Visitas de la última semana

lunes, diciembre 31, 2012

Entre el Arte y lo demás

No se ni como ni en que momento surgió en mi el gusto por las bellas artes. Me gusta sobretodo la música, la pintura, la escritura y la literatura. No puedo decir lo mismo de la arquitectura y de la danza. Apenas en el siglo pasado se agregó a la lista de las  bellas artes el llamado séptimo arte, el cine, que junto con la fotografía los he añadido también a mis preferencias. No me explico de que forma fui adquiriendo estos gustos que, en opinión de algunos que me rodean, son por decirlo con gentileza, algo extravagantes. No fui criado en un ambiente propicio para las artes. Mi crianza fue como la de cualquier adolescente que se desarrolla en un ambiente urbano y periférico en el que predominan el gusto por la lucha, el box, el futbol, las novelas y los comics. Mis pasatiempos de niño-adolescente fueron las canicas, el trompo, el balero, el yoyo y la colección de estampitas. Aún con esta corta experiencia y visión del mundo, en algún momento de mi temprana adolescencia se encendió en mi la flama de la estética y de la belleza. Desde una etapa temprana quise ser pintor pero al faltarme los lienzos, los óleos y los pinceles, me conformé con dibujar a lápiz. En una etapa posterior quise ser músico. Me hubiera gustado tocar el piano pero me faltaba el instrumento. Por consiguiente, me incliné por la guitarra, único instrumento que estaba dentro de mis posibilidades. En la preparatoria descubrí la filosofía y me zambullí en las aguas dulces de los Diálogos de Platón. Luego me hicieron leer también (yo no quería) las tragedias de Euripides. Ya por mi cuenta leí tres o cuatro obras de Shakespeare y la Celestina de Fernando de Rojas. El dinero no me daba para muchas letras. Afortunadamente las personas de pocos recursos contábamos con la editorial Sepan Cuantos que en aquel tiempo producía libros como arroz y a precios muy accesibles. No tengo ninguna duda al reconocer que mi gusto por el arte me ha abierto muchas puertas interiores que, por desconocimiento, yo mismo mantenía cerradas. Seria muy larga de enumerar la lista de beneficios que he obtenido de todas las obras de arte sobre las que he derramado la mirada. Estoy seguro que habré adquirido otras monerías de las cuales aun no soy consciente. La verdad es que el arte se crea y se transita en soledad. Quizás sea esta característica la que intimida y evita que más personas se introduzcan en los manantiales creados por las mentes brillantes y sensibles de los artistas. Nos tocó vivir la época en que se enaltece el trabajo en equipo, la diversión química en bola y el esnobismo sin limite. Una época en que el individualismo es equiparado con un egoísmo obtuso. Una época en la que estar en soledad un par de horas produce en muchas persona disnea, taquicardia y depresión. Los adultos con este desliz son tachados, cuando bien les va, de pobres anacoretas o de redomados antisociales. Si el solitario es un estudiante lo etiquetan ipso facto de nerd ¿Será que el arte y los artistas estén condenados a la extinción? Tan devaluado esta el termino que muchas personas llaman artistas a los cantantes que salen en la TV ¿Será que el destino de las obras de arte sea como Ray Bradbury lo pronosticó en su libro Fahrenheit 451? Mucho de lo que este libro narra como ficción hoy ya es una realidad.

lunes, diciembre 24, 2012

Las visitas de Pedro

Pedro llegó de visita el sábado. Desde unos días antes se ha estado mensajeando con sus parientes y amigos planeando con toda anticipación (como amerita este importante acontecimiento), la organización del "palapeo" (reunión de camaradas en una palapa con el fin de intercambiar sustanciales experiencias y tomar trago al mas puro estilo spring breakers), palabra apropiada asignada por Ale en la difusión de tan magno evento en las redes sociales y anexas. Desde el mismísimo día de su visita lo hemos visto poquísimo tiempo. Cada año me confunde el termino "Nos visita Pedro" pensando que dentro de esa engañosa promesa estamos incluidos nosotros. Lo que es un hecho, es que somos sus exclusivos y auténticos posaderos a donde cada madrugada llega a reposar su cuerpecito y desprenderse, durante un par de horas a lo sumo, de las muchas e ingratas fatigas acumuladas durante sus innumerables salidas, y que él pomposamente llama "visitar a los compañeros". En este orden de cosas tendremos suerte si nos enteramos de su regreso a GDL. Si así sucede probablemente nos diga "vine a visitar a mis compañeros"

miércoles, diciembre 19, 2012

Atareado

Últimamente he andado algo ocupado y he estado llegando a casa con el animo muy menguado. No me he detenido a observar, como es mi costumbre, la transformación que por motivos navideños sucede cada año en la ciudad. Me desplazo por ella con una visión de túnel, suficiente apenas para ver lo que tengo cerca mío. Con todo y esto no pudo dejar de observar cada noche, en el mismo crucero, a la misma hora, mientras el semáforo esta en rojo, a la misma viejecita como de 80 años o más, caminar pesadamente entre los coches con una cajita de chicles en su mano izquierda mientras que con su derecha sujeta débilmente un andador tubular en el que apoya el peso de su ajado cuerpo encorvado que le sirve apenas para guardar a mitad de calle un precario equilibrio. Me invade una tristeza enorme cuando la veo de lejos tratando de alcanzar con su mano extendida y con una lentitud pasmosa, la ventanilla de un segundo coche antes que la luz verde del semáforo se ponga. Me abruma el sinnúmero de acontecimientos ingratos, las infinitas penalidades y la terrible soledad que este ser humano ha tenido que soportar en su vida para verse en la imperiosa necesidad de tener que trabajar a su edad ¿Que me importa que los ricos se vuelvan mas ricos deduciendo de impuestos nuestras pequeñas aportaciones "voluntarias" si al final sirven para ayudar a bien morir a viejecitas como esta? No se vale lucrar con el sufrimiento ajeno. De acuerdo. Pero tampoco es humano permanecer con los brazos cruzados ante estos hechos. Si los que tienen la responsabilidad de ayudar no lo hacen, cuando menos hay que unirse a las organizaciones que tienen los recursos y la iniciativa de hacerlo aunque lo hagan con un beneficio propio...peor es no hacer nada.

jueves, noviembre 22, 2012

Dos tareas a la vez

Hace tiempo mi hija Alejandra me reconvenía por no poder ejecutar dos tareas a la vez. Me argumentaba que es del dominio publico que las mujeres son capaces de hacer esto y más. Si bien es cierto que cualquier persona puede hacerlo, también es cierto que la mayoría de las veces no hace bien ni una ni otra. Hace unos días me topé con un tipico ejemplo que contradice dicha aseveración. El hecho fue como sigue. Me encontraba estacionado en un cruce de calles esperando la luz verde del semáforo. De pronto escuché el conocido ruido que las llantas hacen sobre el asfalto cuando se oprime el freno rápido y a fondo. Fue entonces que vi sobre la banqueta de la calle perpendicular a mi trayectoria a una mujer como de 20 años con su mano izquierda sosteniendo el celular en su oído y la derecha levantada en señal de alto. Estaba parada a la mitad del primero de los dos carriles de la calle y muy cerca de la defensa de la camioneta que segundos antes había quemado llanta. Sin dejar de hablar por teléfono avanzó unos pasos con la intención de cruzar el segundo carril que le faltaba y por el que circulaban sin restricción los autos. La camioneta seguía sin poder avanzar, la mujer seguía hablando por teléfono con la mano derecha levantada, y sobre el segundo carril continuaban circulando carros. Intrépidamente, y sin interrumpir su conversación telefónica ni un momento, se lanzó a la conquista del segundo carril con la mano derecha levantada confiando ciegamente en el salvoconducto que le otorgaba su calidad de peatón y de mujer (por aquello de poder caminar y hablar por teléfono a la vez). Escuché más chirriar de llantas, voces y gritos. Ella, sin perder el garbo y la gracia, llegó a la banqueta contraria con una risita dibujada en los labios producto más de la conversación telefónica que del nerviosismo por haber estado tan cerquita a la muerte. El semáforo cambió de luz permitiendome seguir y ella continuó hablando por teléfono como si nada. Es cierto que no cualquiera tiene por costumbre hacer dos cosas a la vez. Solo lo hacen de este modo los que tienen muy desarrollada la cualidad de ser atrabancados por no decir otra cosa.

miércoles, noviembre 21, 2012

Hace años 1

Gladis y yo fuimos a Reforma el domingo. Compramos tacos de cabeza en el puesto de Martín y los comimos en casa de mis suegros, Doña Matilde y Don Lucio. Siempre disfruto las platicas con Don Lucio. Me gusta oír sus relatos de la vida en Reforma cuando él era joven. En esta ocasión me contó que en aquel tiempo (en la década de 1940 cuando tenía alrededor de 10 años) la vida en Reforma era apacible. En su memoria está fresco el recuerdo de los días en que sus familiares adultos desmontaron (para sembrar) el área que hoy ocupa la colonia Las Cactaceas y de como, una vez despejada de arboles y de follaje se convirtió en lugar frecuentado por los venados. Rememora que una noche a sugerencia de un familiar suyo se armó rápido una partida de caza. Marcharon entonces con sus bártulos entre los que figuraban rifles y lamparas de minero. Los cazadores regresaron de madrugada cargando en sus hombros un pesado venado macho de espléndida manufactura y gran cornamenta. Para transportarlo le ataron las patas delanteras e hicieron otro tanto con las traseras para luego deslizarle una larga rama entre los amarres de sus patas. Cuando se mataba un animal, comenta, una parte de la carne se salaba y la demás se regalaba. Así dictaba la vieja tradición. Había mucha variedad de animales de caza, como el puerco de monte (jabalí), el puerco que llamaban tamborcito por el ruido que hacia al caminar en manada, y el famoso tepezcuntle. Del tamborcito recuerda su mal genio y de las advertencias que corrían de boca en boca y en las que se recomendaba encarecidamente a los ambulantes treparse al árbol más cercano al menor indicio de la susodicha onomatopeya. Así era de violento este animalito. Era sabido que aquel desafortunado que pasaba por este lance y cargaba arma, desde su alta posición arboricua tenia que matar al líder de la manada para que los otros lo dejaran en paz. Entonces los tamborcitos se abalanzaban sobre el cadáver de su líder recién muerto y se lo llevaban en pedacitos. En aquel tiempo no había refrigeradores ni luz eléctrica con la que funcionaran. No había caminos ni carreteras. El único medio de transporte viable a la ciudad de Villahermosa era el agua en lanchas con motor fuera de borda. Me contó también de su afición a la pesca con tarraya y con arpón. Su casa estaba a orillas de la laguna. Entonces sus aguas eran cristalinas y los peces se miraban desde la superficie. Eran grandes y se contaban por cardumen. Se pescaba el bobo y la tenguayaca por docenas con solo aventar unas cuantas veces la tarraya. En aquellos tiempos no había lujos en Reforma pero nunca faltaba la comida en la mesa de sus pocos habitantes. Mas bien sobraba. Todo esto es recordado por Don Lucio con particular alegría, como si todos estos recuerdos le hicieran vivir otra vez aquellas emociones como la de estar junto a sus seres queridos que ahora viven solo en la memoria de quienes los conocieron.

viernes, noviembre 16, 2012

Al abordaje 1

Pensándolo bien, abordar un avión tiene su gracia. Aquellos que lo hacen regularmente llegan al aeropuerto con una hora de anticipación cuando el vuelo es nacional. Yo recomendaría llegar como mínimo una hora y media antes. Nunca está de más un colchoncito para poder solventara cualquier imprevisto que pudiera surgir en el camino. Ya en el aeropuerto hay que dirigirse a la aerolínea correspondiente para documentar el equipaje y recibir el pase de abordar si aun no se cuenta con él. En este punto si no se muestra una identificación ya valió grillo el asunto. El equipaje documentado (el que deberá viajar en el compartimento de carga del avión) no deberá exceder de 23 kg. Si esto llegara a pasar se cobraría exceso de equipaje. Esta penalización además de quitar tiempo es un desfalco al bolsillo. Lo más prudente sería preguntar el limite de peso que la aerolínea permite transportar al momento de comprar el boleto. Además, uno puede subir al avión con una maleta pequeña de mano siempre que no rebase el peso ya señalado ni el tamaño del maletero del avión. Por lo general las aerolíneas tienen en el área de documentación una caja con la dimensión estándar del maletero del avión. Si la maleta no entra en esta caja tendrá que viajar sin remedio junto a la otra en el compartimento de carga. Las maletas que viajan en este compartimento son etiquetadas y el dueño recibe un ticket por cada una de ellas que el empleado pega en su pase de abordar. Hay ciertos artículos restringidos por las aerolíneas que no se permiten llevar a bordo. Los perfumes en recipientes mayores a 100 ml son uno de ellos. Aerosoles nada. Aguas. El empleado de la aerolínea le informa al pasajero a la vez que marca en su pase de abordar el numero de sala de abordaje, la hora a la que tiene que llegar a la sala y el numero de su vuelo. Lo que viene a continuación es lo más engorroso del proceso: pasar la linea de seguridad. Estando ahí hay que desprenderse y depositar en una caja de plástico todo lo que uno lleva en los bolsillos, el reloj de pulsera, el cinto, el teléfono y todo adorno metálico que uno pueda llevar colgado (también los zapatos si tienen casquillo o partes metálicas). Hay que sacar de su bolso Lap Top y IPad y depositarlas aparte en otro contenedor. Luego hay que hacer pasar ambos contenedores junto con la maleta de mano por la máquina de rayos X. Después debe pasar uno mismo por otra máquina detectora de metales. Por último, si esta máquina es quisquillosa y se le ocurre pitar cuando el cuerpecito de uno pasa por ella, le hacen a uno adoptar pronto la posición del Cristo Redentor para luego escanearle a uno manualmente hasta las ideas.

lunes, noviembre 05, 2012

Escenas fugaces 2

Desde que mi Papá decidió probar suerte en Guadalajara allá por el año 1965, regresé una sola vez a la Soledad Jalisco, la tierra de mi niñez. Soy malo para datar sucesos, pero si me obligan, les diré que fue un año mas o menos cercano a 1975. Por alguna razón que ya extravió mi memoria entre tantos estantes polvorientos de que está llena, no les podré decir que tripas motivó aquel viaje. El caso es que mi hermano Chuy y yo preparamos cada uno su maleta y nos dirigimos de buen ánimo a la terminal de autobuses de Guadalajara. En aquel tiempo esta terminal ostentaba aún la distinguida categoría de terminal de primera. En su exterior se vendían los entonces tradicionales birotes salados que median como un metro de longitud. Era medio día a mitad del año cuando llegamos a la cabecera municipal Huejuquilla el Alto. No creímos necesario avisar a nadie de nuestro viaje, razón por la cual nadie supo de nuestra llegada. Así éramos de sagaces y de prudentes. A esa hora todavía teníamos por delante un buen tramo que recorrer para alcanzar nuestro destino. Seguro que la idea era llegar de sorpresa a la casa de mi tío Encarnación en la Soledad. Jesús se tuvo la suficiente confianza como para llegar a nuestro destino sin más ayuda que la brújula de su memoria. Emprendimos entonces el camino a pie. Doblemente sagaces y precavidos. Todo lo que yo recordaba de aquel trayecto que recién íbamos a caminar era que antaño se atravesaba a lomo de burro, mula o caballo y que las poquísimas veces que lo recorrí de niño se me hizo poco menos que perpetuo. Lo que mi memoria guardaba de él era un pedazo de terreno pedregoso y deshabitado como de 20 kilómetros, sembrado de arbustos redondos y achaparrados conocidos como huizaches, además de muchos nopales de alturas y anchuras muy variados. Era ya de tarde cundo, de buen ánimo, empezamos a caminar al paso que nos permitían nuestras pesadas maletas. El ánimo empezó a decaer cuando el peso de las maletas empezó a hacer estragos en los entumecidos brazos. Además, el camino estaba muy lejos de ser todo lo transitable que imaginé. Las piedras filosas y las ramas secas de las márgenes hacían que nuestro desplazamiento fuera cada vez más lento y pesado. El ocaso nos sorprendió muy disminuidos en ánimos y en fuerzas. Para colmo de males nos empezó a llover ¿Que faltaba para empeorar nuestra ya precaria situación? Muy pronto lo sabría. Según los cálculos de Chuy llevábamos poco más de la mitad del trayecto recorrido. Si a estas alturas del camino nos hubieran ofrecido la oportunidad de abandonar lo que hace un rato considerábamos diversión y aventura de buen talante lo hubiéramos aceptado. Ignoro en que momento perdimos el camino. No reparé en ello hasta que Chuy no aguantó más y me lo dijo. Ya para ese momento no era capaz de ver ni mi propia mano con el brazo extendido. Solo aquellos desdichados que han tenido que caminar de noche en un monte, sin vereda, sin luna ni estrellas, y sin una linterna, entenderán a que me refiero. pronto la realidad nos rebasó. La lluvia, la negrura de la noche, el cansancio, los frecuentes tropiezos con piedras, nopales y huizaches, las constantes caídas en pozos y zanjas, y la cautela (por no decir miedo) a las víboras y alacranes, todo esto nos persuadió de no continuar con nuestra descabellada intención de llegar a destino a cualquier costo. Escogimos para pasar la noche un árbol que nuestras cabezas encontraron a costa de un chichón. Nos sentamos con la espalda apoyada en su tronco y nos dispusimos a pasar la noche bajo el precario cobijo de sus mondas ramas. Nada podíamos hacer para librarnos de semejante situación. Estábamos empapados y llenos de lodo. Cuando creía que ya habíamos tocado fondo, sentí unos pinchazos como de alfiler en todo el cuerpo. Eran hormigas que defendían el acceso a su hormiguero que les habíamos tapado con nuestros magullados traseros. Doloridos, empapados, ateridos, cansados, hambrientos y llenos de ronchas intentamos dormir en aquella obscuridad total. La negrura y el silencio absolutos agudizaron nuestros sentidos. Fue entonces que escuchamos los perros ladrar como en el cuento de Juan Rulfo. Los ladridos llegaban muy amortiguados lo que significaba que venían de muy lejos. Poco después, mirando en la dirección en la que intuíamos venían los ladridos, observamos a través de la inexpugnable noche, una fila de luces rutilantes que se desplazaban lentamente. Con mucha imaginación, pensamos, podrían ser personas con ocotes encendidos caminando una tras otra. Estas señales nos dieron el animo para reanudar la marcha en esa dirección haciéndonos olvidar los riesgos que con toda seguridad nos esperaban agazapados más adelante. Después de otra tantas caídas y más tropezones con nopales, cercas y huizaches, llegamos por fin a nuestro destino. Calculo que serian como las diez de la noche cuando estábamos atravesando el arroyo, único obstáculo  que nos separaba de la casa de mi tío Encarnación. Lo huevos de rancho que cené aquella noche fueron los más ricos que he comido desde que tengo uso de razón. Al día siguiente nos informaron que estaban construyendo una carretera para comunicar Huejuquilla con la Soledad razón por la cual el camino real original había sido borrado en algunos tramos por la nueva carretera de terraceria. Ahí teníamos pues la causa de nuestro extravío. Días después supimos también que había fallecido un niño aquella fatídica noche y que las luces que nos sirvieron de guía a mitad de la noche las utilizaban las personas que se dirigían al velorio.

viernes, noviembre 02, 2012

Palabras endémicas 2

En el lenguaje coloquial de Tabasco y Chiapas existen dos palabras que me desconcertaron (y descontaron) cuando las oí por primera vez. Otra vez fue Gladis la que me soltó un día de sopetón lo que para mi fue como cantonés exaltado. Cuando me las dijo quedé, a ojos de un observador externo, con los labios apretados tratando de contener a duras penas las preguntas que como amasijo querían salir todas en bola. La complicación mayor de estas palabras es que no cuentan con asidero para que el cerebro las pepene y las mantenga quietecitas el tiempo suficiente para bien memorizarlas. La primera de estas palabras que bien podría desempeñar el papel de acertijo es "trasqué". El contexto en el que Gladis utilizó esta palabra aquella primera vez, fue ya víctima del olvido, por lo que inventaré otra situación cualquiera para que sirva de ejemplo. Supongamos que una mañana usted me encarga un libro que le interesa leer aprovechando que al medio día estaré en una librería. Supongamos también que en la tarde de ese mismo día nos reunimos en un café para platicar como todo buen mexicano instruido en twitter y facebook, de la mejor manera de enderezar este recochino mundo mientras tomamos una buena y humente taza de café. De pronto, a mitad de la sabrosa platica se me viene a la memoria que olvidé traer el recanijo libro y, sin agua va de por medio, sin salivita siquiera, exclamo a viva voz diciendo ¡Trasqué el libro! Después de ver que usted pone los ojos como dos platos fruteros, le aclaro algo avergonzado que acabo de recordar que olvidé traer su muy encarecido encargo. Visto de esta forma, "trasqué" es una expresión que denota algo olvidado que se acaba de recordar. La segunda palabra parece fácil, figúrese si no. Es el verbo "prestar". Mmm ¿y donde está la complicación? preguntará usted. Pues bien, Imagine que un día se lamenta usted, ante mi rolliza persona, de no haber conseguido un dinero que necesita. Yo, a manera de mitigar su congoja por no poderlo ayudar le sugiero que "se lo preste al banco". Usted me dirá indignado que no es cosa para burlarse, o pensará tal vez que soy débil de entendedera por lo que seguramente me repetirá que lo que quiere es "recibir dinero" no "darlo". Yo le explicaré entonces que lo que realmente quise decir con "prestarle al banco" fue que usted le pida al banco el dinero que necesita ¿Extraño verdad?

jueves, noviembre 01, 2012

Palabras endémicas 1

Cada lugar tiene en su lenguaje cotidiano palabras endémicas que identifican inequívocamente a quien las dice como originario de ese lugar. Algunas de estas palabra o expresiones son graciosas y producen una risa espontánea y sincera en quien las escucha por primera vez. Son también una buena forma de medir el ingenio y el carácter guapachoso de quienes las utilizan con acierto en las mas variadas situaciones. Su empleo requiere, para que cuajen y surtan el efecto deseado, de un timbre de voz especifico, seguido de los ademanes y gestos corporales indispensables que son muy difíciles de imitar para cualquier improvisado u ocurrente advenedizo. Gladis ha sido para mi una fuente inagotable de estas frases y palabras singulares. Las escucho de ella con frecuencia y desde hace tanto tiempo que ya han perdido para mi su carácter de rareza y poco a poco se han venido incorporado con las mías sin hacer mucho mitote. Un par de estas expresiones son "Don Ese" y Doña Esa". Estas frases las utiliza cuando una persona desconocida para ella (o conocida solo de vista) le hace o le dice algo que le molesta o con lo que no esta muy de acuerdo. Entonces se refiera a ella como "Don Ese" si el susodicho carcamán es hombre o "Doña Esa" si la aludida interfecta es mujer. Esta expresión oída de sus labios es como una bala de alto calibre disparada por un arma de esas que los noticieros llaman de uso exclusivo del ejercito. Por ejemplo, hace un par de semanas solicitamos a un aluminero nos arreglara con carácter de urgente unas ventanas. Con la solemnidad de un sacerdote nos prometió que al día siguiente quedarían suaves y relucientes. Pasados 15 días sin tener noticias de tan exagerado embustero, a los ojos de Gladis se ganó a pulso y con mención honorífica el motete de "Don Ese".

lunes, octubre 15, 2012

Escenas Fugaces 1

Estoy en décimo y ultimo semestre de la carrera de ingeniería (1982). Calculo que he de tener alrededor de 24 años. Camino por la explanada de la nueva Facultad de Ciencias de la Universidad de Guadalajara (En aquel tiempo los esfuerzos de esta escuela estaban concentrados en hornear con éxito la primera generación de profesionistas). Me dirijo al laboratorio de química donde apenas hace unas cuantas semanas inicie mi servicio profesional. Mientras me dirijo con paso resuelto hacia el laboratorio, de algún lugar no determinado llegan a mí con bastante claridad las notas de "Crazy Little Thing Called Love" de Queen. No he entendido bien porqué después de 30 años sigo recordando esta escena en particular. Según la opinión de los entendidos, cuando uno tiene una impresión (generalmente agradable) es frecuente que el cerebro registre algunas de las circunstancias que acompañaron el hecho como por ejemplo un aroma, una canción, una imagen, etc. De esta forma el hecho y las circunstancias que lo rodearon quedan permanentemente asociados en la memoria del afectado. Me ocurre siempre que al escuchar esta canción me viene invariablemente a la memoria el laboratorio de química de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Guadalajara. Si, ahora estoy seguro que esta escena fugaz del pasado quedo impresa en mi memoria gracias a los buenos oficios de esta canción.

viernes, octubre 12, 2012

Fraccionamiento Lagunas

Ya estamos instalados en la casa del fraccionamiento Lagunas. Lo que recordaba de esta casa era lo ruidosa que era la vecina de enfrente. Cada fin de semana llegaban a su casa, con puntualidad pasmosa, música retumbante, bebidas reanimadoras y amigos rebosantes de anhelos y de apetitos. Ahora es lo mismo aunque con menor frecuencia. El tiempo le ha apagado un poco el gusto en beneficio de sus atribulados vecinos. Pero aun estamos lejos de la buscada tranquilidad. Tenemos ahora unos vecinos traileros que le han arrebatado a la vecina el monopolio del jolgorio en nuestra calle. Ademas, cuando estacionan sus trailers en la calle no hay forma de que uno se meta a su propia cochera sin sudar la gota gorda. Luego esta la costumbre de encender los trailers y dejarlos en ese estado de perpetuo ronroneo sonajero por varios minutos dezque para calentar la máquina. No sé hasta que punto estos ángeles caídos permanecen ignorantes del impacto machacante que causan en las mentes de sus alrededores. Y como no lo sé de cierto, prefiero atribuir este  comportamiento egoísta a una ignorancia soterrada y no a una natural desfachatez.

sábado, septiembre 15, 2012

Cambio de vivienda

Otra vez nos cambiamos de casa. Dejamos atrás el departamento de Nueva Imagen y llegamos con nuestros triques y osamenta a nuestra antigua casa del Fraccionamiento Lagunas. Regresamos después de doce años de ausencia. En aquel tiempo Kory estudiaba el bachillerato en la escuela Gregorio Mendez mientras Pedro y Alejandra hacían lo propio en la primaria del colegio Scout. Esta casa fue la que conoció mi padre cuando vino de visita a Villahermosa. Llegó solo, puesto que mi madre había fallecido poco menos de tres años antes. Hace doce años salimos de esta casa los todavía seis integrantes de la familia (cinco homínidos y un canino llamado Niño). Ahora regresamos solo cuatro (tres homínidos y un canino llamado Dobby). Niño se quedó en el camino para transformarse en pasto lo mismo que su inseparable e intimo amigo Patón. Ahora ambos son ríspido follaje o quizás suaves pétalos. Como quiera que sea, seguirán estando juntos. Pedro y Kory recibieron el llamado del destino, esa fuerza invisible que sin darnos cuenta nos impulsa con vehemencia a buscar nuevos horizontes que sean propios. Pedro esta buscando los suyos en Guadalajara y Kory ha encontrados algunos en Villahermosa. Alejandra esta con nosotros estudiando su maestría mientras que Dobby anda todavía en plan de reconocimiento de su nueva casa. Gladis y el que escribe continuamos en periodo de aclimatamiento buscando entre las cajas cada vez que necesitamos algo que de antemano sabemos que esta adentro de alguna de ellas. Me reconforta pensar que llegará el día en que habrá orden en el caos que existe en esta casa.

lunes, septiembre 03, 2012

Fe de errata

Si, cometí un error al decirles que la canción que le oí cantar a mi padre cuando tenía alrededor de 5 años era "cuando ya no me quieras" de Los Cuates Castilla e interpretada por Daniel Santos. Lejos la bala. Aunque efectivamente esta canción fue la que escuche en la radio la mañana del 29 de agosto de la semana pasada está bien lejos de ser la que le oí cantar a mi padre hace poco menos de 50 años. La susodicha canción (ahora si que estoy bien seguro) fue "como buenos amigos" de Victor Manuel Mato Argumedo e interpretada probablemente por "Los Gorriones del Topo Chico". Si, esta canción me mueve el piso mientras me pasan a la carrera los recuerdos de aquel tiempo como perseguidos por el egoísta olvido sin darme tiempo siquiera de estirar la mano y detenerlos un ratito.

sábado, septiembre 01, 2012

Aniversario

Este 29 de agosto pasado fue el 15 aniversario (si la memoria de Gladis no falla) de la muerte de mi madre. Casualmente ese mismo día en la mañana escuché en la radio la canción "cuando ya no me quieras" que hace muchos años le escuché cantar a todo pulmón a mi padre. Como tenía alrededor de 5 años cuando esto sucedió bien pudo tratarse de otra canción,si esto fue así, entonces aquella canción seria muy parecida a esta que hoy recuerdo. Hoy probé suerte en Youtube y me encontré con una interpretación de esta misma canción que Daniel Santos hizo en México en el años 1963. Yo tendría alrededor de 5 años cuando se grabó a Daniel Santos cantando esta canción. Probablemente a mi padre le gustó esa misma interpretación y aquel día tuvo el animo y el humor para cantarla para él y para su hijo. Por una afortunada casualidad, la mañana de este 29 de agosto ambos recuerdos se me juntaron mientras escuchaba por radio y tarareaba al mismo tiempo esta canción.

viernes, agosto 31, 2012

Cambios en puerta

Este fin de semana Chely, la ayudante de Gladis, deja de trabajar en la casa. Tiene el firme propósito de emprender negocios por separado. Durante cinco años Chely fue la mano derecha de Gladis en los asuntos internos de la casa. El entendimiento entre ambas funcionaba con la precisión de un escalpelo en manos de un cirujano. Probablemente no existe en el interior de la casa un solo objeto o cachivache del que Chely no conozca su ubicación exacta. No hay duda que todos los integrantes de la familia padeceremos las consecuencias de una forma o de otra de este súbito cambio de estado, empezando por Gladis. Otro cambio que esta en puerta es que dejaremos el departamento que hemos venido habitando desde nuestra llegada a Villahermosa. La mudanza a nuestra casa del fraccionamiento Lagunas esta programada para dentro de una semana y los trabajos de remozado marchan prácticamente al mismo paso de una tortuga. De estos cambios, el que mayor jaqueca me produce, es el descomunal trafico vehicular que existe a diario y a toda hora (y al que necesariamente me tendré que enfrentar) en el trayecto que va de la casa a mi trabajo. Imaginen ustedes una ciudad separada de su zona industrial (en la que trabaja y vive un tercio de sus habitantes) por un ancho río. Luego súmenle al río el agravante de tener un solo puente para cruzar de un lado al otro. Luego súmenle a todo esto el chistorete de que está en progreso la construcción de otro puente adyacente a este. Todo esto no tendría ninguna consecuencia para nosotros si no fuera porque nuestra casa del fraccionamiento Lagunas está ubicada al otro lado del río. En fin, que le vamos a hacer.

martes, agosto 28, 2012

Jóvenes y Viejos

Cundo los jóvenes platican con sus amigos, además de intercambiarse la información de los antros del momento, uno de los  temas de conversación girará probablemente en torno a lo que cada quien hará en el futuro lejano. Cuando los viejos platican con sus amigos, además de intercambiarse los achaques y los remedios, uno de los temas de conversación girará probablemente en torno a lo que cada quien hizo en el pasado lejano.

sábado, agosto 25, 2012

Entrada con iPad

Tenía idea que (alguna vez lo intenté sin éxito) no era posible publicar en mi bitácora con la iPad pero me equivoque. Ya lo estoy haciendo. Como que no quiere la cosa, me metí al blog y para mi sorpresa todo fluyó facilito, como si aquello fuera todo cuesta abajo. Todo lo contrario al mundo real en el que he tenido unos días tan atareados que a su termino quedo con el aliento entrecortado y con el cuerpo como si fuera de trapo. Pienso entonces en el insoportable castigo impuesto a Sísifo y mi fatiga queda reducida a un inocente juego de niños. Me viene a la memoria el crucero que paso todos los días camino al trabajo, en el que se agitan niños malabaristas, limpia parabrisas, madres-niñas descalzas con su hijo liado en rebozo y una mano extendida, payasitos vestidos de colores (niños y niñas) con globos en el trasero escondiendo el hambre y el desamparo tras la fatal costra de pintura. Veo todo esto mientras espero la luz verde del semáforo con el clima encendido mientras los de afuera se achicharran los pies en el asfalto en su ir y venir tortuoso entre los relucientes coches con su mano vacía extendida implorando con los ojos una moneda que la mayoría de las veces no llega a materializarse. Que injusta y dura es la vida para aquellos que nada tienen y que no saben incluso si tendrán que comer mañana. Si, me siento cansado, pero mi cansancio tiene la recompensa de proporcionarme un bienestar similar al obteniendo por un maratonista tendido en el césped jadeante y con los brazos en cruz después de haber cruzado la meta. ¡Hay de aquellos que trabajan de sol a sol sin ninguna recompensa!

domingo, julio 29, 2012

La vibora

Hoy, como cada fines de semana, estamos en la colonia las Garzas. Los mangos victimados por las ráfagas de las últimas lluvias se encuentran esparcidos en todo el jardían, cubiertos la mayoría de ellos por una alta y densa capa de hierba resultado de varios días de abandono. Desde que Gladis descubrió una piel seca de una pequeña serpiente debajo de la gardenia, su recelo a la creciente maleza se ha venido incrementando como es natural y característico en ella. Esta mañana llegó de Reforma con su hermano Martín decidida a terminar de una vez por todas con la amenaza escondida en el tupido matorral. Yo esperaba que Martín, conocedor de las tendencias de Gladis a escalar las preocupaciones, minimizara la gravedad de la situación en el remoto caso de que encontrara la serpiente ¿Que encontraste Martín? –Preguntó Gladis con aparente aplomo –una pequeña nauyaca contestó Martín como si nada. Por lo pequeña que es, supongo que la madre no ha de estar muy lejos –remató. Ya ni modo. Aunque a mí no me pareció que fuera nauyaca, en el robusto imaginario de Gladis quedó registrado con tinta indeleble el continuo acecho de una encolerizada y vengativa madre nauyaca.

Ojos

Gran surtidor de formas. Fuente única de colores. Vasto manantial de luz. Depósito absoluto de certezas.

miércoles, julio 18, 2012

Fin de semana en las garzas

Este fin de semana Gladis y yo optamos por descansar en la colonia las garzas. Para mí, esta elección implica viajar (tengo que trabajar), pero para Gladis, por alguna exótica razón que se niega a revelarse completa (incluso a ella) significa "poder descansar como se debe". Y es que estando aquí, tan pronto como se tiende en su hamaca lo único que alcanza a hacer en forma consiente antes de quedarse tan dormida como osa en hibernación es encender la televisión. Esperábamos también que este fin de semana el mecánico terminara de reparar nuestra vieja camioneta, cosa que a nuestro pesar no ocurrió. La casa de las garzas tiene ya un ligero aspecto de abandono. No hay quien recoja los mangos maduros que caen del árbol. Tampoco hay nadie que retire las hojas amarillentas de la gardenia, ni quien libere a la carambola del peso de las frutas que doblan sus ramas. Tengo lástima de Pachis que lo hemos abandonado a su suerte y que cada fin de semana nos espera anhelante y hambriento a que lleguemos sin estar nunca seguro si llegaremos. Cuando estamos aquí traga con la desesperación del que se sabe perdido y se asegura de pedir siempre a Gladis doble ración de comida. No hay duda, hemos sido muy ingratos con él. Hablando de otras cosas, hoy cayó una lluvia vigorosa. Su enérgico goteo me acompañó desde Villahermosa hasta la Isla. Su chorreo intenso e incesante enturbió de tal modo el parabrisas que transformó toda certeza en molesta incertidumbre y cubrió los ineludibles charcos con un halo de inevitable temor.

miércoles, julio 11, 2012

La comunicación y sus avances

Gladis ha descubierto poco a poco que la iPad tiene un mundo de posibilidades. Se ha estado divirtiendo de lo más bonito con twitter y facebook. Es una Alicia en el país de las maravillas en que cada puerta que abre la sumerge en un nuevo espacio de fantasía en donde lo mismo se puede encontrar con la retórica de un conejo con chistera que con el fuego cruzado que muy gustosos se lanzan ladrones y policías. Ni ella ni yo nos hubiéramos imaginado cuando jóvenes que siendo más aventajados de edad (por no decir otra cosa) estaríamos siendo testigos de lo que en aquel tiempo veíamos solo en películas futuristas. En aquella época era una remotísima ciencia ficción poderse comunicar en tiempo real con imagen y voz al mismo tiempo con otra persona. Esta magia la hacía posible solo la televisión y únicamente sirviéndose de un buen amasijo de recursos: humanos y tecnológicos. Las personas que por alguna necesidad superior tenían que estar fuera de su estado o de su país en aquella época, contaban únicamente con tres míseros medios de comunicación. Estos eran por orden de economía (y por orden de dificultad): la carta, el telegrama y el teléfono. En aquellos remotos tiempo tener noticias de las personas ausentes les llevaba a los interesados desde unas pocas semanas hasta unos cuantos meses, y si el ausente era un hijo desobediente tenían noticias de él solo cuando se casaba, cuando tenía hijos o cuando se moría. En aquellos austeros tiempos cuando los medios de comunicación eran bien pocos, y los que había, requerían de la persona necesitada harto trabajo o de algunos pesos de por medio (que en aquellos años si valían), las noticias llegaban (o salían) claro está, muy a cuenta gotas. Antes, los medios de comunicación tenían pocos adeptos, y además de ser pocos, eran difíciles y caros. Por consiguiente, la información tenía que ser de calidad. Hoy, estos medios se han multiplicado, y por ser fáciles y económicos sus adeptos se cuentan por millones. Pero la información que sale de ellos sobresale por su vacuidad y por sus defectos. Ahora, Gladis acaba de descubrir la maravillosa aplicación FaceTime en su iPad y ya nadie la puede parar.

lunes, julio 09, 2012

la visita de Rina

El viernes llegó Rina de visita. Traía todos sus aparejos en una maleta rodante color rosa cuya tapa estampada con bolitas blancas le daban la apariencia extravagante de una enorme mariquita albina de caparazón cuadrado. Me recibió con el dinamismo de siempre pero sin perder ni un instante el garbo que caracterizan su heredado abolengo y su rancio pedigree. No había terminado de abrir la puerta cuando ya estaba saltando a mis pies moviendo la cola e impidiéndome el paso en demanda del afecto que corresponde a su condición de princesa. Su interpretación del papel de diva lisonjera la hace merecedora a un Oscar a la mejor actriz canina del sureste. Esta innata capacidad histriónica la hace capaz de ablandar corazones tan duros como el granito y ablandar el moco del más ceñudo ermitaño. Con todo este amasijo de recursos adulatorios me recibió a mi llegada con el invariable saludo que ella tiene ya bien ensayado: se para recta sobre sus patas traseras y posa las delanteras a la altura de las rodillas para después mirarle a uno a través del fleco de pelos que cubre sus ojos mientras revolotea jadeante alrededor con su diminuta lengua de fuera. Rina es un fino dulce de algodón de orejas negras colgantes con manchas color canela en el lomo. En su hocico es difícil distinguir donde termina la nariz y donde inicia la boca, lo único destacable cuando se le mira de frente es un manchón negro que le corona la trompa. Su apariencia esponjosa es puro camuflaje pero es suficiente para proyectar esa ostentación fastuosa que define su figura. Este secreto femenino queda totalmente al descubierto tan pronto se le acaricia. Sus dueños se fueron al DF en pos de arcanos misterios teniendo que dejarla a resguardo muy a pesar suyo en manos quizás inclinadas algo a la ligereza. Rina y Dobby tienen una bonita amistad ensombrecida solo cuando a Rina se le ocurre morderle sus secas canillas. Eso sí, Dobby prefiere cortar por lo sano cuando a Rina le sobreviene la idea genial de jugar "a que te acecho y te destripo" juego tras el cual Dobby siempre queda con los ojos más saltones y apenas sostenido por unos canutos tembleques.

miércoles, junio 27, 2012

Las primeras lluvias

Desde niño me ha gustado mucho la época en que caen las primeras lluvias del año. Pero no esas lluvias esmirriadas llamadas cabañuelas que nos lanzan esporádicamente las nubes secas de abril o mayo, no. Tampoco aquellas gotas orondas y huérfanas que las nubes nos arrojan como con gotero como si estubieran alimentando con maíz gorgojiento y de mal ganchete una parvada de palomas hambrientas. Me gustan las lluvias de gotas gordas que descienden muy juntitas unas de otras para caer perpendiculares a la terra como tubitos de cristal. Me gusta cuando la tierra humea con deleite como si fumara la pipa de la paz a la vez que se regocija con las partículas acuosas que le rozan y le humedecen su polvorienta y agrietada superficie. Disfruto estar de pie en el zaguán, cuando el aliento tibio y húmedo del viento nos jadea su ventolera mojándonos la cara con los hilos líquidos que va juntando en su anárquica carrera. Me estremezco cuando las nubes truenan con su escandaloso parloteo, cuando el relámpago hiere el aire y en algún apartado lugar de la tierra un ser vivo es vaporizado por el destello poderoso e inmolador en beneficio de los demás. Me gusta la canción que el viento entona cundo sopla entre las ramas de los arboles haciendo que los granos acuosos tamborileen miles de hojas danzarinas a la vez ¡Qué alegría! ¡Que frescura! ¡Que aroma! ¡Que paz!

viernes, junio 22, 2012

La reanudación

Estoy de regreso en esta bitácora después de dos meses de forzada ausencia. La razón causante de este involuntario abandono fue que mi fiel partidaria PC que es como mi lazarillo cayó víctima del exceso de trabajo que su ingrato compinche (o sea yo) le había venido acomodando tiempo atrás. Ante la insensible y mula actitud del que escribe como única respuesta a sus multiples y muy evidentes desfallecimientos, mi leal colaboradora no aguantó más y un buen día se apagó y no encendió más. Ahora ya recuperada y restablecidos nuevamente nuestros viejos vínculos de amistad volvemos pues sin demora a las andadas. Muchos son los acontecimientos que el destino tuvo a bien dejarnos como obsequio durante estos dos meses de alejamiento, unos buenos, y otros no tanto. Uno de los buenos fue sin duda disfrutar tres semanas de vacaciones, dos de las cuales las ocupamos para viajar a Guadalajara y asistir a la largamente esperada graduación de Pedro. Otra fue el de haber tenido la oportunidad de convivir con mis hermanos y sobrinos que tenía tiempo de no ver. Otra buena cosa fue coincidir con todos los hijos en aquella ciudad, suceso no siempre fácil de lograr. De las malas ni les cuento; ya tendrán ustedes suficiente con las propias.

domingo, abril 22, 2012

Terco y sin ciruelas

Después de 12 horas de viajar en autobús de Poza Rica a Villahermosa no hallaba la hora de estar arrellanado en mi sillón con la mente en blanco. Con esta intención nos arrancamos Gladis y Yo a Reforma. Ella con el deseo de platicar un rato con su mamá y Yo con mi empeño en hacer mucho de nada. Cerca estaba yo de entender por qué el autobús que me trajo de Poza Rica  había dado tanto rodeo para entrar a Villahermosa. Todavía me iba a costar una hora inmerso en un rio estancado de automóviles y camiones para saberlo y después de soportar el castigo constante de un sol recalcitrante. Ya con la desesperación a tope reflejada en los rostros de aquél enjambre de conductores rabiosos alcanzamos a ver en el horizonte dos grúas de gran tonelaje con sus plumas enhiestas sosteniendo cada una un extremo de un nuevo y reluciente puente peatonal. La fila de coches se prolongaba fácilmente más de diez kilómetros en ambos sentidos. A ninguno de los que planearon esta maravillosa maniobra se le ocurrió instalar señalamientos que desviaran el tránsito hacia vías alternas. Un pequeño detalle insignificante para una carretera que es la única que tiene México para comunicar el norte con el sur y viceversa. Luego, como si esto no hubiera sido suficiente, Gladis se orilló en la carretera a comprar platanitos de esos que no son más grandes que el dedo meñique. Yo me estacioné tras ella quedando justo al lado de unas bolsas plásticas llenas de cetrinas, brillantes y antojables ciruelas. Sin tardanza tomé el radio y le solicité con vehemencia y la boca llena de baba que comprara también una de aquellas bolsitas. Ya las pedí –dijo. Perfecto –pensé a la vez que me imaginaba bebiendo grandes tragos de agua hecha con esa magnífica fruta. De pronto me sobrevino el temor de que le pudieran dar una bolsa llena de frutas verdes. Tomé rápidamente el radio para aclarar este importantísimo punto. Que las ciruelas estén maduras –le advertí. Un Ahá fue la respuesta. Poco después pude observar que el vendedor le extendía dos bolsas de ciruelas verdes ¡Estafa! –pensé. Tomé una vez más el radio para evitar aquél golpe bajo y chapucero. Ella me contestó con voz nítida y cantarina que para mañana ya estrían buenas. Pero Yo no las quiero para mañana –le lloriqueé para ablandarle el corazón. Su respuesta fue seca y contundente –no seas terco. Tomó carretera una vez más saldando el asunto definitivamente.

sábado, abril 07, 2012

Villahermosa libre

No hay movimiento en las calles de Villahermosa. Las avenidas lucen vacías, los cruces están libres de limpiaparabrisas y los semáforos parecen innecesarios. Ha sido un placer recorrer en estos días las vías que en otros tiempos son una prueba a la paciencia de los buenos conductores. Cualquiera que conduzca en esta ciudad un mes entero a las horas pico y no miente madres tendrá con seguridad dentro de Él la chispa primigenia de la aureola del anacoreta. Los que tienen el temperamento necesario para evitar que su sangre bulla durante su tránsito por estas peregrinaciones dignas del ángel caído tienen sin duda vocación de cenobita. Esta ciudad despejada es un bonito regalo que la Semana Santa nos concede a los desafortunados que no tuvimos los recursos necesarios para ir a los destinos turísticos a deshacer los entuertos en que se convierten los problemas cotidianos. Para aquellos que permanecimos en la ciudad solo nos hace falta, para que nuestro bienestar sea redondo, que las gordas vejigas que flotan sobre nuestras cabezas nos rocíen con su pipí.

viernes, abril 06, 2012

Qué caló nos vamos asá

El viento dejó de soplar. Se quedó sin aliento como si el calor le hubiera dado un golpe en la boca del estomago. Las hojas de los árboles están quietas, inmóviles como musas esperando el pincel de un artista inexistente. Hay silencio. Los seres vivos están en sus madrigueras, bajo el dosel del follaje, o en las charcas, huyendo todos del abrazo sofocante del calor. Fuimos Gladis y Yo a Reforma para hacer algunas compras. Pasamos antes a la casa de Doña Maty para preguntarle si algo se le ofrecía de la tienda. Bastaron solo unos minutos de estancia en la Farmacia de Don Lucio para que mi cuerpo empezara a defenderse del calor rezumando líquido copiosamente. Mi frente empezó a gotear literalmente y para protegerme los ojos del sudor me pasaba el dedo pulgar por la frente usándolo de la misma forma en que lo hacen los limpiaparabrisas en las gasolineras. No hay nada elegante en esta maniobra que por otro lado es la única solución cuando uno no tiene la costumbre de llevar pañuelo entre la ropa. Otra opción es dejar que el sudor escurra con naturalidad por donde la gravedad lo lleve pero este líquido salino es tan mula que le gusta agarrar casi siempre el camino de los ojos. Como todos sabemos no hay nada de estimulante en permitir que entre líquido con cristales a los ojos, aunque estos cristales sean de sal y los ojos sean ya viejos. Ni para contentarme con el aire acondicionado del coche porque Gladis me advierte con marcado rigor y solemnidad que los cambios bruscos de temperatura me pueden desgraciar los bronquios. Claro, como siempre Yo le hago caso. LLegué a casa con el latido del corazón resonándome en la cabeza. Si mi corazón fue el badajo, entonces mi cabeza fue su campana.

jueves, abril 05, 2012

Rina

Treinta días de trabajar diariamente me han apagado hasta el último rescoldo de vigor. Mi cuerpo tiene ahora la consistencia bailarina de una gelatina mal cuajada o la dureza de una barra de chocolate olvidada en el bolsillo de la camisa. Además, el calor en la última semana se ha recrudecido tanto que literalmente nos quema los cabellos. Luego tenemos el caso de Rina, el cachorro Shih Tzu que Kory nos encargó encarecidamente que cuidáramos como si fueran las mismísimas niñas de sus ojos. Ni modo, hay que soportar pues que nos hinque sus afilados colmillitos en los dedos de los pies y nos deje las canillas como autenticas trepaderas de mapache. Pero basta con que nos mire a los ojos para que nos derrita con esa estampa llena de ternura que proyecta y nos haga olvidar pronto los latidos dejados por los agudos pinchazos de sus recientes tarascadas. Es una bola de estambre con ojos de oso panda que más que caminar más bien parece rodar. Ni a Dobby le alcanza la energía para quitársela de encima y cuando el pobre Chihuahua ya no halla la salida corre a refugiarse con Gladis para que se la quite de encima. Estamos pues todos agotados, esperando como agua de mayo estos dos días de descanso de Semana Santa para que la savia de la vitalidad se regenere y vuelva a circular jubilosa por nuestras venas.

domingo, marzo 25, 2012

Primavera con aumento

Aumenté la graduación a mis lentes. Ya leer se me hacía bastante tortuoso. Lo que no veía borroso lo veía doble. En estos casos de poco sirve aumentarle de tamaño al texto cuando el culpable es la patina que el tiempo ha dejado a estos ojos. Me queda la satisfacción de poder aún arreglármelas sin lentes para hacer todo lo demás. Una de estas cosas es, por ejemplo, disfrutar la floración anual del macuilis que por esta época se desboca pintando de lila el tapiz de hojas verdes que el trópico tiene de sobra. El calor ya tiene rato haciendo estragos sobre las testas de los que nos animamos a caminamos a cielo abierto. El sol nos sofoca aunque caminemos poco y lo hagamos de prisa. Hoy la tarde se cubrió un rato con un manto de nubes plomizas que se interpusieron felizmente entre el sol y nosotros aunque el viento pronto se las llevó a hacer agua a otra parte. Lástima. Este fin de semana la alberca ha sido como un oasis en el desierto para muchos. La gente llega boqueando y con taquicardia para apagarse el fuego interno que amenaza con secarlos y dejarlos tan duros y cuarteados como monitos de barro de Tonalá. Después que las personas permanecen un rato sumergidas en el agua, sus mejillas antes encendidas de carmín adquieren con la hidratación una palidez de cera.

martes, marzo 20, 2012

El Simulacro

Un día cualquiera antes del martes 20 de marzo de 2012. La autoridad responsable de la protección civil del estado de Chiapas, con el fin de cumplir con su programa anual de simulacros de catástrofes naturales, tuvo a bien emitir la siguiente ordenanza:
SIMULACRO
Simulacro programado para el día 20 de marzo de 2012.
Evento: Presencia y efectos de un sismo de 7.9 grados en la escala de Richter.
Participantes: Población en general, escuelas y hospitales tanto públicos como privados, empresas y organismos del sector social y privado, así como todas las dependencias públicas de los tres niveles de gobierno.
EL SIMULACRO DARÁ INICIO A LAS: 12:00 Hrs.

El día señalado martes 20 de marzo de 2012.
12:00 Hrs. Se suspenden las actividades en Chiapas y las personas se dirigen muy morositas a través de sus respectivas rutas de evacuación al punto de reunión acordado. El estupor de los participantes en el punto de reunión fue generalizado al no explicarse como haría el gobierno del estado para producir los efectos tan reales de este simulacro de temblor que a muchos hasta mareó.

12:05 Hrs. del 20 de marzo de 2012. Boletín informativo.
Sismo de más de 7 grados sacude México
Pánico y caos por el temblor registrado en la Ciudad de México. El epicentro fue en Ometepec, Guerrero. No se reportan víctimas
G20031209.JPG MÉXICO, D.F.-Earthquake/Sismo-DF. Un sismo de 7.8 grados Richter con epicentro en Ometepec, Guerrero, se registró a las 12:02 horas en la Ciudad de México, de acuerdo con información proporcionada por el Servicio Sismológico Nacional (SSN). EL UNIVERSAL

¿Así estuvo bien o le faltó más realismo?

lunes, marzo 05, 2012

El chaparrón

Llovió la madrugada de hoy con el vigor propio de las tormentas de agosto. Fue una lluvia pesada que no quiso venir sola; vino con un aire nervudo y oblicuo de carácter tan voluble como constante. A medio día, el viento todavía corría loco entre los árboles sin dar la más mínima muestra de cansancio. Los árboles ululaban y crujían como señal de protesta o quizás como clamor de súplica. El canto de las aves me anunció que el temperamento climático se había tranquilizado. De camino a Reforma observé el comportamiento apacible de los animales que reflejaba la calma que le sigue a la tempestad. Las vacas pastando apacibles en el campo rodeadas de garzas blancas y zancudas. Cada vaca asechada por su garza de la misma forma que un planeta es perseguido por su satélite. Existe entre estos animales una benéfica simbiosis: las garzas obtienen un alimento fácil mientras que las vacas se desprenden de sus molestas garrapatas. Fue un día refrescante que nos hizo olvidar un poco los calurosos días previos.

domingo, febrero 26, 2012

Pesadilla

Uno tiene la creencia de que todo lo que uno crea o hace es especial y único entre todo lo que es creado o hecho por los demás. Uno tiene la orgullosa esperanza y el secreto deseo de que nuestras invenciones produzcan si no una prolongada y desbordada emoción, si una efímera y agradable sorpresa en los demás. Nos vemos en ellas, vivimos por ellas y somos capaces de morir por ellas. Uno vive deseando y creyendo en esta fantástica utopía hasta que lentamente va siendo minada y consumida por el carcoma de los años y por el peso aplastante y arrollador de la realidad. Es poco lo que se puede decir cuando descubrimos nuestras más íntimas creaciones, aquellas que modelamos con el mejor material, utilizando los más destacados procedimientos y las más puras emociones, adornando sin más virtud que su herencia despilfarrada, las vitrinas rotas y mugrientas de los más sórdidos tugurios, alumbradas apenas por sordas y opacas luces de neón escarlata que las hacen rielar fantasmagóricas entre las risotadas indiferentes de los más abyectos mediocres de pacotilla que las escupen con su bocas espumosas llenas de residuos a medio digerir y tufos de alcoholes vaporizados. Ausente está en estas obras de arte la delicada belleza y el halo de inocencia que el artista imprimió amoroso a través de varios años de desvelo. Ahora lucen como sombríos y húmedos bloques de concreto armado carcomidos por la lluvia ácida y de cuyas grietas brotan pululantes los hongos de la dejadez y la corrupción. Hoy se mimetizan tan perfectamente en este torvo y corriente entorno de muros carcelarios –rayados por manos violadoras y destripadoras– que son díficiles de reconocer incluso por su estupefacto y atónito creador ¿Cuando sucedió tan miserable y kafkiana transformación? ¿Por qué? nos preguntamos los artífices mientras contemplamos desolados y yertos nuestras otrora magnificas obras. La respuesta nos cae como espeso aceite hirviendo cuando presagiamos que esa imagen horrorosa que ahora vemos borrosa por el agua que nos brota incesante de los ojos puede venir de la reveladora superficie pulida de un espejo. ¡No! ¡No es posible! ¡Es preferible engañarse y pensar que fueron sustraídos de sus nichos por ladrones sin escrúpulos! ¡Sí! ¡Eso fue!

sábado, febrero 11, 2012

De lluvia y otras cosas

Días de lluvia, de goteo constante, de aire húmedo, de calles encharcadas, de paraguas a mano, de andar de prisa, de conducir despacio, de chocolate caliente, de café con canela, de sueño apacible, de brisa fresca, de lectura tranquila, de apacible coloquio, de humeante sopa, y también para el que escribe… de necesarias vacaciones.

lunes, febrero 06, 2012

Lunes de holgazanería

Llegamos la tarde del domingo a la colonia las garzas. Yo, con la intención de holgazanear sin tener una pizca de remordimiento y Gladis con el propósito de ayudar a su mamá a hacer los tamales que tanto le gustan, aunque con bastante frecuencia le hacen también renegar la tripa. Como siempre sucede arribamos con todos los arreos que nuestras muchas manías nos exigen cargar. Encontramos a Páchis en la puerta esperando por su comida y con las marcas de arañazos en los carrillos que ya son su sello distintivo. Sus mejillas son puro musculo y con el tiempo han adquirido la apariencia y consistencia de bolsas con canicas. No hay duda de que extraño el ambiente apacible de la colonia, roto únicamente por el gorgoreo constante de las múltiples especies de aves que se posan a socializar en el mango y por los maullidos ocasionales de Páchis apremiándonos por alimento. Otro lujo que me doy en la colonia sin mucho cargo de conciencia es comer unas ricas mojarras tenguayacas de rio que Gladis me prepara fritas acompañadas con el inigualable sabor que le agrega el chile amashito machacado solo con sal y limón. La agradable novedad es que por fin están arreglando el tramo carretero de acceso a la colonia que la última inundación dejó peor que la superficie lunar y hacía su tránsito poco más que tortuoso. Tengo que dejar por ahora esta bitácora porque según me dice Gladis me están esperando en la mesa un par de estupendas mojarras preparadas nada más y nada menos así como les conté.

miércoles, febrero 01, 2012

Pláticas

Conduciendo el coche con Gladis de acompañante.

Conversación. Caso 1.

Mario: ¿Donde tienes la refacción dañada?

Pausa......escucho timbrar su celular...

Gladis: Está atrás... (Contesta la llamada) ¿Bueno?... Bla, bla, bla, bla... Así todo el trayecto hasta que llegamos a nuestro destino. Ella deja de hablar por teléfono y yo me dirijo a la cajuela a buscar la refacción.

Mario: Gladiiiiis, ¡la refacción no está aquí!

Gladis: ¿Y quién te dijo que estaba en la cajuela? -me responde mientras cierra la portezuela del asiento trasero con la refacción en la mano.

Mario: Es que yo supuse...

Gladis: ¡Estaba hablando por teléfono!

(Pienso: después de todo tiene razón, "atrás" está además de la cajuela, el asiento de atrás... pero también puede estar "atrás" de la cama, del refrigerador, de la puerta del baño, del cilindro de gas... y así hasta el infinito).

Me rindo...



Conversación. Caso 2.

Gladis: ¿te enteraste de...?

Mario: No. No me enteré ¿Qué pasó?

Gladis: Sucedió que... (Inicia la explicación). Pero fijate que... (Pausa súbita)... En este punto le sobreviene una distracción que la hace interrumpir la conversación. Pasa la distracción y espero a que ella reanude la plática donde la dejó......silencio... pasa un rato:

Gladis: Preparé albóndigas para comer.

Mario: ¿Como dices?

Gladis: Que preparé albóndigas para comer.

Mario: Ha, si. Pero ya sabes que no me gustan las albóndigas.

Gladis: Es que el día de hoy he estado muy ocupada.

Me rindo... Después de todo pasados 3 o 4 días me lo volverá a contar.

domingo, enero 29, 2012

Rocordando el inicio

Empecé a escribir esta bitácora en 2005. En aquél tiempo me motivó el interés de mantener a mis familiares al tanto de algunas escenas que mis sentidos percibían del exterior. He procurado siempre (algunas veces sin éxito) mantener alejado de estos retazos de vida mis preferencias éticas o morales. En cambio, he preferido escribir el mensaje que me transmite lo que veo y el estado de ánimo que me produce una vez que lo decodifican los muchos paradigmas que arrastro desde mi más tierna infancia. En este punto he de decir que mis paradigmas funcionan como cristales de antiparras que distorsionan o filtran en diferente grado la luz que mi sentido ocular capta del exterior. Por consiguiente, he de advertir que el escenario que yo describo puede ser distinto de aquel que un compañero imaginario pueda percibir del mismo hecho. Esto no quiere decir que esta bitácora este llena de alocadas fantasías, solo quiero destacar el hecho que lo escrito aquí es la realidad vista desde atrás de mis propios e inamovibles cristales. Decía al principio que esta bitácora empezó con la única intención de tender un vínculo con las personas que quiero y que están lejos de mí. Con el tiempo, esta motivación fue lentamente reforzada por el propio gusto encontrado en la formación constante de oraciones. Esto me permitió escribir sin tener un motivo, tema o suceso previo en mente. Fue entonces que empezó en mí el interés por el estilo (o la forma) además del contenido. Fue así que llegó a mí la afición por la descripción literaria: “Estoy en mi sofá favorito. Frente a mí está el televisor enscendido. Estoy recostado sobre mi costado izquierdo escribiendo en la Lap lo que estás leyendo ahora. La Lap está sobre una mesa de centro que tiene la misma altura del sofá y también la misma antigüedad. Ambos están hechos de madera de cedro y están llenos de marcas indelebles que el tiempo les ha dejado impresas. Tengo a mi izquierda un escritorio viejo de madera comprimida que tiene el castigo añejo de cargar una antiquísima computadora de escritorio que no ha sido encendida desde que nuestros hijos se marcharon. A mi derecha, a media altura de la pared, cuelga un reloj redondo de unos 25 centimentros de diámetro que me recuerda en las noches que ya es la hora de dormir. Su marco es de imitación madera y tiene números arábigos grandes, ideales para gente de visión corta como la nuestra. Estoy en medio del recibidor en cuyas paredes están empotradas las puertas de todas las habitaciones: La nuestra y la de Ale al frente, la de Pedro y la de Kory atrás. Hoy, solo la nuestra tiene vida los fines de semana. De las otras, solo las reminiscensias de algunos ecos apagados quedan”.

domingo, enero 22, 2012

Y que nos agarra el temblor

Por necesidades de trabajo este fin de semana nos quedamos en Villahermosa. Alejados de nuestros acostumbrados hábitos dominicales, Gladis y Yo nos sentimos como despojados de nuestra necesaria dosis de vigor. Para colmo de nuestros ya de por sí alicaídos ánimos y parafraseando aquella cita célebre de nuestro querido Chico Che “que nos agarra el temblor en medio de la cocina”. Después de haber asimilado el susto de soportar un terremoto de 6 grados guarecidos en un palomar de un tercer piso, enfilamos a nuestra casa ubicada en el Fraccionamiento Lagunas. Esta casa la tenemos olvidada por dos razones. La primera de ellas es que está en una zona inundable, aunque no de gravedad. La segunda es su difícil acceso dificultado siempre por un tránsito espantoso. Ya hace tiempo que Gladis insistía en que fuéramos a echarle una vuelta para ver si sus paredes aún permanecían en pie. Como era de esperar, la encontramos sin la bomba de agua, desbordando de basura y su cancelería asfixiada por vegetación ligera y trepadora. Tan pronto le dimos una manita a la cochera y a la cancelería volvimos a despedirnos de ella.

lunes, enero 16, 2012

Insomnio aprovechable

Esta fue una semana de lluvia intensa. Días de aire saturado de humedad y de calles encharcadas. Clima magnífico para el descanso del fatigado. Mi desventura es no haberlo aprovechado como mi cuerpo me lo pedía. Así es el insomnio de ingrato y de poco benevolente con sus anfitriones. Envidio el sueño fácil y placentero de Gladis que es capaz de extraviarla en sus laberinticos vericuetos tan pronto como su cuerpo adopta la posición horizontal. Admiro también su capacidad para reconciliarse con el sueño después de haber disfrutado una relajante y sustancial siesta. Mi sueño en cambio es muy nervioso y asustadizo, su carácter alerta y desconfiado se parece mucho al que adoptan los animales salvajes en los abrevaderos comunitarios africanos. Tengo que prepararle el terreno para que se anime a llegar. Aún así, muchas veces no lo hace. Ha de llegar cuando él quiere y su crónica esquizofrenia se lo permita. Yo lo espero sin perder la calma (más me vale) y mantengo la mente ocupada en algo mientras al sueño se le apacigua su paranoia. Tengo casi siempre un libro comenzado al alcance de la mano para estos casos de escasez onírica o hago planes mentales de diferente cuño. Como cabe esperar, una vez que el sueño viene y se instala, llegada la hora en que quiero que se marche no lo hace. Es tan rejego para irse como lo será a la hora del regreso.

domingo, enero 08, 2012

El recuento del 2011

Pedro se fue el viernes a Gdl a terminar el último semestre de universidad. Si todo sale como está planeado esperamos reunirnos con él en aquella ciudad allá por mayo. Ale dejó de trabajar para Smith y ahora lo hace en la sede estatal de un partido político –creado, según dicen, por seglares adeptos al miserere y fieles a la asperción bendita del hisopo. Planea en este año comenzar su maestría. Kory dejó de trabajar en schlumberger para emprender ahora junto con su esposo Alejandro algo nuevo por su cuenta. Salió bien de su segunda cirugía de columna. Aunque continúa en etapa de adaptación, el andamiaja de aleación parece sostenerla holgadamente. Nosotros (con Ale y el chihuahua Dobby) vivimos como nómadas: de lunes a viernes en Villahermosa y los fines de semana en la colonia las garzas de Reforma. Esta es la razón de que Paco –el perico– ahora viva exiliado en casa de mi suegra Doña Matilde. Las gordas –los cuyos– viven felizmente apacentando (así lo espero) en el rancho familiar de Cheli. Pachis –el gato– es el único habitante que aún vive en la colonia y en los días de semana que no estamos se alimenta de lo que él mismo caza. En realidad le dejamos comida en casa y una rendija abierta por la que se sabe colar cuando la tripa le apremia. Es todo lo que él necesita de nosotros. Por mi parte, la transferencia de trabajo a Villahermosa se hizo definitiva y puedo ya decir adiós a los complejos…aunque no definitivamente.