sudario más allá del horizonte. En esta parte del sureste mexicano el frio está pasable y uno pronto se olvida de que existe mientras vista medianamente arropadito. No se puede decir lo mismo de la humedad que una vez que se le acurruca a uno entre los atavíos solo puede ser expulsada por el raquítico calor que con mucho desgano el propio cuerpo genera. Además, el calor de nuestro hogar ha sufrido merma por la poca gente que quedó después de las fiestas decembrinas. Ya cada hijo agarró camino para retomar sus acostumbradas actividades sociales y de trabajo quedando otra vez la casa casi vacía. El “casi” lo representamos, como ya es costumbre, Gladis, Yo y las mascotas. Pedro ya está en Guadalajara. Él se marchó el día de Reyes. Cora y Alejandra están en Villahermosa. Ellas se fueron días antes. La primera a trabajar y la segunda a trabajar y a estudiar. El trabajo de Alejandra es un decir: no gana… pero como se divierte.