Visitas de la última semana

viernes, diciembre 26, 2008

Noche buena

La noche del miércoles la pasamos bien. Estuvimos con la familia de Maty disfrutado una estupenda velada. Cenamos pavo, pierna de cerdo y bacalao acompañado de espagueti y un riquísimo postre de manzana. Fue una noche transparente, fresca y tranquila en la que me deleité estando cerca a mis tres hijos. Recibí una llamada de Guy e intercambiamos saludos y buenos deseos. Al día siguiente organizaron el recalentado en nuestra casa y estuvimos inmersos en la plática hasta bien entrada la noche. Ambas reuniones se realizaron sin estar planeadas y en ellas participaron personas que generalmente no están. Quizá por eso me resultaron perfectas.

martes, diciembre 23, 2008

Solo es cuestión de buscar

Hay días grises y sin chiste como el de hoy en que ni un hilo de luz traspasa la gravedad y densidad de las nubes. La lluvia se desparramó lenta, minuciosa e incesante sobre la solidez que nos rodea. La humedad furtiva se deslizó por las hendiduras de las puertas para luego flotar libre por el interior de la casa hasta perderse o posarse en el primer objeto sólido que encontró. Pero aún en días lánguidos como este es posible observar si se quiere (o se sabe buscar) belleza en el escenario. No hay sol, es cierto, pero el aire está vaporoso, húmedo y oloroso. El jardín y la tierra beben y se hidratan después de un prologado periodo de sequía. Las hojas se doblan por el peso del rocío que después de mucho acumularse rueda en forma de gota por su tersa superficie hasta desprenderse como lágrima de su temporal refugio. Es fácil añorar la calidez del sol y menguar mérito a la brisa. Hoy me empeñé en buscar belleza y la encontré.

viernes, diciembre 19, 2008

El ajedrez

Fue a finales de los 60’s (¿o principio de los 70’s?) cuando me interesé por este juego de estrategia y ejercicio neuronal. En aquella época de agitación ideológica (la guerra fría, la conquista espacial, el espionaje y el contraespionaje estaban en su apogeo) se reunían con bastante frecuencia los González y los Conchas a ejercitar el agradable arte de la ya casi olvidada convivencia familiar. El lugar de las reuniones no era un antro, tampoco un club de membresía, mucho menos un estadio atestado de bullicio, no, nada de eso. Las tertulias se hacían en la casa de ellos o en la casa de nosotros. Nunca fueron planeadas. Empezaban con uno o dos pares de individuos ante un tablero de ajedrez al que se sumaban luego algún trovador voluntarioso con una guitarra acústica y zalamera o algún bohemio con una o dos botellas con agüita que ataranta. El objetivo en las partidas de ajedrez era mantenerse ante el tablero el mayor tiempo posible. Al perdedor lo sustituía inmediatamente otro jugador y el ganador permanecía en su trono regodeándose de sus victorias hasta que otro, más ducho o menos cansado, lo despachaba. El perdedor siempre buscaba acomodo en la siempre jubilosa trova que se hacía llamar los tres tristes cuajináis, o en algún acalorado grupo conversador que le hiciera olvidar pronto su aplastante y sufrida derrota anterior. De esta forma se daba el tiempo para resanar su orgullo maltrecho mientras esperaba pacientemente el próximo juego y muy probablemente también su siguiente descalabro. Cuanto mas desciendo en la caverna de mis recuerdos mejor se perfilan los nombres (aunque ligeramente empolvados por el tiempo) de algunos de aquellos entrañables personajes y primos a la vez: Lencho, David, José, Lolo. Hay más, solo que el resto de los nombres han sido borrados de mi antiguo y poco transitado archivo general, victimados por la humedad, el calor del trópico y la poca ventilación. Archivo que por otro lado se ha venido deteriorando lentamente con el tiempo como si hubiera sido impreso en cinta celuloide y guardado en el interior de un boyante termitero. Nos dejamos de ver hace más de 30 años debido a los trajinares naturales de la vida. Ellos salieron de Guadalajara después de terminados sus estudios y cada uno siguió su propio derrotero. Ahora andamos desbalagados a todo lo largo y ancho del país con muy pocas posibilidades de encuentro pero siempre unidos por aquel maravilloso pasado común. No cabe duda que aquella época dejó sembrado en mí la semilla de la introspección y me llevó con los años a convertirme en un ser felizmente monosilábico. Vinieron a mi los recuerdos de aquellos años por la triste noticia del fallecimiento de mi tío Félix padre de David. Toña me comunicó hace apenas unos días el lamentable suceso y me uno a la pena que embarga a mis primos. Lanzo a todos ellos un afectuoso saludo a través de la red con la misma secreta esperanza con que Mario Benedetti lanzó su botella al mar y cuyos versos aquí les dejo:

Pongo estos seis versos en mi botella al mar
con el secreto designio de que algún día
llegue a una playa casi desierta
y un niño la encuentre y la destape
y en lugar de versos extraiga piedritas
y socorros y alertas y caracoles.

lunes, diciembre 15, 2008

Vacaciones

Estoy de vacaciones desde el lunes pasado. Es la primera vez que logro hilar de corrido mis días de vacaciones y ahora no se que hacer con ellos. Cuando estoy anegado de trabajo deseo incesantemente tener un pequeño espacio de sobra y que al mismo tiempo me alcance la cuerda para hacer algo con él. En días de trabajo casi nunca se me dan juntas las dos cosas, si me sobra brío me falta tiempo o viceversa. Ahora, tanto tiempo me esta indigestando y ya no recuerdo lo que me prometí hacer de tenerlo a manos llenas. Mientras me adapto a mi nueva condición empezaré por hacer algunos trámites que he estado posponiendo por incompatibilidad de horarios con mi trabajo. Ya se me irá ocurriendo en que más ocupar mi tiempo libre que ahora me abruma.

domingo, diciembre 14, 2008

El paseo

El viernes nos fuimos a Palenque para que Aranza conociera la zona arqueológica de la antigua ciudad Maya que gobernó el rey Pakal hace 1400 años. La primera vez que visité este lugar me produjo una grata impresión. Si tuviera que utilizar una sola palabra para definir ese momento usaría la palabra sorpresa. La razón de esta impresión es que a diferencia de otras ruinas mayas (o aztecas) las de Palenque están en medio de una densa selva. Por ejemplo en Uxmal o en Chichen-Itza uno puede ver las pirámides desde la entrada a la zona arqueológica pero en Palenque es diferente. Aquí uno puede estar parado a 30 metros de la pirámide más cercana sin observar nada todavía. De pronto, al dar vuelta en el último recodo del andador ¡sorpresa! Aparece majestuosa y magníficamente conservada la pirámide de las inscripciones que sirvió de tumba al rey Pakal. Los ojos no se cansan de ver estas pirámides incrustadas en mitad de la selva que producen en quien las mira una intensa paz interior y el deseo de permanecer inmóvil en su contemplación por tiempo indefinido. Con algún pesar abandonamos Palenque para continuar nuestro recorrido a las cascadas de agua azul. En mitad del trayecto hicimos un alto para visitar la cascada misol-ha que tiene una caída de agua de aproximadamente 30 metros y que llena de brisa fresca los alrededores. Aquí se respira el olor de la montaña y se escuchan los ruidos naturales de la selva. Existe un andador que lleva a los visitantes que buscan emociones diferentes a caminar detrás de la caída de agua. Este andador fue construido detrás de la cascada aprovechando un espacio natural entre la roca modelado seguramente por la erosión del agua durante algunos milenios. Después de media hora retomamos el ondulante camino que nos llevaría a nuestro último destino; las cascadas de agua azul. Este trayecto es el más sufrido por Gladis debido a la gran cantidad de subidas y bajadas que serpentean a todo lo largo del camino. Durante todo el recorrido no cesó de hacerme un sinfín de recomendaciones; ve más despacio, adelante hay una curva, ¡tope! (grito y salto casi siempre fueron simultáneos), cuidado con ese carro, no rebases, adelante hay grava suelta, no te acerques a la orilla, ¿no es eso un deslave?, etc., etc. No es fácil describir las emociones que produce este lugar cuando sus efluvios entran en contacto con nuestros sentidos. La naturaleza nos regala una de sus mejores escenografías utilizando como elementos un ancho río de agua azul que fluye en sucesivas cascadas y remansos entre grandes, redondas, blancas y lisas piedras calizas; todo rodeado de una cerrada vegetación cubierta por una capa de oloroso musgo y todo tipo de enredaderas. Llegamos a casa todos molidos como a las 8 p.m. directo a la regadera y a dormir de corridito hasta al siguiente día. Hoy alrededor de las 6 a.m. Gladis y Pedro encaminaron a Aranza de regreso a Gdl dando así por terminada su visita de una semana por estas tierras del sureste.

miércoles, diciembre 10, 2008

19 años

Ale cumplió 19 años hoy. Gladis y Yo fuimos ayer a Villahermosa a comprar un pastel y carne para asar. Como Ale no nos dijo la cantidad de amigos que vendrían (seguramente porque tampoco lo sabía), decidimos comprar solo 3 kilogramos de carne. Mal cálculo. Llegaron mucho más personas de lo estimado. Complementamos el faltante con varias decenas de quesadillas y unos buenos tamales de chipiln. Un dato curioso es que del 10 al 27 de diciembre Ale y Pedro tienen la misma edad. Si alguien preguntara su edad en uno de esos días pensaría que son gemelos o que están bromeando.

lunes, diciembre 08, 2008

De pata de perro

La mala suerte se nos vino a meter de inquilino a la casa. La camioneta esta aún en el hospital de los enfermos motorizados y el coche ha estado perdiendo agua desde hace ya un mes. No he podido llevarlo a la agencia por estar esperando la compostura de la melindrosa camioneta. Lo que he venido haciendo es recuperar el agua perdida casi diariamente para que pueda seguir rodando. Pero hoy fue el colmo. Gladis me ayudó a recuperarle el nivel y parece que el tapón quedó flojo o trasroscado y llegando a Reforma empezó salirle humo del cofre como si ardiera una fogata en su interior con madera de pirul. Al abrir el cofre encontré el recipiente de agua vacío y sin tapón. Mal presagio –pensé. Afortunadamente no pasó a mayores y con una cajita de chocolates de aluminio improvisamos un tapón y así pudimos regresar a casa. Ahora sin coche quien sabe como vamos a salir del atolladero de llevar a Aranza a conocer Palenque, o ya de perdis el parque museo La Venta.
Hablando de cosas más pasaderas les comento que la fiesta de Kory salió bien. Estuvimos hasta las 2 a.m. y regresamos a casa en medio de una densa neblina. Don Lucio hizo a un lado el bastón y se puso a sacudirle el polvo a la pista de baile que daba vértigo. Como suele suceder en estas reuniones, llegaron personas que por lo regular no se ven. Entre el ruido de la música y el mucho mover los pies se intercambiaron numerosos saludos, abrazos y añoranzas. Kory y Emmanuel han de estar ya en Cancún pisando la arena blanca y sumergiéndose en aquel claro y transparente mar turquesa. Enhorabuena.

domingo, diciembre 07, 2008

Noche de fiesta

Hoy en la noche es la fiesta de Kory. Ayer llegaron Pedro y Aranza ya muy avanzada la noche. A Gladis se le iluminaron los ojos como faros cuando vio los dulces de guayaba con relleno de cajeta que Toña le envió. Pronto salió a relucir el cuchillo (seguro sorprendido de que alguien lo arrancara de su gaveta a tan altas horas de la noche) para cortar gordas rodajas de dulce y apaciguar un poco los brillantes ojos de Gladis. En días como este todo es ajetreo. La cabeza por artes desconocidas se desconecta del cuerpo y ambos marchan por su lado como verdaderas mulas tozudas. La camioneta como ya es su costumbre continúa con sus ilimitados achaques. Ya tiene cerca de un mes en el taller victima de su edad y su mala suerte. El taller que la agencia tiene por acá es un verdadero fiasco y sus atentos trabajadores asumen que los clientes no necesitan sus carros. Así las cosas, Gladis se vio en la necesidad de aceptar ayer el ofrecimiento que le hizo la vecina de prestarle su camioneta para que saliera de apuros en estos días de auténtica necesidad. Pedro salió con Ale y Aranza por unas amigas de Kory que vienen del DF y apenas 15 minutos después de su salida llamó para comunicarle a su mamá que se le poncho una llanta. Gladis olvidó el teléfono en el coche y no puede recibir ni hacer las llamadas a las que esta acostumbrada (cada media hora) más aquellas que se pudieran ofrecer en un día tan azaroso como este. Todo camina a marchas forzadas como si manos de diablillos traviesos escondieran las cosas necesarias o sembraran otras innecesarias para que uno con las prisas se tope con ellas.
Ayer me vi en la necesidad de abandonar la escritura de este texto a fin de salir a buscar un par de llantas al coche. Luego me dirigí al talachero para que las cambiara porque ya estaban de dar lástima.. Por esta razón publico asta ahora lo que ayer de carrera escribí.

sábado, noviembre 22, 2008

Diez lustros

Hoy se agrega un año más a la historia de mi caminar bajo el cielo. Contándolos de uno en uno la suma llega a 50. Agrupar los años de este modo no me resulta atractivo. Mejor será de aquí en adelante apiñarlos de forma más conveniente para mis importes y sosiegos. Es de todos conocido que la muerte siempre viene aparejada con los muchos años vividos y siempre será mejor que la cantidad de estos se oiga poca a que se oiga mucha. De este modo, será siempre más alentador decir que en este día cumplí cinco decenios, más, para no sonar tan lozano mejor será agruparlos en lustros. Así pues, podré decir sin que suene fatalista y sin faltar a la verdad que acabo de alcanzar la pequeña cifra de diez lustros.

lunes, noviembre 17, 2008

Tiembla la tierra

A las 5 pm, mientras comía unas ricas mojarras la tierra tembló a la vez que el aire nos traía el ruido grave y sordo de una explosión. Los vidrios de las ventanas traquetearon al mismo tiempo que Gladis y Yo nos mirábamos con expresión interrogante pensando seguramente en el mismo derrotero. Ella se llevó la mano izquierda al pecho como tratando de detener un poco los tumbos que en ese momento daba su corazón. Mi mente empezó a trabajar en las hipótesis que pudieran explicar el motivo y el lugar de la explosión que a todas luces no era normal. Inmediatamente una de las hipótesis empezó a tomar relevancia: Accidente en Cactus. Pronto mi temor se hizo realidad al escuchar el ulular de las sirenas pasando a un lado de la colonia, sin duda ambulancias. Dos personas muertas y una herida es el saldo hasta el momento de esta explosión. Llaman a la casa los familiares de Gladis para preguntar por la integridad física del que escribe. Él está bien –les informa. Recibo también una llamada de mi hermana Toña. Aprovechamos para intercambiar saludos y noticias.

domingo, noviembre 16, 2008

Cambio de estado

Kory esta diciendo adiós a su soltería. Gladis y Ale están en Villahermosa con ella. Yo estoy en casa algo cansado. Tengo poco de haber llegado de trabajar. Luego de comer un caldito de pollo me dispongo a reanudar la lectura “En busca del unicornio”. A un lado mío esta también, guiñándome el ojo, una edición conmemorativa de “Cien años de Soledad”. Decido leer la breve semblanza que de García Márquez hace su amigo y paisano Álvaro Mutis y el aporte personal que de esta obra hace Carlos Fuentes. Mientras leo, llega a mí el sonido inconfundible del agua de lluvia rebotando en el cristal de los ventanales. La lluvia fue intensa pero de duración corta. Me embargó de pronto el deseo de salir a respirar la humedad que normalmente flota en el aire cuando la vegetación recién se ha bañado. Al abrir la puerta el sol ya se había ocultado y la penumbra hacia su último rondín. Recibí de inmediato las caricias de pequeñas ráfagas de viento que gráciles me soplaban al oído su saludo vespertino. Llegaba a mis oídos desde la cima de las palmeras un leve cascabeleo producido por el frotamiento de sus anchas y largas hojas fibrosas y palmeadas. La gardenia se alzaba henchida de verdor mostrando con soberbia sus brillantes hojas danzantes que se movían al compás hipnotizante de aquella música de viento. El olor del césped recién cortado intensificaba el aroma dulce de la clorofila aún presente en la pedacearía de grama esparcida abundantemente en el jardín. Paco (el perico) me observaba fijamente como él acostumbra mirar a las personas, con su cabeza de lado para que uno de sus ojos redondos como canicas apunte directamente a su objetivo. Tenía las plumas esponjadas y su forma me recordaba la de una pelota de algodón de azúcar pero de color verde. Miré al cielo tapizado todo de nubes grises. Había solo pequeñas aberturas azules esparcidas aquí y allá que asomaban tímidas por entre los rollizos nubarrones. El cielo tenía una coloración anaranjada y titilante producida por el reflejo de las grandes lumbreras de los muchos mechones de gas encendidos en esta tierra de antiguas chapopoteras.
Nota: Este texto fue creado el sábado 15 de noviembre de 2008

viernes, octubre 31, 2008

Otra vez aquí

Ya transcurrieron varios días desde la última vez que escribí algo en este espacio. Han sucedido muchas cosas desde entonces empezando porque mi entorno se anego una vez mas. Las carreteras quedaron tan llenas de hoyos que se hace difícil llegar a tiempo a cualquier parte. Los negocios inician poco a poco a abrir sus puertas después de haber permanecido un buen tiempo alojando todo tipo de animales acuáticos. También como ya es su costumbre, la camioneta esta por enésima vez en el taller para que le alivien su crónica hipocondría. Decir que ya me tiene harto es poco, siempre se destartala cuando mas la necesito. Como pintan las cosas, tendré que sobornar a alguien para que se la lleve lejos de mí. Ale se empeñó en ir a un congreso de contaduría a la UNAM y ya tiene tres días por allá. Yo me acabo de desprender de una tarea que me tenía con dolor de cabeza desde hace como un mes, por consiguiente, ahora me siento livianito y con ganas de emprender cosas nuevas. Por lo pronto me he entretenido viendo a los animales que por la inundación se han visto obligados a huir de sus dominios regulares para aventurarse a deambular por los secos caminos asfaltados. La laguna bellamente renovada recibe la visita de innumerables garzas blancas que llenas de gozo planean y caminan con sus largas patas flacas por entre los juncos en busca de su ración diaria de alimento. Algunos pobladores se aventuran a tirar el anzuelo en sus orillas seguros de encontrar entre sus aguas algún pez atarantado por la abundancia de agua de su otrora raquítica laguna. Muchos tienen suerte y regresan a su casa con la comida del día. Eso si, no hay garantía de que se encuentre libre de cólera. Continua habiendo muchas casas en el agua, sobre todo al sur de Tabasco. El año pasado fue el río Grijalva el que inundo al centro de Villahermosa y sus alrededores. Esta vez toco el turno al caudal del Usumacinta. El próximo año quien sabe cual corriente nos mojara.

viernes, octubre 03, 2008

Tierra mar

Esta última semana ha sido de mucha lluvia. La tierra se hizo pantano, el charco se convirtió en laguna y el arroyo se transformo en río. Volvió el sentimiento de impotencia a reflejarse en la cara de la gente que vive cerca de tierras anegables. A los costados de las carreteras se alzan improvisadas viviendas hechas con lona, lámina o cartón en las que viven hacinadas las personas cuyas casas están ya entre el agua. El trayecto normal a mi trabajo sigue bloqueado por una fuerte corriente lo que me obliga a dar un largo rodeo sorteando innumerables vados. Hubo días en que todas las carreteras que comunican Reforma con Villahermosa llegaron a tener un metro de altura. Se interrumpió el flujo de personal de Villahermosa a los complejos Cactus y Nuevo Pemex y se tuvo que montar un puente aéreo con helicópteros para transportar al personal de guardia necesario para la buena operación de las instalaciones. La inundación empezó el sábado después de una fuerte y prolongada lluvia que azoto desde la tarde del viernes. Apenas ayer jueves dio señales de disminuir. Este año casi se repitió la inundación del año anterior salvo que ahora el agua perdono el centro de Villahermosa. Se esperan lluvias peores para el mes de octubre y hay poco optimismo en que se logre contener el agua del río Grijalva ante el reclamo que hace de su antiguo territorio. El hecho es que no he presenciado lluvias más abundantes como las de estos dos últimos años. Esto refuerza mis temores de que el clima ha cambiado y que los niveles del mar están subiendo a causa del descongelamiento del hielo de los polos. Villahermosa esta a 8 metros sobre el nivel del mar ¿Será que en unas décadas mas nuestra casa tendrá habitantes de aletas y agallas?

jueves, septiembre 04, 2008

Dia pesado

Existen días que desde su alumbramiento empiezan a ser hostiles. En la mañana las extremidades se negaban a obedecerme. Por más que las apremiaba no me alcanzaba para sacarlas de su desmayo. El amanecer esta radiante ¡Vamos, arriba! –les decía tratando de parecer animoso. Con mucha dificultad y no pocas ofrendas mis pies empezaron a arrastrarse en dirección al baño acarreando con temblor el peso muerto de un cuerpo adormilado. Las 8:05 a.m. marcaba el reloj cuando apenas traspasaba el umbral de la puerta de salida. Aun tendré que detenerme en la gasolinera –pensaba mientras le echaba una mirada a la llanta trasera del coche que continuaba inflada de milagro. Lamentaba la ligereza con la que avanzaba el reloj cuando recordé que aun tenía que detenerme a mitad del camino a cargar combustible. Al llegar al trabajo la oficina me esperaba ya con la bandeja de entrada copeteada de documentos, todos gritando a la vez que les diera pronta salida. Uno a la vez –les decía animoso. No me hablen todos a la vez porque me atarantan…cundo vine a ver eran cerca de las 7 p.m. Eche una ojeada a la bandeja de entrada y los documentos que había sacado prontamente fueron sustituidos por otros igual de gordos. Ya basta –me dije, primero me vacío yo que ver desocupada esta maldita cosa.

domingo, agosto 17, 2008

Vida urbana

Me sorprende la capacidad de adaptación de los animales al ambiente urbano. Era de noche y me encontraba parado en la puerta de acceso de suburbia esperando a que Alejandra terminara el complicadísimo proceso de elegir trapos. De repente llamó mi atención una esplendida ave de color blanco como del tamaño de una gallina que volaba lenta y majestuosa a escasos diez metros de altura y como a 20 metros de distancia de donde me encontraba. Seguí su vuelo con la mirada hasta que se posó en la azotea de un edificio que sirve de estacionamiento. Descubrí entonces que se trataba de una lechuza albina. Me sorprendió gratamente pues creía que los animales blancos eran endémicos de los ambientes níveos. ¿Qué hace esta lechuza blanquecina en el trópico? –pensé. La observé detenidamente por más de un minuto tratando de determinar la razón de haber seleccionado ese lugar en particular como puesto de vigilancia. No se movía y su pétrea postura acechante le conferían una apariencia de gárgola encalada. El color blanco ayuda a los animales de ese color a mimetizarse con la nieve ¿pero en el trópico, lugar en que predomina el verde? En este lugar su camuflaje es tan efectivo como lo sería un traje de payaso en un jardín de niños. Sin embargo, allá arriba, su actitud era la de un cazador en espionaje pero ¿Dónde estaba la presa? Abajo la gente se movía como en una gusanera, los carros entraban y salían del estacionamiento. ¿Que podría estar acechando esta ave en esta área de ambulantaje, tiendas comerciales, cines, Cafés, restaurantes y cajones de estacionamiento? De pronto distinguí en la obscuridad una pequeña sombra que cruzaba rápidamente en dirección al estacionamiento a la altura del segundo nivel. Me pareció a primera vista un murciélago. Con la misma celeridad dio vuelta en U como presintiendo las malas vibras presentes del lugar. Entonces me dispuse a ver la estrategia de caza del ave depredadora. No quitaba la vista de aquella gárgola inmóvil pero no volvió a aparecer otro murciélago en el siguiente minuto y no veía por donde pudiera aparecer otro sabiendo lo tímidos que son estos ratones alados en presencia de los humanos. Además, los murciélagos buscan lugares oscuros como las cuevas y en esta zona comercial dudaba que hubiera algo que se le pareciera. Pero la lechuza esperaba con la seguridad que le daba su instinto depredador y quizá sus previas experiencias de caza. De pronto abrió sus alas y se lanzó lentamente al vacío, no en picada sino como lo haría un paracaidista, cayendo en forma vertical con las patas hacia abajo y las garras extendidas. ¡Señor! –me habló Daniel. Le traigo las llaves del carro –me dijo. De reojo observé que un ave blanca se posaba en la banqueta a escasos diez metros a la izquierda de donde me encontraba. Gracias Daniel –contesté mirándolo para despedirlo. Ya vinieron por mí y tomé la maleta del coche –dijo extendiéndome la mano. Aún no termino de explicarme como fue que coincidieron: la elección del cazador, la llegada de la presa y la distracción para hacerme perder la escena que tanto deseaba presenciar. Una vez que el depredador encontró lo que seguramente buscaba desapareció. La última vez que lo observé se escondía atrás de un carro estacionado. Ya no lo vi salir. Ya sin el peligro del cazador, los murciélagos empezaron a revolotear por todos lados. Fue entonces que pude darme cuenta que había una pequeña rendija a la altura del segundo nivel del estacionamiento por el que entraban las asustadas presas. Esta rendija estaba ubicada exactamente por debajo de donde la lechuza se puso de vigía. La otra sorpresa mía fue ser testigo del increíble sentido de orientación de estos animalitos voladores a los que todo el mundo hace el feo. Era una rendija de escasos 20 centímetros de largo y su anchura era apenas lo suficientemente grande para aceptar la entrada de un solo animal a la vez. Lo más sorprendente era que la rendija la formaba una tira de lámina instalada seguramente para tapar el espacio que había entre el edificio del estacionamiento y el edificio adyacente. Los intrépidos ratones voladores tenían que chocar primeramente contra la pared del estacionamiento y ascender entonces verticalmente la pared para encontrar la estrechísima rendija. Pude constatar que cada murciélago hacía varios intentos (la mayoría de ellos infructuosos) para encontrar la diminuta entrada a su guarida. ¡Que prodigio de sonar tienen estos increíbles avechuchos!

sábado, agosto 16, 2008

Vacas y guajolotes

Casi siempre me abstraigo del entorno al dirigirme al trabajo cada mañana. Veo pasar difuminado el verdor de la espesura que como un vallado se extiende por el borde del camino. Me he acostumbrado a la uniformidad de esmeralda del denso herbazal que se desparrama generoso por donde uno mire. Me he habituado al tránsito por la cenagosa laguna el limón, por el casi extinto río mezcalapa y por el exquisito túnel modelado por el enramado de los cocoites. Pero afortunadamente hay días como hoy en que una manada de vacas me obliga a hacer un alto desacostumbrado en el camino alejándome de la constante rutina. Mientras espero que hagan un espacio (que no tienen ninguna intención de hacer), marcho despacio tras ellas divirtiéndome con su desparpajo y parcimonia. Después de un minuto de ir a la zaga me asalta la idea de que puedan estar confundiendo el carro con un bovino de su manada. Entonces decido hacerles patente que no soy un cuadrúpedo y acelero un poco el motor. Ninguna vaca se inmuta y empiezo a perder la calma. Pasa otro minuto y en lugar de hacerse a un lado se desparraman aún más tan cachazudas como al principio. No me quedó más remedio que utilizar el claxon y ronronear con más estrépito el motor. A esta altura de los acontecimientos ya tenía otros conductores desesperados atrás de mí queriendo hacer uso de su derecho de vía.
De regreso del trabajo sucedió lo mismo. Esta vez fue un grupo de guajolotes que tomó la carretera como vía de tránsito. Otra vez me detuve ante la reticencia de estos emplumados de moco rojo de despejar el camino. De paso, los machos se dieron el tiempo de ponerse rijosos y altaneros esponjándose repetidamente frente al carro. De no ser por la suerte que les espera en navidad con gusto hubiera quitado el pie del freno.

lunes, agosto 11, 2008

Aguacero

Ahora mismo esta cayendo un aguacero cerrado acompañado de arremolinados vientos. Recién llegamos de Reforma Gladis y Yo. Fuimos a dejar a José Manuel y su familia a su casa y la lluvia nos acompañó de ida y de vuelta. No estaba planeado que yo me uniera a la comitiva pero la amenaza de lluvia hizo que Gladis me pasara la estafeta. El espacio celeste era una gran mancha negra intimidante preludio del diluvio que se gestaba y que luchaba por salir de su interior. Los desamparados cocoites se mecían violentamente al compás de las caprichosas ráfagas de viento y sus tiernas hojas volaban al garete arrancadas del maternal regazo de sus ramas. La carpeta asfáltica era un depósito de hojas y ramas, primeras víctimas de lo que apenas era un bosquejo de la verdadera tempestad. Poco tiempo después, ya en la carretera, los relámpagos se sucedían casi sin demora y luego que sus estelas centellantes rompían el aire en su viaje hacia la tierra nos dejaban su estruendo como corolario. Siempre me he preguntado como hacen las aves para sortear estas agitadas borrascas que descuajaringan sus nidos y zarandean sus condominios de enramadas sin el menor atisbo de pena. La tierra incapaz de absorber el agua con la misma rapidez con la que cae, empieza a formar arroyos que deslavan rápidamente la superficie creando zanjas que se convierten luego en verdaderas trampas para los incautos. Escucho el agua aporreando el toldo y la veo escurriendo por el parabrisas mientras los limpiadores riñen en su fallido intento por aclararme el camino. Mi temor más inmediato era caer en uno de tantos baches que aderezan el trayecto de Reforma disfrazados ahora de inofensivos charcos. Así pues, mi propósito de disfrutar en casa una tarde tranquila de domingo (después de una agitada guardia de trabajo) se vio frustrada por este loco e inoportuno vendaval. Lo bueno de esto es que de regreso pasamos a la tienda a comprar un queso que Gladis usa como ingrediente en un flan napolitano con el que me podría envenenar si quisiera, así que dejo esta bitácora para comerme una rebanada que justo ahora me puso al lado y que no me dejará continuar.

sábado, agosto 09, 2008

La olimpiadas de Beijing

El viernes iniciaron los juegos olímpicos de Beijing. Tenía la intención de ver aunque sea un resumen de lo que sospeché sería una bonita inauguración. No me equivoqué en cuanto al despliegue combinado de tecnología y tradición mostrado por este país milenario, pero tristemente erré en mi propósito de ver una repetición sustanciosa. Ese día, como tantos otros, fue difícil dejar la cama. Canija costumbre mía de guardar en la noche tanta reticencia de subir al colchón para luego, después de un sueño corto, sufrir en la mañana la gota gorda para apearme de él. Una vez de pie, casi siempre me hago la promesa de que la próxima noche será distinta, entonces seré bueno, me iré a la cama temprano y no diré malas palabras. Avanzado el día y con el ajetreo del trabajo invariablemente me olvido de aquella primogénita promesa, y otra vez vuelvo a ser víctima del desorden. Nunca hace falta fiesta para retrasar la marcha de este cuerpo mío y demorar su viaje al mundo donde los sueños practican su magia de renovación y encantamiento. Mi sueño se queja siempre del poco tiempo que le dejo a sus artilugios soporíferos y me encara con el puño amenazador advirtiéndome que no le eche después la culpa del decaimiento que pueda atosigarme más adelante. Pero llegada la noche no puedo resistir la tentación de echar una mirada a algún texto que me guiñe su ojo de cíclope haciéndome sucumbir al encanto de sus dichos y carantoñas.

domingo, agosto 03, 2008

Encaminando a Pedro

Hoy nos tumbamos de la cama más temprano que de costumbre. Encaminamos a Pedro en su retorno a Guadalajara. Estuvo un mes con nosotros, y dicho sea de paso, nos pareció poco tiempo. Fueron días de comer todos lo que su antojo le dictaba.Hoy, la mañana apareció afligida. El cielo amaneció vestido con un tapiz grisáceo estampado con ondulaciones obscuras que le dan un aspecto de llanto anticipado. Resulta obvio que llovió en la madrugada. La vegetación se mira recién bañada, muy mona. El olor a humedad que se levanta me recuerda la fragancia matutina de un bosque alfombrado de agujas y hojarasca. Miro el cielo y mi vista se posa perezosa en unas aves amarillas que revolotean complacidas en la copa de unos altos guayacanes.

viernes, agosto 01, 2008

La partida de un blogero

Ayer murió Alejandro Aura. Me afectó la noticia. Desde hace ya largo tiempo tengo en mis favoritos su blog. Como tantos otros días, ayer abrí su página para leer su canto rodado del día. Porque han de saber que escribía diariamente un texto y lo cerraba siempre con la publicación de un poema de su autoría. Tenía por costumbre, en fechas significativas, enviar una poesía personalizada a los correos de sus miles de lectores. Quizá sea esta la razón que su muerte la sienta como si se hubiera ido un amigo. Era bueno para hilar palabras con las que transformaba su devenir cotidiano en cosa digna de leerse. Ahora, en lugar de su canto rodado del día leí su poema “despedida” publicado quizá por Milagros junto a un breve texto comunicando su partida. Gracias, Alejandro Aura.

lunes, julio 28, 2008

25 Aniversario

Este mes de julio cumplo 25 años de haber salido de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Guadalajara. No lo hubiera recordado si no recibo un mail de José Antonio López, compañero de carrera de Arandas Jalisco. Hace aproximadamente como 5 años, por pura casualidad, coincidí con Él en una ciudad que no recuerdo (tal vez Monterrey). Ambos íbamos a la misma reunión de trabajo relacionada con la industria petrolera. Fue una agradable sorpresa enterarme que continuaban reuniéndose cada año algunos exalumnos de aquel grupo de ingenieros mecánicos electricistas y me invitó a la reunión del siguiente año si acaso planeaba ir a Guadalajara. Y así fue. En aquella ocasión se me dio la oportunidad de saludar a una veintena de compañeros, algunos ya calvos, otros canos, otros igualitos, los más ya gruesos, pero todos con el mismo carácter que yo aún rememoro. Ahora que escribo estas líneas me vienen en bola los recuerdos; se me amontonan, se me amotinan, me abruman. Todos están vestidos muy monos tratando de seducirme para que los exhiba al público contemporáneo después de haber estado momificados por un cuarto de siglo en una caverna muy húmeda y obscura ubicada en lo más recóndito de mi subconsciente. Les digo que ya están viejitos, que sus trapos no están fashion, que su corte de pelo es retro, que sus chistes arrancarán exclamaciones como ¡que oso! No creen que “sábado por la noche” ya no se escucha, ni mucho menos se baila. Platico con ellos, evocamos lugares, amigos, maestros, materias. Por fin se dejan convencer que su tiempo ya pasó, que ahora es momento de dejear espacio a los hijos. A ellos les toca ahora caminar por aquellos pasillos, respirar el aroma de aquellos jardines, escuchar aquel rumor de voces que se mezclan, saborear las tortas y los tacos durante los recesos y disfrutar un humeante vaso de café escuchando la clase en una mañana fresca de noviembre. Feliz 25 aniversario generación 78-83 de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Guadalajara.

viernes, julio 25, 2008

Los sonidos y la mente

Estoy en el sillón de siempre acomodado cuan largo y ancho como todos los viernes. Afuera la penumbra devora con avidez los últimos trazos débiles de luz. Escucho y veo de soslayo, como no queriendo, un video de Joe Cocker cantando con su inconfundible voz ronca y áspera “you are so beuatiful” mientras agita sus manos y dedos con la intensidad que refleja su concentración. Pienso en la belleza de algunos momentos, por desgracia casi siempre fugaces. A medida que el día cierra los ojos escucho truenos largos y amortiguados señal de que en algún lugar distante el cielo descarga sus enormes vejigas negras. Respiro el ambiente húmedo dejado por las últimas lluvias. Mis alvéolos se alborotan al recibir el aire fresco y renovado concientes de lo efímero de la ocasión. Las aves también sienten que algo distinto flota en la noche, lo demuestran sus trinos que me hacen recordar la toccata y fuga de Bach o la pequeña serenata nocturna de Mozart. Oigo el ruido de un motor, luego un portazo, niño y patón ladran como cuando viene visita. Por breves segundos me asalta la idea de que esto pueda ser verdad y me encuentren aquí tan despatarrado como estoy. Rápidamente vuelvo a la realidad al recordar que mi estado de relajación es precisamente gracias a que vivimos algo retirado del ajetreo urbano razón que hace pensar dos veces a los interesados en ver estas caras nuestras de ermitaños. De pronto, mientras escucho la canción “wonderful tonight” de Erick Clapton me veo transportado al pasado y aterrizo en aquel café de Reforma en donde en compañía de Gladis disfruto una humeante taza de café.

sábado, julio 19, 2008

Día nublado

Este día estuvo plagado de nubarrones grises sobre un cielo lechoso y sin gracia. Los rayos de sol se toparon con la dificultad de sortear esa gruesa capa esponjosa de humedad cerrándoles el paso e impidiéndoles cumplir su acostumbrada rutina de evaporarle a uno el cerebro. Aún así, Gladis se animó a ir con su mamá Matilde y su hermana Matilde a Balancán, uno de tantos municipios de Tabasco, a una graduación. Se fueron con la intención de regresar hasta mañana en la tarde. Por otro lado, Ale se fue a una fiesta a Huimanguillo, otro municipio de Tabasco, con una familia conocida, su intención es también regresar hasta mañana. Pedro y yo nos quedamos en casa con Daniel que esta con nosotros de visita antes de marchar a Puebla.
Este mes ha tenido días cargados de fuertes ventarrones. Me ha sorprendido el daño que ha dejado el viento en árboles, algunos de los cuales ha arrancado de raíz. Nuestra bugambilia bicolor no fue la excepción y sucumbió mortalmente abatida por uno de estos mini tornados. Las ramas de muchos árboles tampoco soportaron el efecto arremolinado de los vientos encolerizados quedando colgadas grotescamente retorcidas y astilladas. Lo que me parecía más curioso, es que la extensión del daño se limitaba a áreas pequeñas del tamaño de una manzana. Pude observar que había árboles cruelmente mutilados de sus ramas mientras su vecino frondoso ubicado a escasos diez metros se encontraba en perfectas condiciones. Lo peor de todo fue la pérdida de nuestra bugambilia, ni modo.

domingo, julio 06, 2008

De regreso

No he tenido ánimos de escribir. Hace casi dos meses que me aparté de esta bitácora. Ayer Pedro llegó, vino a pasar un mes de vacaciones con nosotros. Su viaje estuvo salpicado de inconvenientes. Apartamos su boleto con casi un mes de anticipación. Su vuelo estaba programado para el viernes en la tarde. Ese día, al llegar a documentar su equipaje le informaron que no fue posible cubrir el costo del boleto con la tarjeta. No tengo problemas con mi tarjeta, por lo que supuse que había sido una maniobra desleal de la línea de aeromexico para justificar alguna omisión de su parte. En ese momento Gladis empezó a hacer llamadas a otras aerolíneas pero no hubo suerte. No fue posible encontrar conexión en México sino hasta el día siguiente a las 6:45 a.m. con mexicana. Pedro se las arregló para que una amiga le diera posada en su casa de Puente Grande esa noche. Al día siguiente una fuerte tormenta le impidió llegar a tiempo y perdió el vuelo una vez más. Otra vez se las arregló para que lo pusieran en lista de espera hasta que le buscaran un nuevo horario de viaje. Para ese momento su mamá estaba hecha un manojo de nervios. Llegó ayer casi a la 4 p.m. a Villahermosa. Fue hasta entonces que su mamá se relajó. Hasta esa hora Gladis puso atención a la tripa que le empezó a recordar que no le había depositado alimento sustancioso en las últimas 24 horas. Pasamos por Kory a Villahermosa y enfilamos a Reforma para aplacar el hambre que a todos nos aguijoneaba. Me comí tres tamales y medio que Adelita tuvo a bien empacarme. Buenísimos. Su sabor me hizo evocar tiempos pasados con la familia en la colonia oblatos. Desempacamos el alfajor y el dulce de guayaba que Toña nos envió. La imagen de los dulces me transportó momentáneamente al mercado de San Juan de Dios recordándome sus sabores, sus olores y sus colores. Con el riesgo de no poder dormir, me comí otros dos tamales en la cena. Gracias Adelita, Gracias Toña.

domingo, mayo 18, 2008

Lluvia y sueño

Hoy empezó a llover. Fue una lluvia densa de gotas gordas y tupidas. Estaba recostado en el sillón tratando de convencerme de hacer algo de provecho. Recién había terminado de comer y ya la digestión estaba tomando el control de mis acciones. Escuché truenos. La electricidad falló. Cerré los ojos para disfrutar el aroma a tierra mojada que la lluvia arrebataba a la tierra. Afiné bien el oído para escuchar los muchos matices que la lluvia hacia al hacer contacto con las diferentes superficies: duras, blandas, lisas, rugosas, metálicas, orgánicas…

…Me encontraba en una calle que no conocía. Veía pasar gente desconocida. Levanté la mirada para observar a mí alrededor con la intención de que mis ojos se toparan con algún punto de referencia que me sirviera de orientación. No había duda, estaba en San Onofre, en Guadalajara. Lo confirmaba la iglesia que tenía frente a mí. De repente vi a dos figuras conocidas que caminaban una al lado de la otra. Eran mi Papá y Guy que venían caminando hacia mí por la misma acera. Su paso era apresurado. Apenas alcanzó el tiempo para un fugaz intercambio de miradas como sustituto de saludo. Ambos me cruzaraban con paso rápido y firme. Yo marchaba atrás de ellos sin hacer preguntas para no entorpecer su asunto. Unas calles más adelante un conocido me detuvo para saludarme, intercambiamos algunas palabras, las suficientes para que mi Papá y Guy se adelantaran más allá de la vista. Continué adelante. Caminé sin rumbo ni estrategia definida. De alguna forma apareció en la escena Toña. Platicamos brevemente hasta que apareció Adelita. La acompañaban sus hijos Chuy y Cecy. Después de saludarnos desaparecieron…¿o fui yo el que me esfumé?...
…Me desperté sudando. La lluvia había cesado. La electricidad y yo habíamos regresado. Recordé entonces mi reciente caminata onírica por la perla de occidente.

lunes, mayo 12, 2008

Uf

El calor es sofocante. El termómetro del carro ha alcanzado hasta 44 grados Celsius en días pasados. El interior es un horno. Lo sé por que al abrir la puerta me lanza su vaho directo a la cara haciéndome patente su enojo por haberlo dejado expuesto a los inmisericordes rayos solares. El calor me obliga a bajar ambas ventanillas para que el aire menos caliente del exterior desaloje al malhumorado calor interior. La radiación que escapa del interior se me lanza al rostro como gato encolerizado clavando sus garras afiladas en las ya de por si maltratadas mejillas. No sopla viento que ayude al cuerpo transpirado a deshacerse del exceso de temperatura que lo agobia. El sol no se anda con rodeos a la hora de hacernos participes de su fogoso gusto veraniego de echar brazas a la tierra. No hay más que aguantarse.

Calle solitaria

Francisco Lopez Merino
Los Poetas de Florida (Centro Editor de América Latina)

Amo el silencio humilde de esta calle ennoblecida de árboles serenos por donde nunca pasó otra alma que no sea la del viento...las nubes se detienen a mirarla con sus ojos etéreos, y saben, por la ausencia de las hojas, si está en ella el otoño o el invierno. Amo el silencio humilde de esta calle ennoblecida de árboles serenos por donde caminé tantos domingos con mi pequeño huerto de recuerdos...Cuando yo muera, amigo, habrá quedado en esta calle lo mejor que tengo: El rosal escondido de mis penas y la música vaga de mis sueños...

sábado, mayo 10, 2008

La luna

Por Jaime Sabines

La luna se puede tomar a cucharadas o como una cápsula cada dos horas. Es buena como hipnótico y sedante y también alivia a los que se han intoxicado de filosofía. Un pedazo de luna en el bolsillo es el mejor amuleto que la pata de conejo: sirve para encontrar a quien se ama, y para alejar a los médicos y las clínicas. Se puede dar de postre a los niños cuando no se han dormido, y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos ayudan a bien morir. Pon una hoja tierna de la luna debajo de tu almohada y mirarás lo que quieras ver. Lleva siempre un frasquito del aire de la luna para cuando te ahogues, y dale la llave de la luna a los presos y a los desencantados. Para los condenados a muerte y para los condenados a vida no hay mejor estimulante que la luna en dosis precisas y controladas.

domingo, mayo 04, 2008

Recordando el 66

Recuerdo vagamente un día de octubre o noviembre de 1966 en el que iba junto a mis padres y hermanos en un autobús de pasajeros con rumbo a la ciudad de Guadalajara. Tengo guardado en la memoria una noche en particular en la que miraba a través de la ventanilla de un autobús de pasajeros las estelas de luz de los faros cortando la oscuridad de la noche. Recuerdo también la sensación cálida de protección que la familia me proporcionaba. Esa sensación alejaba de mi interior cualquier sentimiento de ansiedad o miedo por el cambio de vida que recién iniciábamos. Era para mí como adentrarme en lo desconocido con la visión de un aventurero estimulado por la promesa de descubrir cosas nuevas. Para mis padres la sensación era con seguridad contraria a la mía. De aquí deduzco que ambos eran muy valientes y que su confianza en si mismos era grande. El salto de la Soledad –una pequeñísima población rural perdida en los confines del norte Jalisco– a la capital del estado era descomunal. Estos saltos culturales requieren una capacidad camaleónica de mimetismo, de adaptación, de ingenio, de saber marchar contra corriente, pero sobre todo de trabajo y solidez de principios. En aquella noche de estelas de luces íbamos en el autobús mi padre Pedro Conchas de 41 años, mi madre María Patrocinio Muñiz de 39 años, mi hermano Gregorio de 18 años, mi hermana Josefina de 14 años, mi hermano Jesús de 12 años, yo, que en aquella noche contaba con 7 años, mi hermana Yolanda de 5 años, y mi hermano Gustavo de 2 años. Mi hermana toña de 20 años no nos acompañaba. Ella ya estudiaba y trabajaba en Guadalajara. Íbamos a visitarla de paso para posteriormente continuar a Nayarit nuestro destino final. Añoro esa época temprana de los primeros años en Guadalajara en que todos cuidábamos de todos, más concretamente, los grandes cuidaban a los chicos. Las carencias económicas eran grandes pero la unión familiar las compensaba. En el mundo, el socialismo parecía ganarle terreno a la democracia capitalista (delantera que se notaba especialmente en la conquista del especio). El Che Guevara salía de Cuba a ganar espacios para la revolución en Latinoamérica y Mao Tse Tung iniciaba la sangrienta revolución cultural en China. En EU se desarrollaba la lucha antisegregacionista con Martín Luther King y Malcom X a la cabeza. EU y la URSS median fuerzas en la guerra de Vietnam. Los Beatles estaban en la cúspide de la fama.

miércoles, abril 30, 2008

Buscándome trabajo

Estoy aquí en la sala, reclinado en mi sillón sobre mi costado izquierdo como siempre hago cuando veo televisión. Tengo una ligera jaqueca resultado de hacer trabajo físico que no acostumbro. Se me ocurrió lavar, pulir y encerar la camioneta aprovechando un apaciguamiento solar gracias a 5 días de chaparrones. Que trabajo ha de ser capar –pensé. Cuan equivocado estaba. Terminé cansado, dolorido y pegajoso de tanto movimiento circular con ambos brazos, casi siempre doblando la cintura (o la parte del cuerpo en donde debería encontrarse). Solo Paco, el miembro alado de la familia (un perico parlanchín), fue testigo de mis no pocos intentos de tirar la franela sin alcanzar a terminar el trabajo. Luego de muchas penas, pausas y sendos vasos de limonada mi castigo por soberbia llegó a su fin ya casi entrada la noche. Quedé satisfecho después de todo. Haber cuanto tiempo dura limpia.

Hablando de otra cosa, Kory reanudará sus labores el martes próximo. Aún se queja de dolor. Según la opinión de los médicos, pasará algún tiempo para que el cuerpo se adapte al andamiaje de titanio que se le injertó en los huesos. Antes se quejaba por no poder abandonar la cama, ahora parece que no quiere despedirse de ella. Por sus comentarios, se resiste a retomar el tren de vida que traía antes de la cirugía. No es para menos teniendo en cuenta que lleva más de tres meses de inactividad. No es para nada alentador pasar del reposo total al ajetreo vertiginoso del trabajo. Le costará un poco adaptarse, de eso no hay duda.

lunes, abril 28, 2008

El clima

Ya consumí la mitad de mis muy escasos días de vacaciones. Quisiera que el tiempo faltante marchara más lento pero entiendo que su función no es precisamente la de cumplir caprichos, y menos de menesterosos. Por el contrario, creo que esta semana se desplazará a zancadas largas debido a que antes de que llegue a su fin deberé resolver algunos asuntos pendientes que venía aplazando por motivos de trabajo. Por otro lado el clima de la semana pasada estuvo tan caluroso que el refrigerador parecía no enfriar, ahora que, existe también la posibilidad de que se haya dañado, ya esta muy viejito el pobre. El árbol de mango es el único que parece disfrutar la temperatura de 40 grados que se alcanzaron en días pasados. Hasta eso, el clima ha sido este año ciertamente piadoso ya que no ha soplado como en otros años el destructivo viento del sur. Este viento sopla muy caliente y enjundioso desde una dirección totalmente opuesta a lo que suele soplar la mayor parte del año. Precisamente estas características son las que lo hacen tan destructivo porque ataca a las hojas y a los frutos desde un flanco para el que no tienen protección. Después de que la calma llega, la mitad de las hojas y los frutos de todos los árboles estarán con seguridad en el piso listos para servir de abono a los que tuvieron la suerte de permanecer encaramados. Como dije, este año fue particularmente benévolo porque esta vez no sopló el viento del sur como normalmente suele hacerlo. Esto ayudó a que las frágiles flores amarillas del guayacán se sostuvieran por más tiempo en el árbol. Esta floración dura escasamente una semana, tiempo en el que la naturaleza transforma su perenne y uniforme verdor en un verdor moteado de amarillo encendido. Dejo aquí una imagen que tomé a un lado de la casa.

sábado, abril 26, 2008

Otra perspectiva

A las 6:30 a.m. la luna aparecía suspendida en el cielo muy por encima del horizonte como si algún imprevisto la hubiera demorado o apartado de su natural trayectoria. Daba la impresión de ser un círculo recortado en papel color rojo que estaba pegado en una pared tapizada de un azul muy tenue. La ausencia de nubes daba a la escena un aspecto sencillamente hermoso digno de una postal. Normalmente no veo el alba en su nacimiento porque a esa hora mi cerebro me tiene entretenido con las mafufadas que me hace repasar cuando estoy dormido. Hoy fue distinto. Aprovechando que estoy de vacaciones Gladis me dio la tarea de llevar a Ale a su escuela, así que, con todo el dolor de mi corazón, me vi obligado a interrumpir la perorata matinal de mis neuronas para cumplir con tan tremenda tarea. No estuvo mal. Observé el mundo con otra iluminación, con otros matices, con diferentes tonalidades de luz y sombra.

domingo, abril 20, 2008

El descanso

Ya mi cuerpo pedía a gritos un descansito. Ayer salí de mi trabajo con la firme intención de no regresar hasta dentro de 15 días. Siento alivio de pensar que el próximo lunes romperé el hábito de levantarme de un salto de la cama para correr apresurado al trabajo. Hoy me levanté a las 9:30 a.m. Muy temprano para ser domingo. No importa, tengo 15 días para dormir hasta que el cuerpo aguante –pensé. Fuimos a Reforma Gladis, Ale y yo a desayunar barbacoa. Luego pasamos por Doña Maty y enfilamos rumbo a Juárez Chiapas a comprar queso. A Gladis le gusta el que venden por ese rumbo y recorre el trayecto de buena gana con tal de llegar hasta el lugar en que lo hacen.

viernes, abril 18, 2008

La oxidación.

Estoy sufriendo aceleradamente los estragos degenerativos de la edad. Todos mis sentidos han ido perdiendo vitalidad, particularmente la vista. Los lentes han ido convirtiéndose poco a poco en artículo de primerísima necesidad. Se me hace ya muy complicado distinguir letras en ambientes mal iluminados. Por más que ubico el texto en distintas posiciones, ángulos o distancias, la maquinaria ocular no logra embonar los engranajes que hacen que el telón de la visión se levante. Es entonces que mi mano vuela afanosa a la bolsa de la camisa a buscar las imprescindibles gafas para ayudar a la herrumbrada maquinaria de los ojos a que retome el buen camino. Ni modo, todo se oxida y los resortes de las células no son la excepción.

domingo, abril 13, 2008

Lluvia de abril

Hoy llovió a medio día. No fue una lluvia abundante, solo lo suficiente para darnos el placer de respirar aire fresco. Desde el viernes se pronosticó lluvia para este fin de semana, cosa que sucedió contraviniendo la costumbre natural de los meteorólogos de equivocarse. Es raro que en este mes llueva y es más raro aún que se presenten inundaciones, pero según escuche en el radio esto es exactamente lo que esta sucediendo en algunas zonas de Tabasco. Esta inusual abundancia de agua se debe a las secuelas del tapón que hace unos meses bloqueó el cause del río Grijalva. Toda el agua acumulada en la represa ha estado corriendo cada vez en mayor cantidad ocasionando que los ríos incrementen su nivel derramando su contenido sobre las áreas más bajas. Verdad es que sigue habiendo gente en zozobra desde aquella histórica inundación. Por otro lado los macuilies continúan de fiesta ataviados con su mejor ropaje. Las flores caen apacibles del árbol tiñendo de lila los campos. También la gardenia de la casa echo otra flor aunque menos prolija que la anterior. Eso sí, su aroma se desperdigó de igual forma que su antecesora. Pero la que se llevó las palmas este año fue la bugambilia. Es la primera planta de su especie que veo con flores de dos colores: blancas y magentas. El Predominio de flores color magenta hace que las blancas resalten como luciérnagas en la noche. Aquí dejo una muestra.


domingo, abril 06, 2008

Cambio de horario

Esto de adelantar una hora el reloj me destantea todito. El problema viene cuando quiero convencer a mi reloj interno que haga lo mismo. Es osco y testarudo. No quiere oír mis argumentos y se empecina en buscar esos 60 minutos extraviados que según él le quiero escamotear. Transcribo la breve conversación nocturna que sostuve ayer con mi reloj interno:
¿Cómo que son las 12 p.m. Hace apenas un minuto eran las 11 p.m.? –dijo contrariado.
-Si. Son las 12 p.m. y es hora de ir a la cama –respondí tratando de sonar convincente.
-Pues ve tú. Mi hora de sueño no ha llegado –contestó cortante sin despegar la vista de la tele.
Luego, en la mañana:
¿Cómo que son las 8 a.m.? ¡Estás loco! Siento que me falta una hora de sueño.
-Son las 8 y es hora de ir a trabajar. Recuerda que tenemos junta a las 8:30
-¡Caray como mueles!

Por otro lado hoy ha estado el calor como si fuera mitad de verano. Desde hace unos días he tenido la intención de caminar en las tardes pero el calor me la ha quitado. Espero animarme en los próximos días. Ayer supe por mi hermana Toña que mi tía Jesusita aún vive. Tiene 87 años de edad y su mente continúa siendo lúcida. Su plática me transportó brevemente a mi tierra natal, La Soledad municipio de Huejuquilla el Alto Jalisco. Me recordó el taninole, el atole blanco, la miel de flores de azahar, los nopales duraznillo y el queso añejo. Visitó el panteón donde yacen los restos de nuestros antepasados, la escuela primaria en donde adquirió el gusto por el conocimiento. Vio aquella barda escolar en la que solía sentarse y aquél mezquite que le regaló su sombra durante los soleados recreos. Seguro recordó los rostros infantiles de sus compañeros de clase jugando alegres en el patio de la escuela bajo la mirada paternal de su maestro de primaria.

domingo, marzo 30, 2008

Lap top

Fuimos a Sams por una PC para Ale. Me tenía copado con su necesidad escolar que salía a relucir cada vez que le dejaban tarea y en la que urgía hacer esto o aquello en la escuela y no había como cumplir. Afrontar la situación sin una herramienta de teclas y chips de selenio se le hacía harto dificil –según ella. Luego nos dirigimos a suburbia porque Kory quería cambiara una blusa que no cumplió con la expectativa original de hacer sentir a la dueña segura con la imagen que el espejo le regresaba. Mientras Gladis, Ale y Kory se paseaban por la tienda yo me dirigí a la salida para estornudar a mis anchas porque sentía una picazón en la nariz que auguraba una seguidilla de estornudos escandalosos y salpicadores. Después de que se calmó esa sensación de comezón que con frecuencia le ataca a uno cuando tiene gripa –y que por más que uno mire al sol no sale lo que uno espera que salga –mis ojos se posaron en las nubes. Me parecía ver una pila de algodón en el horizonte bañada con el típico color rojizo que da el sol soñoliento de la tarde. Me pasó brevemente por la mente estar contemplando unas montañas untadas de una gruesa capa de nieve esperando que un teleférico cruzara por sus copas y depositara en la cima su cargamento de jubilosos esquiadores todos excitados por sentir el aire fresco azotar su cara anticipando un vertiginoso descenso por la cuesta.
-¡Papá! –grita Ale
- ¿He?
- ¡Mi mamá te está buscando!
- Ya voy dile. Necesito vacaciones –pensé.

viernes, marzo 28, 2008

Caldo de cultivo

Me siento mejor después de una semana de haber sido un caldo de cultivo de bichos maleantes y maliciosos. Ya el dolor de espalda casi desapareció y la gripa se ha vuelto más benevolente. Mis ojos ya no lagrimean y mi nariz esta contenta de permanecer libre de secreciones molestas. Fue inevitable que Gladis y Ale se salvaran de mis estornudos. Primero le llegó el turno a Gladis y un día después le tocó a Ale. Ahora ambas me reclaman con los ojos llorosos y la nariz roja y acuosa, haber convertido la casa en un foco de infección. Mientras nosotros continuamos batallando para desalojar de nuestra casa a estos huéspedes parásitos, afuera la primavera asoma su rostro sonriente, seguro para contemplar su reciente creación repleta de innumerables macuilis que tiñen el horizonte de color rosa pastel. Que magnífico escenario.

domingo, marzo 23, 2008

De poco talante

Hoy despedimos a Pedro. "Esta semana pasó muy rápido", dijo. Es verdad, a mi también se me figuró muy corta. Lucio lo invitó a pasar unos días en Lagunas de Monte Bello y San Cristóbal pero decidió quedarse en casa gesto que le agradecemos. No fui a trabajar desde el jueves. Las expectativas que tenía para este fin de semana se malograron por el dolor lumbar que me asaltó desde el domingo pasado al que se le sumó el jueves una gripa de antología. Ambas dolencia han permanecido en mi cuerpo como malos inquilinos sin dar signos de querer abandonarlo. Ale tiene todavía una semana de vacaciones. Es un beneficio extra por estar estudiando en la UAG. Kory se fue a Villahermosa a mitad de semana, señal de que las dolencias de la cirugía quedaron atrás. Mi ánimo ha sido víctima de estas circunstancias. No me ha dado por leer y mucho menos de escribir. Espero que se me compongan pronto los días.

lunes, marzo 17, 2008

Dolor lumbar

Desde ayer me empezó un dolor que se dio a la tarea de espantarme el sueño toda la noche. Mi sueño era interrumpido por un dolor agudo en la parte baja de la espalda cada vez que mi cuerpo quería cambiar de posición. A las 5 de la mañana decidí tomar acción y me levanté con mucho remilgo a tomar un analgésico. El paliativo no sirvió de mucho y las punzadas continuaron robándole tiempo a mi descanso. Me levanté aún medio dormido con la certeza que este día no iba ser muy halagüeño. Conforme las horas del día avanzaban el calor se sumaba a la conspiración de hacer más improductivo mi trabajo. De plano, hoy fue un día de achaques y de recordatorios constantes del acercamiento al medio centenar de años al que me dirijo tan rápido que “me vuela el cotón”.

jueves, marzo 13, 2008

Solo por diversión

Hoy fui a una reunión de trabajo a un conocido hotel de Villahermosa. A la hora de la comida bajamos al restaurante del hotel a llenar la tripa. Durante la conversación de sobremesa alguien relató la siguiente historia que, según dijo, sucedió hace como 15 días en alguna calle de esta ciudad.
Tres adolescentes andaban en coche un fin de semana tratando de sacudirse el aburrimiento crónico con el viento húmedo del trópico. No transcurrió mucho tiempo para que a uno de ellos se le ocurriera aprovechar el paseo para obtener, además del aire fresco, un poco de sana diversión. El pasatiempo consistía en hacer un rollo con los tapetes del coche y dar zapes con ellos a los distraídos paseantes. Esta operación obligaba al conductor a embarrar las llantas del coche en la banqueta mientras que los golpeadores sacaban medio cuerpo por la ventanilla… y zas. Me imagino al infortunado peatón volteando azorado tratando de determinar lo que pasó mientras del interior del automóvil que se aleja oye risas, muchas risas. Fue entonces que vieron adelante a un candidato ideal. Ambos adolescentes (uno adelante y otro atrás), sacaron sincronizadamente sus cuerpos del coche. De pronto, el jovencito de adelante apenas tuvo tiempo de recoger su cuerpo para esquivar el poste de concreto que se acercaba vertiginosamente a su cabeza. El jovencito de atrás jamás recordó lo que siguió. Su memoria se quedó en aquel poste de alumbrado.

domingo, marzo 09, 2008

La tía Jesusita.

La tía jesusita es la hermana mayor de mi mamá. No la conozco. Si alguna vez la miré lo hice a una edad tan temprana que sus facciones ya fueron erosionadas por el tiempo. Ignoro si aún vive, si así fuera, tendría ahora una edad muy avanzada. Su vida estuvo siempre rodeada de misterio y de silencio, al menos para mí. Pocas veces oí mencionar su nombre en las conversaciones que mi mamá sostenía con sus hermanos. Asimismo, mi mamá platicaba poco de ella con nosotros. Parecía como si ella misma hubiera estado imposibilitada por alguna razón desconocida a tener noticias de su hermana. Lo que mi madre sabía de mi tía, supongo, eran las noticias que llevaban a su casa los visitantes y amigos comunes. Por el escaso conocimiento que mi madre parecía tener del tema, era evidente que los vínculos comunes con mi tía fueron extremadamente escasos. Recuerdo que el año en que murió mi madre, asistieron a su sepelio solo dos de sus tres hermanos vivos (de siete que originalmente fueron), mi tío Antonio y mi tío Encarnación. El hermano ausente fue precisamente la tía Jesusita que en aquél tiempo, según lo afirmó mi tío Encarnación, continuaba con vida. Hace unos tres años tocó el turno a mi tío Encarnación, el cronista de la familia, de embarcarse con Caronte al reino de Hades. Su deceso fue una pérdida lamentable porque hace muchos años, cuando nuestra familia era joven, cada que mi padre se veía obligado a salir de la casa Él tomaba el papel de figura paterna. Este fuerte vínculo entre Él y nosotros fue mantenido y fomentado por mi madre quién siempre le guardó un especial agradecimiento y cariño. Además de la irreparable pérdida física de mi tío, la familia perdió junto con Él todo el legado de información genealógica que guardaba en su prodigiosa memoria. Hace un par de años visité al único sobreviviente de los hermanos Muñiz Camacho, mi tío Toño. No quise dejar pasar la oportunidad (quizá la última) de escudriñar un poco en el pasado de mi tía Jesusita y la razón de su casi nula relación con sus hermanos y descendientes.

Pues mire Mario, la cosa estuvo así. Mi hermana fue robada (raptada). Fue separada violentamente del seno familia por el sujeto que ahora es su esposo. Así eran antes los usos y costumbres. Ella no eligió a su compañero, más bien, su compañero la escogió a ella. Su vida ha sido de callado sufrimiento y de total sometimiento. Su esposo era extremadamente celoso y tenía una reputación cabalmente comprobada de malo. Llegaba a nuestros oídos que la golpeaba aún estando embarazada. Dejamos de visitarla para evitarle más problemas con Él. Nuestras visitas furtivas nunca fueron bien recibidas en su casa, no por causa de ella claro está, más bien esta reticencia fue motivada por las constantes amenazas que Él le hacía a ella a causa de esto. Por consiguiente, las visitas poco a poco se fueron espaciando hasta suspenderse totalmente con los años. Después llegaron los hijos, por desgracia, con el mismo carácter que el de su padre. La relación de esos hijos con su madre, fue la misma que ellos vieron y aprendieron de su padre.

Con absoluta certeza de que jamás la conoceré, lanzo este recuerdo a la red, igual que un náufrago lanzaría una botella al mar, con la secreta intención de que llegue a un modem lejano, y que un macho joven, celoso y maleante lo lea y se de cuenta cabal de lo que ocasionará su aberrante estupidez y animalismo.

8 de marzo, día internacional de la mujer.

viernes, marzo 07, 2008

La miseria

Estos días me han pesado como plomo. Esta ancla me ha restado impulso para escribir. El cansancio me cierra los ojos. Me aguarda al acecho en cualquier lugar esperando un pequeño descuido para darme con un palo en la nuca y mandarme sin escalas al mundo de las imágenes oníricas. Salida de este mundo de sueños me pareció que venía una familia que cruzó por mi camino hace unos días. La mujer era enjuta, de muy pocas carnes, puro hueso envuelto en pellejo, como de treinta años. Tenía el pelo hirsuto y enmarañado, a todas luces alejado de peine o cepillo. Su ropa era sencilla y deslucida, síntoma de una exposición prolongada a las inclemencias del tiempo. Su cuerpo encorvado tenía signos de haber llevado por mucho tiempo (quizás desde nacimiento) el lastre de la pobreza. Además de ese peso invisible que su espalda llevaba, en su regazo había un niño de mirada triste y dócil, de cabeza grande y cuerpo pequeño, señal de desnutrición añeja. Ella estaba parada en la banqueta viendo con tristeza y desaliento el ir y venir de su pareja. El hombre de cuerpo seco, esquelético, como de 35 años, evocaba la imagen de una bolsa de papel de estraza sin aire, como si alguien sin escrúpulos hubiera sorbido con popote su contenido dejado el contenedor a merced del viento. Se paseaba de aquí para allá como guiado por unas manos caprichosas, siempre con una sonrisa en el rostro que más parecía una máscara esculpida por el sufrimiento que un sentimiento de verdadera emoción. Con una actitud sumisa y aquella mueca petrificada en las comisuras se acercaba solícito a las personas que se arremolinaban en la cervecería con el fin de comprar un six para el camino. Su cara joven tenía la apariencia acartonada de una momia milenaria y su risa permanente mostraba sendas ventanas obscuras que denotaban la ausencia de muchos dientes. Su pelo era lacio y estaba aplacado con una buena dosis de aceite que lo mantenía relamido y pegado al cuero cabelludo. Alrededor de la mujer y totalmente ajenos a la batalla que por la sobrevivencia libraba el hombre, completaban la escena dos niños vivarachos y saltarines. Sus semblantes inocentes, serenos y despreocupados contrastaban con los surcos de preocupación dibujados en la frente de su famélica mamá. Los niños se divertían totalmente sustraídos al drama que se desarrollaba a su alrededor y del cual formaban parte sin querer. Por un momento vi los ojos de la bestia y su enorme hocico amenazante me gruñó como si mi estupor amenazara su alimento. No, no fue un sueño, solo fue que el mastín de la pobreza.me miró muy feo.

viernes, febrero 29, 2008

Semana de regalos

Algunos días de esta semana llegaron con regalo. Uno día trajo una mañana vestida de neblina. El alba de ese día fue vaporosa, humeante, difusa y cargada de misterioso. Ese día nació sin horizonte. El ambiente no era malo, ni triste, ni pesado, solo era diferente. Tal vez las nubes cansadas de su vagancia celestial bajaron a la tierra a divertirse con la gente. Otro día nuestra gardenia nos regalo una flor…una sola rosa blanca. Esa mañana, al ir a trabajar, alcancé a distinguir apenas de reojo una mancha blanca en medio del follaje verde, eran cuatro pétalos en forma de estrella con un botón gordo a la mitad. Me acerqué, aspiré su fuerte y magnifico aroma, la toqué y la sentí cremosa, blanda, tierna. Su perfume me recuerda algo muy remoto que no puedo identificar. Es la segunda vez que florea en los cuatro años que tiene de vida. En cada floración…una sola flor. Otro día trajo una intensa lluvia, probablemente la última de la estación invernal. Fue un día fresco, ideal para dormir bien y de un tirón, y ese fue mi caso. Esta semana también le regaló al mes un día de pilón, el 29 de febrero. Este día no regresará hasta el 2012, para entonces, probablemente seremos ya abuelos y quizá habremos dejado atrás los sobresaltos de las colegiaturas. Por lo pronto, seguiré siendo testigo del vuelo azaroso de las hojas de los arboles que después de desprenderse de la rama familiar se dirigen a cumplir su última encomienda: recordar a Gladis que hay un mango en el jardín.

domingo, febrero 24, 2008

El placer de comentar la lectura

Me gusta comentar los libros que leo pero no tengo interlocutor. Dejé de hacerlo desde que mi amigo Enrique, estupendo comentador de libros, dejó de trabajar en Cactus. Él es una persona que tiene puntos de vista siempre interesantes de las novelas que lee. Además de ser gran observador tiene mucha habilidad para comunicar sus puntos de vista mediante ingeniosas analogías. Nuestra media hora de comida la aderezábamos casi siempre comentando las tribulaciones de algún autor al escribir tal o cual novela o cuento, así como su trama y la característica de sus personajes. Él tenía un interés particular en la obra de Hermann Hesse, concretamente en sus novelas Demián y El Lobo Estepario. Los protagonistas de ambas novelas (Sinclair y Haller) son seres algo atormentados que prefieren la conversación consigo mismos al parloteo estéril y mediocre de sus congéneres. Son hombres que no encajan en el mundo y que viven buscando la razón (o la justificación) de ese divorcio. Es probable que Enrique y yo tengamos algo de esta enfermedad que se acentúa con la edad y que el autor pinta como un mal que es a todas luces incurable. Desde hace años ya no tengo por desgracia un compañero con quién comentar lo leído, por consiguiente, no tengo medios que me sirvan de referencia para comparar mi comprensión lectora. Lástima. Pero a falta de un compañero con buena disposición para el intercambio de puntos de vista he utilizado desde hace unos años el recurso infalible de comentármelas a mí mismo. La estrategia es, primero, leer libros que hace años leí y después, hacer que el Yo de aquella primera lectura (más joven) comente el libro con el Yo de esta segunda lectura (con más años). Ni modo que se nieguen pretextando no encontrarse o no haber leído lo mismo. Claro, esta estrategia no surgió concientemente, ni tampoco surgió de la noche a la mañana. Una posibilidad en cuanto a su inicio, ahora que recuerdo, pudo haber sido a raíz de la segunda lectura del Principito de Exupery. Aquella segunda lectura me remontó irremediablemente a la primera de años atrás; fue aquí, a mi parecer, que se dio el primer encuentro y el primer intercambio de ideas entre ambos Yo. Este artilugio lo he hecho inconcientemente desde entonces y solo tomé conciencia de él hasta que leí un cuento de Jorge Luis Borges titulado “El Otro”. En este cuento, el Borges maestro y escritor relata un encuentro con su yo estudiante. En la trama, ambos exponen su opinión sobre algunos acontecimientos relevantes del mundo y cada cual los interpreta según la óptica que les dió la experiencia de los años. ¡Caray! Yo hago esto –pensé con sorpresa.

jueves, febrero 21, 2008

Un asunto de botas

Mis pies tienen una aversión inaudita por las botas nuevas (y viejas) y no sé de dónde ni desde hace cuanto tiempo apareció esta silenciosa fobia. Sufro mucho cuando llega el día de cambiarlas y retraso esta acción tanto como puedo con pretextos tan extraños que después de pensar en ellos me dan risa de la buena. Me invento siempre un sinfín de actividades (argumentos nunca faltan) que tienen el único fin de ponerme siempre lejos del almacén donde me aguardan (supongo) con una risa burlona. Mayor es mi atragantamiento si las botas no tienen agujetas. Las botas sin agujetas son para personas que gustan de vivir emociones fuertes aún hasta en las más insignificantes actividades cotidianas; calzarse esos endemoniados artículos de cuero en las mañanas (medio dormido y con el tiempo encima) es un verdadero suplicio. Aún más penoso es quitarse esos atormentadores choclos después del trabajo (cansado y amargosito) y tener que buscar (sin encontrar) un mueble pesado en que hacer palanca para liberar de su prisión a las aporreadas extremidades. Soporto un poco más las botas con agujetas. Estas se pueden abrir lo suficiente para que entren los pies rechonchos y hacen la vida más llevadera al portador a la hora de calzarlas o descalzarlas. Hace un par de semanas decidí dar esa vuelta tantas veces aplazada al almacén por la sencilla razón de que el agua ya se colaba entre las costuras abiertas de mis viejas botas y las suelas desgastadas (y despegadas) me hacían saltar sin tapujos al pisar piedras picudas como si pisara clavos. Ya me había hecho a la idea de pagar el precio en dolor y en ampollas que me cobra el calzado industrial nuevo ya que la piel de fabricación generalmente usada en este tipo de calzado es de vaca vieja, de pie grande, o de chupacabras. Sin embargo, al calzarme el nuevo par de botas, me sentí ligerito como pluma de ganso en el aire, o como si anduviera descalzo y pisando sobre alfombras suaves y mullidas. Resultaron ser de puritita piel de vecerro. Ha, que alivio. Que gusto caminar. Estas botas si me gustan!

lunes, febrero 18, 2008

Grupo Límite

Isidro fue mi condiscípulo desde la secundaria y durante toda la preparatoria. La escuela secundaria No. 8 para varones en la que estudiamos (o debería decir desestudiamos) estaba por el rumbo de Polanco. En aquel tiempo esta colonia ni siquiera aparecía en el mapa de Guadalajara; para desplazarme de casa a la escuela tenía que subirme a dos camiones en los que recorría diariamente la totalidad de la Perla Tapatía. Más allá de esta susodicha colonia estaba el todavía despoblado y sombrío Cerro del Cuatro, o sea, la nada. Mis recuerdos de Isidro inician en el mismo año en que cursábamos el 3o de secundaria, tal vez un poco antes. Corría el año de 1975 cuando ambos conocimos a Tomas alias el chino. Este alias le vino por tener el pelo ensortijado que gustaba mantener peinado al estilo afro. El Chino era todo un personaje y estudiaba también en la misma secundaria aunque no recuerdo con precisión si pertenecía a nuestro salón (ya las neuronas no dan para más). Creo que fue Isidro el que empezó con el zafarrancho de hacer un grupo de música ya que ambos solíamos rascarle un poco a la guitarra, ya saben, el consabido ta-chun, ta-chun con el que uno de adolescente se siente ya todo un concertista. Tengo esta creencia porque en la colonia en la que vivía tenía amigos rocanroleros que ya andaban inmersos en estos menesteres de dar lástimas prematuras (después lo supe). De alguna forma, este tímido deseo, llegó a oídos de Tomas que para entonces se desempeñaba (con mención honorífica) como el rompe huesos del turno matutino de toda la secundaria, y como el refrán dice que más vale tener al enemigo cerca, y además nos juró y perjuró que él era toda una chuchita cuerera tocando la batería, pues ya está dijimos, de aquí somos (después del primer intento de ensayo supimos que eran puras habladas pero ni quién se atreviera a decirle nada). Así nació el verdadero grupo LÍMITE (no ese que surgió años más tarde en la ciudad de Monterrey) con dos guitarras que no sabían más acordes que los que tiene el circulo de DO y una batería que hacía los mismos ruidos que las cacerolas de mi mamá en plena cena navideña. Hace un par de semanas, por azares del destino, encontré en Internet una dirección de correo cuyo usuario me recordó a mi gran amigo, condiscípulo y estupendo compañero Isidro. Le escribí con prestancia sin la intención de obtener una respuesta de su parte. Ayer abrí mi correo y me encontré con sorpresa con su respuesta en la que me confirmaba ser la persona que yo suponía que era. Después de casi 20 años vuelvo a saber de él. Que agradable sorpresa.

domingo, febrero 17, 2008

El regreso del calor

Las barras de chocolate son una buena herramienta para indicarnos el efecto real de la temperatura ambiente. Hoy a las 2 p.m. Gladis salió de la tienda con un chocolate en la mano y al llegar al coche (estacionado a una cuadra) ya había perdido su forma. El coche marcaba en ese momento 40°C y el chocolate se escurría por la abertura como si fuera miel. Al llegar a la casa ya era imposible hincarle el diente y fue necesario meterlo al refrigerador para no comerlo con popote. Falta un mes para que termine el invierno y el sol ya calienta como si estuviera a mitad de la primavera. Su afán de cocinarnos a destiempo denota que ya perdió los libros igual que le sucede a Doña Maty.

Ya le retiraron los puntos a Kory y la veo mucho mas suelta al caminar. Está aburridísima de permanecer en la cama y de la posición horizontal que tiene que guardar, la convalecencia es difícil precisamente por la insalvable inactividad y a las múltiples dolencias que la acompañan. Espero que algo de ese tiempo (entre dolencia y dolencia) lo dedique a un libro aunque sea de esos de superación personal que salen rápido y se venden como pan caliente prometiendo la “transformación” inmediata del lector mediante revelaciones secretas que al final resultan tan obvias y tan populares como los refranes.

Pedro está en exámenes y hace un par de días que no sabemos nada de él. Con eso de que ya no tienen novia por acá ya no chatea como cuando la tenía, ahora supongo que se conecta solo cuando está aburrido, y eso, por lo que deduzco sucede poco. Lo último que supe por su mamá es que lo dejó tirado el coche.


Ale anda descocida con su novio. Tiene la enfermedad de la cursilería, si, esa que no se quita hasta bien entrados los años. Anda en ese período en que el nombre y la imagen del novio se transforman en tótem, cábala, religión o faro. Está en esos años en que la imagen (o el nombre) del endiosado se pone en llaveros, cartera, buró, en la cabecera de la cama, en el celular, en la PC, en los cuadernos, en los libros y si uno se descuida, hasta puede aparecer en el espejo retrovisor del coche. Lo que separa el romanticismo de la obsesión es una línea tan delgada que muchas veces es pasada por alto, y más teniendo un estado de conciencia tal que hace pensar al afectado que todo conspira contra ella y en la que todo aparece fácil y merecido. Toco madera.

sábado, febrero 16, 2008

¿Textos o imágenes?

He llegado a la conclusión de que la lectura es una preferencia, una elección como cualquier otra en la vida. Es un gusto que las personas adquieren por si mismas y a cada una deja algo distinto según su propia experiencia. Las preferencias actuales para adquirir conocimiento están más orientadas al uso de imágenes dejando a los textos solo una función secundaria. “Una imagen vale más que mil palabras” reza la sentencia que cae pesadamente como lápida sobre las despanzurradas letras. Por consiguiente, el significado de las palabras pierde cada vez más valor ante el incremento en el uso de imágenes ya que estas últimas nos revelan su magnificencia sin ambigüedades y sin necesidad de utilizar símbolos engorrosos que nos obligan a consultar un diccionario. Una imagen invita a la contemplación y le deja claro al observador hasta el más mínimo detalle de la realidad. Por otro lado, un texto despierta la fantasía y deja al lector la tarea de construir con su imaginación los escenarios a su entera satisfacción (tarea algo difícil para los iniciados) con el agregado (y es aquí donde el puerco torció el rabo) de tener que consultar otro libro (diccionario) para entender las palabras que nos parecen acertijos. Mientras que la exactitud de la realidad representada por un texto depende del número y significado de las palabras, la exactitud o nitidez de una imagen depende actualmente del número de píxeles. La desventaja es enorme y la diferencia obvia. En un futuro no lejano, el diccionario solo se quedará con las definiciones de los sustantivos y los verbos, mientras que los adjetivos y los adverbios serán símbolos en desuso. Adiós gramática, adiós sintagmas, adiós sujetos y predicados.

Conversación futura entre dos sabios:

–Mi gustar carne
–Mi preferir monte
–Mi tener ambre (la haches están extintas)
–Tu comer mi no preocupar (las comas también se extinguieron)
–Tu gustar (los acentos y los signos de interrogación pasaron a mejor vida)
–No mi comer ongos (creo que seguirá habiendo vegetarianos)

lunes, febrero 11, 2008

Perdimos los libros

Me cuenta Gladis que cuando Doña Maty olvida los ingredientes de algún guiso que en el pasado solía preparar rutinariamente, dice a manera de disculpa “es que ya perdí los libros”. Ahora nos ocurrió eso mismo a Gladis y a mí ayer domingo al tratar de hacer carne asada. Le he oído decir que las manos le quedan oliendo a ajo por espacio de dos días después de marinar la carne por lo que le sugerí usar guantes de hule esta vez. Como no tenía guantes le propuse envolverse las manos con bolsas de plástico que yo mismo amarré alrededor de sus muñecas. Mala estrategia; la envoltura hizo que no “sintiera” la cantidad de sal que regaba con sus dedos, fallando así el único medio dosificador confiable que tiene, el tacto (ni hablar de la vista). Pasó lo que tenía que pasar, la carne se saló. Por otra parte, mi tarea es encender el carbón y dejar a punto el asador para recibir la carne. Esta vez se me hizo fácil incrementar un poco la cantidad de carbón con el fin de extender la duración de las brazas. Mala decisión; la carne se achicharró por exceso de calor antes de la cocción. Ni modo, los invitados quedaron con la boca escaldada y los labios llenos de tizne.

viernes, febrero 08, 2008

Si me das trabajo trabajas

Hoy en la mañana me dirigí al trabajo como todos los días. Llegué al entronque de carreteras que me llevan a Villahermosa por la izquierda, a Reforma y a mi trabajo por la derecha, y recto, otra carretera alternativa a mi trabajo que es la que por lo regular elijo. Había en la glorieta una media docena de camiones de transporte estacionados a su alrededor y llenos de personal con el mismo destino que el mío. Este embotellamiento es una cosa bastante rara de ver ya que estas son vías que se destacan por el tránsito rápido de vehículos cuyos conductores, ya retrasados, quieren llegar a tiempo a su trabajo.

–¿Que pasó? –le pregunto a Doña Lichito que tenía su carro orillado
–Están cerradas las vías al Complejo –Me respondió su hijo que iba al volante. Creo que hay hasta balazos.

Son frecuentes los bloqueos a caminos de entrada a instalaciones de Pemex, particularmente cuando algún vival quiere sobresalir (o permanecer vigente) en la política local y desea congratularse ante sus seguidores con discursos como ¡Pemex nos contamina! ¡Pemex acaba con nuestros recursos! ¡Pemex envenena a nuestros hijos! Etc., etc.

Pero no. Esta vez no fue eso. Cuando llegué a la portada del complejo me encontré con la puerta cerrada y un tumulto de personas (civiles, policías y soldados) en el exterior y en el interior del centro de trabajo, y un letrero grande colgado en la puerta (que normalmente no está) con la leyenda “Prohibido el Paso, Propiedad Federal”. Me detuve ante la puerta que inmediatamente se abrió y entonces observé un sinfín de manos que me apresuraban a entrar. Dirigí la vista a la derecha mientras cruzaba la puerta y pude ver como a 15 personas que estaban acostadas boca abajo custodiados por soldados. Ya en el interior no pare hasta llegar a mi oficina en donde me informaron lo que apenas hace unos minutos acababa de pasar.
Dos grupos sindicalistas se enfrentaron disputándose la hegemonía de extorsionar a las compañías que trabajan para Pemex. Estos grupos sindicalistas exigen a las compañías (sin excepción) plazas para sus agremiados, si no obtienen lo que piden simplemente no la dejan trabajar. –¿Que saben hacer? –Preguntan los apoderados de las desconcertadas compañías –No tienen experiencia en nada, pero tienes que contratar a cinco, esa es la cuota –Responden los líderes sindicales. Ni modo, así son los usos y costumbres. En esta disputa hubo seis macheteados, muchos golpeados, y dos o tres resultaron con plomo en sus carnes. Los que vi maniatados como iguanas a la entrada del complejo, fueron los perdedores que lograron salvar el pellejo. Estas personas pudieron conservaron su integridad gracias a que treparon la reja de 2 metros de altura de la entrada pero solo para caer en las manos de los soldados que custodiaban la entrada al otro lado.

lunes, febrero 04, 2008

Ayer es Nunca Jamás

Este amor que quiere ser
acaso pronto será;
pero ¿cuándo ha de volver
lo que acaba de pasar?
Hoy dista mucho de ayer.
¡Ayer es Nunca Jamás!

Antonio Machado


Exelente consejo de Antonio Machado para escribir un diario. De esta forma evitamos que el ¡Ayer sea Nunca Jamás!

domingo, febrero 03, 2008

Manejando la frustración

La frustración es la puerta de entrada a esa habitación oscura que llamamos estrés, y estamos ante ella cuando lo que hacemos no nos alcanza para obtener lo que deseamos. Existen muchas formas de salir de ese cuarto oscuro al que vamos a dar inexorablemente cuando algo no sale como lo tenemos planeado, pero no todas son buenas. En mi caso, ha sido la edad y la experiencia lo que me ha impulsado a elegir una u otra en diferentes etapas de mi vida. De niño prefería liberar mi frustración llorando o a través de la ira. En la adolescencia aprendí que tocando guitarra obtenía el mismo resultado. Fue en la juventud que aprendí que era viable disipar el estrés en la forma que uno eligiera, entonces me dedique a caminar (trotar). Ahora tengo un abanico de opciones para elegir (me hice muy flojo para caminar), todas ellas con buenos resultados: Leer, escribir, caminar, podar el jardín, trabajar intensamente, tocar y escuchar música, descansar, y otras. En la adolescencia es natural responder con ira o con llanto a la frustración, más allá de esto, el afectado pone en evidencia la falta de recursos intelectuales y/o culturales. Siempre me ha sorprendido la capacidad de Pedro para manejar positivamente la frustración (actitud ante la negación de un permiso), su habilidad para manejar las emociones no corresponde a una persona de su edad. La habilidad para encausar adecuada y positivamente las emociones será un aliado invaluable de nuestro corazón y de nuestra vida en general (nuestro trabajo y las personas que nos rodean resultan muy beneficiados). ¿Cuál es tu respuesta ante la frustración?

sábado, febrero 02, 2008

Columna reforzada

Ayer a las 4 p.m., tras cuatro horas en el quirófano, terminó la cirugía de Kory. El cirujano nos comunicó que fue necesario extirpar un disco, fijar tres tornillos de titanio a un número igual de vértebras y unirlo todo con una barra del mismo material. La finalidad de este andamiaje es mantener separadas las vértebras que se quedaron sin su disco de bisagra (cartílago) buscando con esto un doble propósito: Dar flexibilidad y fortaleza a la columna, y mantener la separación natural que debe haber entre vértebras (función desempeñada por los discos). Gladis se quedó la noche de ayer en el hospital acompañando a Kory, supuestamente el plan era darla de alta hoy pero son las 8 p.m. y es hora de que no regresa. Estoy esperando una llamada que me explique la demora.

jueves, enero 31, 2008

Kory y sus discos

Mañana a las 10 a.m. iniciará la cirugía de Kory. A esa hora, el escalpelo, guiado por la mano del cirujano, se abrirá paso entre nervios, vértebras, médula, y tejido para finalmente detenerse en aquellos discos defectuosos; discos que por alguna razón desconocida han perdido su contención natural y se han desparramado mas allá de sus limites naturales alborotando a la melindrosa columna vertebral. El cirujano tiene planeado dejar unos tornillos con el fin de limitar (supongo) el crecimiento absurdo de estos discos con inclinación al gusto por lo amorfo. Esta intervención es delicada y estaremos tranquilos solo hasta ver que ella haga lo de siempre como siempre.
Hoy fue un día malo para nosotros. A Gladis se le poncho una llanta en Villahermosa, el mecanismo de la llanta de refacción se dañó, la llanta de refacción no tenía aire y su estado era tan lamentable que dudé en instalarla. La camioneta caminó solo hasta la próxima tienda michelin en la que nos estacionamos para comprar dos llantas y terminar con el problema. Aún esta pendiente arreglar el mecanismo (elevador) de la llanta de refacción. Los problemas nos llegan en racimo.

miércoles, enero 30, 2008

¿Sueño, a donde te fuiste?

¿Sueño, a donde te fuste que me dejaste solo con la vigilia? Pasé una noche de pleito con sábanas y edredón. Mi sueño se fue de juerga cuando apenas ponía la testa sobre la almohada. Eché mano a toda clase de recursos y sortilegios para apurar su regreso y hacer que reanudara su labor lo más pronto posible. Nada parecía dar resultado. Conté borreguitos, me metí a la regadera esperando que el agua fría ayudara con la tarea, platiqué conmigo mismo hasta agotar los temas interesantes, busqué formas conocidas entre la penumbra y los pliegues de las cortinas. Le dio gana regresar como a las 4 a.m. Seguro que traía un mazo con el que me dio en la cabeza porque no supe de mí hasta casi las 8 a.m.

martes, enero 29, 2008

Gladis y las pastillas

Es legendaria la malversación que Gladis tiene contra las pastillas, tabletas, comprimidos, o todo aquello que tenga la función de tragarse para curar algún mal. Toda vez que tiene que aliviarse de alguna enfermedad o combatir alguna de sus múltiples alergias (que por desgracia son muchas), es digno de ver el ritual que con enconado apego a la exactitud lleva a cabo cuando tiene que tragar una pastilla. El Ritual da inicio cuando pone el frasquito en la mesa con las susodichas pastillas frente a ella, mira un rato el contenedor de vidrio (o plástico) tratando de imaginar la trayectoria que tomarán las tabletas en su garganta después de tragadas ¿Me pasaran? ¿Tomarán algún atajo inesperado que me impida respirar? ¿Me pondrán morada? ¿Me llenaré de ronchas? Después de pensar en todas las posibilidades que podrían llevar las cosas a un desenlace catastrófico, se levanta para buscar una piedra lisa (ya tiene una con este fin específico). Después pasa a la alacena por una bolsita de plástico de esas que se utilizan para guardar especies. Se dirige luego a la mesa donde la aguarda la botellita con su maldito contenido, y haciendo de tripas corazón, mete el dedo índice a su interior para sacar su tormento en forma de comprimido. Después coloca la ruedita, que ante sus ojos adquiere la dimensión de un plato pozolero, sobre la bolsita de plástico (previamente extendida sobre la mesa) y empieza a azotarla con frenesí con la piedra hasta convertirla en un talco finísimo. El taca, taca, taca, dura unos 10 minutos, tiempo en el cual ella suda, se muerde la lengua, se quita el mechón impertinente que le tapa la visión, y sobre todo descarga el coraje por el trago amargo que esta a punto de tomar. Antes que este ritual inicie, ya tiene preparados varios contenedores vacíos para llenarlos con el talco recién hecho (son cápsulas plásticas a las que con toda calma y con bastante anticipación les ha tirado el medicamento que contienen). Después de haber llenado las cápsulas con el nuevo contenido, las mira otro ratito, como dándose los ánimos para dar el paso final. Entonces se levanta una vez más para servirse un vaso con agua y se sienta otro ratito con el fin darse valor y reanudar tan ardua y peligrosa labor. El ritual termina con un movimiento desenfrenado de pescuezo y cabeza que alternadamente mueve hacia atrás y adelante igual que lo hace un pollo sediento al tomar agua.

domingo, enero 27, 2008

Despidiendo enero

El año 2008 esta a punto de consumir su primer mes. En la semana que viene expirará su primera mensualidad, y antes de que termine, estaremos también recibiendo su mes más voluble e inestable: febrero. Debido a que este año es bisiesto, su mes de febrero trae una hoja calendaria de 29 días, y como sabemos, esto solo ocurre cada 4 años. Quiere decir que los nacidos el último día de este mes cumplirán años cada 48 meses, en lugar de los 12 que es lo normal entre los nacidos en cualquier otro día del año. No me explico lo que harán anualmente los nacidos el 29 de febrero para satisfacer su derecho a comer pastel el mismo día en que nacieron. ¿Se sentirán estafados por el tiempo?, ¿Cómo saber, siendo amigo de él, si lo felicitamos el 28 de febrero o el primero de marzo?
Ayer acompañamos a Ale a comprar ropa a Villahermosa. Antes de eso, me armé de valor para enfrentar con resignación las interminables horas de espera mientras ella elige (quien sabe con ayuda de que sortilegios o esoterismos) lo que llevará. Me paseo por la tienda, de arriba abajo y de izquierda a derecha mientras ella ve, toca, huele, escucha, gusta, y quien sabe de cuantos sentidos más (desconocidos para mí) se valga para por fin elegir una prenda. Llegamos a casa ya tarde en la noche y ella aún tuvo energía para modelar lo recién adquirido en una pasarela que solo ella veía.

viernes, enero 25, 2008

Flores lilas en racimo

Desde hace una semana he venido observado que los cocoites o cacahuananches han decidido iniciar ya su producción de flores lilas en racimo. Brotan alegres y curiosas por conocer ese mundo que les ofrece calor y humedad a manos llenas. Dicen que estos árboles florean de marzo a mayo, yo en cambio los he visto florear de enero a junio. Su estrategia es no florear al mismo tiempo, escalonando de esta forma su producción de néctar para no exceder lo demandado por las abejas.
Quisiera que el clima de enero se prolongara por más tiempo pero la naturaleza no está para complacer caprichos, así que, aprovecharé al máximo estos días últimos del mes para disfrutar de este aire fresco rezagado.